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Antonio nariño Natalia castro Luna 2012. Primeras ocupaciones Atraído hacia las actividades comerciales especulativas no menos que por atender necesidades.

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Presentación del tema: "Antonio nariño Natalia castro Luna 2012. Primeras ocupaciones Atraído hacia las actividades comerciales especulativas no menos que por atender necesidades."— Transcripción de la presentación:

1 Antonio nariño Natalia castro Luna 2012

2 Primeras ocupaciones Atraído hacia las actividades comerciales especulativas no menos que por atender necesidades de salud viajó muy joven a Cartagena de Indias donde emprendió algunas aventuras que más tarde, ya de regreso en su natal Santafé, alternó con brillante carrera civil. Alcalde de primer voto en 1789, tesorero de diezmos del arzobispado, regidor y alcalde mayor provincial, Su fulgurante carrera lo llevó rápidamente a convertirse en el mayor exportador de quina, café y té de la capital neogranadina. Se casó en 1784 con Magdalena Ortega de Nariño (Santafé, 1762 - Santafé, 1811), hija de José Ignacio de Ortega y Gómez de Salazar y de Petrona de Mesa y Moreno. El matrimonio tuvo seis hijos: Gregorio (n 1786), Francisco (n 1787), Antonio (n 1791), Vicente (n 1793), Mercedes (n 1798), Isabel (n 1801). Al enlazar las fechas en las que fueron concebidas Mercedes e Isabel, en las que Nariño se encontraba preso, se han creado conjeturas alrededor de una posible infidelidad de parte de su esposa, doña Magdalena, pero esto carece de pruebas históricas así como no hay siquiera indicios de que doña Magdalena tuviera algún tipo de relación afectiva con otro hombre distinto a Nariño.Magdalena Ortega de NariñoGregorioFranciscoAntonioVicenteMercedesIsabel

3 Comienzan los problemas. Primeras prisiones La vida de Antonio Nariño fue larga y accidentada. La traducción y publicación clandestina (al parecer el 15 de diciembre de 1793) de la «Declaración de los Derechos del Hombre», incendiario documento originado en Francia cuya circulación había sido prohibida en las colonias españolas por el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, lo llevó a prisión en Santafé (29 de agosto de 1794) y posteriormente al exilio como reo de alta traición (30 de octubre de 1795). Aprovechando un descuido a su llegada a Cádiz, escala de un viaje con destino final en África, se dio a la fuga para permanecer por corto tiempo en Europa antes de regresar en secreto a Santafé (abril de 1797), en donde después de un constante acoso a sus familiares por algunos meses convino en entregarse voluntariamente (julio de 1797) al virrey Pedro Mendinueta, confiado en que pronto obtendría su libertad a cambio de la información que ofreció proporcionar. Esta información hacía relación a la conspiración que él con varios socorranos y antiguos miembros de la insurrección comunera ocultos en la Provincia de Casanare habían coordinado, y que consistía en derrocar el régimen virreinal apoyando y facilitando la invasión de un ejército británico, que entraría por el río Orinoco, se asentaría en Trinidad en la Provincia de Casanare y desde allí atacaría a Santafé de Bogotá, teniendo en cuenta que las tropas virreinales se ubicaban protegiendo las fronteras en Darién, Caribe y Riohacha, y no había fuerzas significativas que protegieran el flanco oriental de los Llanos.Declaración de los Derechos del HombreTribunal del Santo Oficio de la InquisiciónPedro Mendinuetala insurrección comuneraProvincia de Casanarerío OrinocoTrinidadLlanos Contra lo que esperaba, se le mantuvo en prisión por varios años hasta cuando finalmente el virrey accedió a mejorar sus condiciones temiendo su próxima muerte y permitió que se trasladara con su familia a una hacienda en inmediaciones de Santafé (mayo de 1803). Allá permaneció en reclusión domiciliaria hasta que en noviembre de 1809 fue nuevamente apresado bajo sospechas de hacer parte de una conspiración contra el gobierno. Remitido a Cartagena, quedó confinado en prisión hasta principios de junio de 1810, cuando la junta provincial de gobierno establecida desde el 22 marzo anterior atendió su solicitud de libertad bajo fianza gracias a las gestiones del comisionado regio Antonio Villavicencio y a la ayuda de su amigo y favorecedor Enrique Somoyar en la consecución de fiadores. En diciembre de 1810, Nariño regresó a Santafé a tiempo para participar en la organización del Congreso de las Provincias de la Nueva Granada que se instaló el día 22 del mismo mes y del que fue designado secretario. En tal condición contribuyó a contener las aspiraciones separatistas de Cartagena.Antonio VillavicencioEnrique Somoyar

