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Publicada porFrancisco Hernández San Segundo Modificado hace 7 años
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Nehemías 1:5 – “Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos;” Reconoce a Dios y las condiciones de su pacto Romanos 10:14 – “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?”
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Juan 9:31 – “Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguien teme a Dios y hace su voluntad, a éste oye.” Job 35:13 – “Ciertamente el clamor vano no escuchará Dios, el Todopoderoso no lo tomará en cuenta.” Salmos 66:18 – “Si observo iniquidad en mi corazón, el Señor no me escuchará.” Proverbios 28:9 – “Al que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominación.”
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Nehemías 1:6-7 – “esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo.”
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Nehemías intercede por el pueblo y confiesa que han quebrantado el pacto. 1 Timoteo 2:1 – “En primer lugar, te ruego que ores por todos los seres humanos. Pídele a Dios que los ayude; intercede en su favor, y da gracias por ellos.” ¿Qué verdad bíblica comprendía Nehemías acerca de la confesión de los pecados y su importancia? Salmos 32:5 – “Te manifesté mi pecado, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones al SEÑOR; y tú perdonaste la culpa de mi pecado. Selah” Proverbios 28:13 – “El que encubre sus pecados no prosperará, más el que los confiesa y los abandona hallará misericordia.” 1 Juan 1:9 – “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad.”
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Nehemías 1:8-9 – ““Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos; pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.” Nehemías reconoce las promesas de restauración. ¿Cómo vamos a reclamar las promesas de Dios y hacernos partícipes de estas si no las conocemos? Romanos 10:17 – “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”
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Nehemías 2:1-3 – “Sucedió en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia, me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro? pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera. Y dije al rey: Para siempre viva el rey. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego?” De 3 a 4 meses después del capítulo 1 La preocupación de Nehemías sigue siendo la misma
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Nehemías 2:4 – “Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos,” ¿Era la preocupación de Nehemías algo vano, personal y/o dañino? ¿Era esta la primera vez que Nehemías presentaba su preocupación a Jehová?
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“En una ocasión, cuando Nehemías se presentó ante el rey, éste le preguntó por qué parecía tan triste y qué pedido tenía para presentarle. Pero Nehemías no se atrevió a responder inmediatamente. Estaban en juego importantes intereses. La suerte de una nación dependía de la impresión que entonces se hiciera en la mente del monarca, y en ese mismo instante Nehemías elevó una oración al Dios del cielo antes de atreverse a responder al rey. El resultado fue que obtuvo todo lo que pidió o aun deseó (HS 144).” CBA T3 C26
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No sabemos lo que nos conviene Romanos 8:26 – “Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” Job 37:19 – “Enséñanos qué le hemos de decir a Dios; no podemos ordenar nuestro argumento a causa de las tinieblas.” Hay que pedir con fe Santiago 1:6 – “Pero pida en fe, no dudando nada; porque el que duda, es semejante a la onda del mar, que es movida del viento, y es echada de una parte a otra.”
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Isaías 46:9-10 – “Acordaos de las cosas pasadas desde el siglo, porque yo soy Dios, y no hay más Dios; y nada hay a mí semejante. Que anuncio lo por venir desde el principio: y desde antiguamente, lo que aún no era hecho. Que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quisiere. ”
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