4 Triunfos pasajeros y nueva prisión El 30 de agosto de 1811, a los diecisiete años del día de su captura por la traducción e impresión de los Declaración de los Derechos del Hombre Nariño se recibió de corregidor de la ciudad. El 19 de septiembre, sus críticas provocaron la dimisión del primer presidente del Estado de Cundinamarca Jorge Tadeo Lozano (electo en abril del mismo año) y Nariño fue proclamado en su lugar. y en permanente antagonismo con Camilo Torres, presidente delCongreso de las Provincias Unidas.1811Declaración de los Derechos del HombreJorge Tadeo LozanoCamilo TorresCongreso de las Provincias Unidas Durante casi seis años, el antiguo Reino de Nueva Granada (actual Colombia), vive una época que la historia conoce con el nombre de la Patria Boba. Cada provincia proclama sus autoridades, cada aldea tiene su Junta independiente y soberana, la palabra federalismo se convierte en la soberbia doctrina de la impotencia. Tras participar en lo que se ha llamado la primera guerra civil de la Nueva Granada, que lo opuso a otras figuras de la Independencia comoFrancisco de Paula Santander, Antonio Baraya o Atanasio Girardot, 2 Nariño propuso a los federalistas que se unieran para así evitar la reconquista española.Patria Bobaguerra civilFrancisco de Paula SantanderAntonio BarayaAtanasio Girardot 2 En septiembre de 1813 delegó la presidencia en su tío Manuel de Bernardo Álvarez para salir a la cabeza de las fuerzas combinadas de Cundinamarca y las Provincias Unidas a tratar de contener el avance de fuerzas españolas dirigidas desde Quito en una campaña militar en el sur. La campaña, inicialmente exitosa, hizo que el general Juan de Sámano retrocediera y pudieron llegar así entonces a Popayán, donde Nariño y sus hombres tuvieron que parar a descansar y a replantear su estrategia. La división interna de su ejército auspiciada por los partidarios de Camilo Torres Tenorio hizo que el ejército tuviera numerosas deserciones además de las enfermedades que atacaron a los soldados a causa de lo inhóspito de los caminos recorridos.1813Manuel de Bernardo Álvarezcampaña militar en el surJuan de SámanoCamilo Torres Tenorio Al salir hacia Pasto el ejército iba mermado y el recorrido estuvo acompañado por constantes ataques de guerrillas y por territorios selváticos que dificultaban el paso a los soldados patriotas. Cuando llegaron a Pasto fueron recibidos por el ejército realista y lucharon todo el día. Nariño había dejado 500 hombres en la retaguardia para posible refuerzo; en Pasto el ejército se divide en tres para contrarrestar el ataque enemigo y casi con la victoria segura Nariño y dos de las partes del ejército se atrincheran para descansar. En esto los emisarios de la tercera parte no encontraron restos a sus compañeros y pensando que habían sido acabados dieron la noticia que todos habían perecido. Fue allí cuando el temor se apodera de todos y regresan a la base con la noticia de que todos en Pasto habían muerto y que el General Nariño también, entonces toda la retaguardia y los soldados que habían llegado de pasto se retiraron. Al anochecer Nariño piensa en volver a su base y recoger a los soldados que estaban allí para acabar con los Realistas de una vez, pero cuando llegaron a buscarlos como refuerzo no encontraron nada y el ejército que acompañaba a Nariño lo abandona y decide volver a Popayán. Nariño envía a su hijo con ellos con la excusa de llevar una razón, pero en realidad era para que se salvara. El General Nariño había quedado completamente solo en medio de las montañas sin comida y decepcionado, ya que todos lo habían abandonado, entonces en un acto de valentía sin precedentes decide entregarse en vez de huir. Nariño fue puesto prisionero el 10 de mayo de 1814. El pueblo pastuso pedía su cabeza ya que la región de Pasto era muy fiel a la corona española, y aunque Nariño al principio era no grato en esa región, a su salida prisionero a Quito el pueblo salió a las calles en silencio a despedirlo como símbolo de respeto y admiración, después Nariño es enviado a Cádiz, parte de su ejército siguió hasta Popayán pero ante la presión del ejército español los granadinos debieron retirarse hacia territorios del Valle del cauca en octubre del mismo año.

5 Regreso a la patria: Auspicioso recomienzo y dramática evolución llego de disfrutar por un corto lapso de su libertad en Europa, Nariño reapareció en Angostura a mediados de febrero de 1821. El Libertador lo acogió con amabilidad y lo designó vicepresidente interino de la recién formada unión colombiana con el preciso y urgente encargo de acudir a instalar el Congreso Constituyente en Villa del Rosario de Cúcuta, lo que verificó en 5 de mayo de ese año. Diversas circunstancias llevaron a Nariño a renunciar a su alta investidura apenas dos meses más tarde (5 de julio) para proseguir a Santafé. LibertadorCongreso Constituyente Entre tanto, el mismo congreso lo eligió en ausencia al término se sus deliberaciones (en 9 de octubre) como senador para sus próximas sesiones que se iniciarían en Santafé a partir del primer día de 1823; pero su curul fue sorpresiva e inmediatamente impugnada por un par de jóvenes políticos por considerarlo indigno de ella. El congreso de Cúcuta acordó mantener la elección, pendiente de la defensa que tendría que hacer el impugnado al iniciar las sesiones en la capital.

6 Victoriosa defensa ante el senado En 14 de mayo de 1823, Nariño compareció en Santafé ante el pleno del congreso para defenderse públicamente de las acusaciones de que había sido objeto en Cúcuta al momento de su elección como senador en octubre de 1821. Emotiva y documentada exposición de argumentos incontestables dejó sin piso las tres temerarias acusaciones en su contra, cuales habían sido: haber quedado deudor fallido de las sumas que resultaron a su cargo en 1794 mientras se desempeñaba como tesorero de diezmos del arzobispado en Santafé; haberse entregado voluntaria y cobardemente al enemigo a las puertas de Pasto en inexplicable corolario de la exitosa campaña militar que hasta ese mismo día había conducido desde Santafé; y, haber permanecido por su gusto ausente del país hasta pocos meses antes de su elección como senador en Cúcuta. El día 20 del mismo mes, Nariño resultó absuelto incondicionalmente y su derecho a posesionarse como senador le fue reconocido sin objeciones. Desde ese día asistió puntualmente a las sesiones del congreso a tiempo que su salud desmejoraba a ojos vista, al punto de verse en la necesidad de solicitar licencia para trasladarse a un mejor clima tras la clausura de las sesiones ordinarias en 6 de agosto.

7 Nariño, periodista Desde su infancia Nariño se aficionó a la lectura, inicialmente bajo la orientación de sus padres con el propósito de suplir la educación que no podía recibir en el colegio debido a sus problemas de salud. Durante toda su vida conservó el apego a los libros y, por extensión, a los impresos que por la época de su primera juventud debieron ser muy escasos. Enrique Santos Molano, documentado biógrafo de finales del siglo XX, postula que las primeras incursiones de Nariño en el periodismo acaso se remonten a la aparición de los primeros impresos de esa naturaleza que circularon en la capital virreinal. Aviso del terremoto fue una publicación efímera pero pionera en el periodismo neogranadino. Su primer número apareció a continuación del desastre natural (ocurrido el 16 de julio) con noticias lo acaecido en la capital en los días precedentes. El modesto impreso debió gozar de buena acogida entre el escaso público lector de aquellos días pues al cabo de otro par de entregas (25 de julio y 18 de agosto) que presumiblemente agotaron el tema que le dio origen fue seguida por la «Gazeta de Santafé», cuyo primer número salió el 31 de agosto y parece haber sido seguido por siquiera otros dos números al final de cada uno de los meses subsiguientes. Aviso del terremoto De allí en adelante la publicación de impresos se suspendió por varios años en Santafé, hasta que a fines de 1790 se produce la llegada del periodista cubano Manuel del Socorro Rodrígueztraído por el virrey José de Ezpeleta para dirigir la Real Biblioteca instituida desde 1777. Editado por ese mismo funcionario, el miércoles 9 de febrero de 1791 empieza a circular el semanario «Papel periódico de Santafé», impreso con licencia del superior gobierno en la Imprenta Real. A partir del segundo número aparecerá los viernes y para su número cuatro ya contaba con una lista de 150 suscriptores encabezados por el virrey y la virreina. Desde un principio Nariño se convirtió en colaborador asiduo del nuevo periódico, y el mismo biógrafo recién citado lo supone promotor y principal aportante para la subvención de los costos de impresión no cubiertos por las suscripciones basado en la circunstancia de que cuando la vieja imprenta de los jesuitas pronto se dañó irreparablemente fue Nariño quien importó desde España (en 1792) los nuevos equipos y elementos requeridos para que el periódico pudiera seguir apareciendo. En cualquier caso, el primer artículo identificable como de Nariño que allí aparece publicado es el breve ensayo «Los frutos del árbol noble» inserto en el tercer número del periódico, correspondiente a febrero 25 de 1791. Frecuentes colaboradores del mismo periódico fueron, además del director y Nariño, los entrañables amigos de este último Pedro Fermín de Vargas y Francisco Antonio Zea.Manuel del Socorro RodríguezJosé de EzpeletaPedro Fermín de VargasFrancisco Antonio Zea A comienzos de 1794, Nariño al fin pudo hacer realidad una idea que rondaba su mente de tiempo atrás pero cuya puesta en ejecución había tenido que diferir a causa de sus múltiples ocupaciones y responsabilidades. En un salón de su casa en la plazuela de San Francisco, especialmente acondicionado y decorado para el efecto, estableció sede para las tertulias habituales de un grupo de intelectuales y personalidades de la sociedad santafereña que se congregarían allí ostensiblemente con el propósito de ilustrarse mutuamente con el producto de sus lecturas y el recuento de diversas experiencias y viajes a ultramar. A usanza de una época en que se carecía de medios de comunicación social, estas reuniones constituían lo que por entonces se conocía como un casino literario al que el propio Nariño asignó el apelativo de «Arcano de la Filantropía» y cuya plana de fundadores incluia, además del anfitrión, a sus amigos José María Lozano, heredero del marqués de San Jorge y hermano mayor de Jorge Tadeo, José Antonio y Juan Esteban Ricaurte, Luis y José Luis de Azuola, Francisco Antonio Zea, Joaquín Camacho, Francisco Tovar y el doctor Iriarte.Arcano de la Filantropía Por los mismos días de fines de 1793 o principios de 1794 Nariño procedió a imprimir su propia versión al castellano del texto francés relativo a los derechos humanos, al que se hizo alusión arriba, en temeraria o imprudente acción que habría de ser causa de interminables problemas. Años más tarde, el domingo 14 de julio de 1811, casual o intencionalmente en coincidencia con el aniversario de la toma de La Bastilla (1789, París), Antonio Nariño inició en Santafé la publicación de un semanario al que llamó «La Bagatela». Era un periódico de crítica política que se proponía divulgar y hacer más efectiva su tarea de oposición a las ideas federalistas del incipiente gobierno al propio tiempo que propender por la declaración de la independencia absoluta de la Nueva Granada y la instauración de una república democrática. El nuevo periódico salió de la misma Imprenta Real, ahora regentada por Bruno Espinosa de los Monteros, que más de dos décadas atrás había impreso el «Aviso del Terremoto» y la «Gazeta de Santafé». La pluma de Nariño se demostró tan demoledora que a poco andar (en 19 de septiembre del mismo año) originó una conmoción popular que derribó el gobierno de Jorge Tadeo Lozano, primer presidente de Cundinamarca, para instalar al periodista en el poder. Nariño se mantuvo en él por espacio de dos años, hasta cuando en septiembre de 1813 salió a la cabeza de la expedición militar al sur.Bruno Espinosa de los MonterosJorge Tadeo Lozano Las ocurrencias y vicisitudes de los años siguientes silenciaron a Nariño. En abril de 1820, recién salido de su última prisión (Cádiz, 1816-1820) y desde un pasajero refugio en la inmediata Isla de León denunció los excesos de Pablo Morillo en el proceso de pacificación de Costa Firme y Nueva Granada entre 1815 y 1820. Bajo el seudónimo de Enrique Somoyar, Nariño escribió sus célebres cartas «Cartas de un americano a un amigo suyo», presuntamente suscritas por su antiguo benefactor en Cartagena (para entonces difunto). Por los mismos días, Nariño redactó una «Representación al rey de varios individuos americanos de Costa Firme y Suramérica residentes en Cádiz» suscrita porJuan Miguel de Quiroga con otros veintiocho patriotas, comunicación seguida por otra originada en la Sociedad Patriótica de Isla de León que presidía el mismo Nariño.Pablo MorilloCosta FirmeNueva GranadaEnrique SomoyarJuan Miguel de Quiroga Algunos años después, de regreso en Santafé y cuando ya se acercaba al final de su vida, Nariño publicó sus «Toros de Fucha» en respuesta a múltiples y reiterados ataques que venía recibiendo, agudizados tras la aparición del periódico gobiernista «El Patriota» a fines de enero de 1823. En esta última publicación acuñó la afortunada expresión de patria boba, para referirse a los años iniciales de nuestra nacionalidad (1810-1816) al presentar su posición en torno a las tesis encontradas de federalismo y centralismo. La postrera aventura periodística de Nariño causó serios estragos a la imagen del gobierno del vicepresidente Francisco de Paula Santander.Francisco de Paula Santander

8 Nariño, político Mimado por lo más selecto de la sociedad santafereña a la que pertenecía por nacimiento, insuperablemente ilustrado entre sus contemporáneos a través de constantes y variadas lecturas, y siempre en los mejores términos con las autoridades virreinales, Antonio Nariño se encaminó desde muy temprano a actividades políticas que supo combinar con exitosas especulaciones financieras y comerciales que lo llevaron a acumular una fortuna en el transcurso de pocos años. Alcalde de segundo voto elegido por el cabildo de Santafé para el año de 1789 como segundo de su entrañable amigo el mayorazgo de la casa del marqués de San Jorge, José María Lozano de Peralta, a quien la misma corporación confirió la primera vara. Tesorero interino de diezmos del arzobispado, designado en julio del mismo año por el virrey Francisco Gil y Lemos en deliberada ignorancia del privilegio del cabildo eclesiástico para proveer tal cargo, fue confirmado acto seguido por el nuevo virrey José de Ezpeleta y Galdeano. Presumiblemente no habría en la Santafé de esos momentos otro personaje --aparte del virrey, el arzobispo y los oidores de la Real Audiencia-- comparable en rango, poder y distinción con Antonio Nariño. Acaso envanecido con esos logros y la preeminencia que ellos conferían, a fines de 1793 o comienzos de 1794 Nariño tuvo la audacia o la imprudencia de traducir y poner a circular el textoaprobado por la Asamblea Nacional de Francia a comienzos de la revolución (4 de agosto de 1789) consagratorio de derechos del hombre y del ciudadano que entraban en manifiesta contradicción con cuanto siglos de tradición habían consagrado como ley de la tierra en la totalidad de los reinos europeos. Esta acción de Nariño marcó el comienzo de su ruina personal y determinó que a través de altos y bajos su vida transcurriera de aquí en adelante mayormente en prisión.José María Lozano de PeraltaFrancisco Gil y LemosJosé de Ezpeleta y Galdeanotextorevolución Entre el momento de su captura en su casa de habitación en Santafé el 29 de agosto de 1794 y su liberación en Cartagena el 2 de junio de 1810, un lapso de casi dieciséis años, Nariño estuvo preso salvo el breve intervalo que pasó oculto en Europa y América entre el momento de su fuga en Cádiz (17 de marzo de 1796) y su entrega voluntaria en Santafé (19 de julio de 1797). A poco de este último hecho y ante las críticas que el encumbrado e ilustrado prisionero hacía al gobierno, el virrey Pedro Mendinueta le pidió que las formulara por escrito y propusiera soluciones, a lo que este se avino y en noviembre de 1797 sometió a consideración del representante del rey un informe que fue remitido por este a la corte en Madrid.Pedro Mendinueta Una marcha inicialmente victoriosa terminó inesperadamente en fracaso al verse Nariño precisado a entregarse al jefe militar de Pasto en 14 de mayo de 1814. Los siguientes seis años los pasó de nuevo en prisión. De Pasto pasó a Quito y de allí a Guayaquil, en donde se le embarcó para Cádiz y allá permaneció preso hasta el 23 de marzo de 1820. Nariño regresó a América por el Caribe y Venezuela. En 20 de febrero de 1821 se reportó al Libertador Simón Bolívar desde Angostura y este lo recibió con afecto e invitó a que se le reuniera en los llanos del Apure. Allí lo puso al tanto de las dificultades para instalar el congreso constituyente convocado en la Villa del Rosario de Cúcuta por el fallecimiento (en 9 de marzo) del vicepresidente interino, el jurista venezolano Juan Germán Roscio, y la grave enfermedad de su reemplazo, el general neogranadino Luis Eduardo de Azuola (quien falleció en 13 de abril). En consecuencia, Bolívar pidió a Nariño que se dirigiera sin tardanza a esa villa para, con igual rango de vicepresidente interino, proceder inmediatamente después de su llegada a instalar el congreso. Así lo verificó este último el 6 de mayo.Simón BolívarJuan Germán RoscioLuis Eduardo de Azuola Diversos problemas precipitaron la renuncia del vicepresidente Nariño apenas al cabo de dos meses (en julio 5) y este, bastante afectado en su salud, se encaminó hacia la capital adonde llegó en los primeros días del mes de enero de 1822. De vuelta en su tierra natal tras una ausencia de más de ocho años, envejecido y enfermo buscó refugio en su casa de Fucha en donde permaneció en reposado aislamiento hasta cuando en octubre el gobierno del vicepresidenteFrancisco de Paula Santander lo designó comandante general de armas de la provincia de Cundinamarca y presidente de la comisión de repartimiento de bienes nacionales. Por esos mismos días el congreso de Cúcuta lo había elegido senador para sus próximas sesiones en Santafé a partir del primer día de 1823 pero su curul fue sorpresivamente impugnada por dos jóvenes políticos que lo consideraron indigno de ocuparla. Al cabo de los debates suscitados por la singular situación se convino en mantener la elección de Nariño, pendiente de la defensa que haría el impugnado al inicio de las sesiones en la capital.Francisco de Paula Santander En 3 de diciembre de 1822, próxima la fecha establecida para instalar las sesiones del congreso el primer día de 1823, Nariño fue oficialmente notificado de su elección como senador en Cúcuta y de la impugnación de la misma por tres cargos que se le hacían, a saber: haber quedado deudor fallido de las sumas que resultaron a su cargo en 1794 mientras se desempeñaba como tesorero de diezmos del arzobispado en Santafé; haberse entregado voluntaria y cobardemente al enemigo a las puertas de Pasto en inexplicable corolario de la exitosa campaña militar que hasta ese mismo día había conducido desde Santafé; y, haber permanecido por su gusto ausente del país hasta pocos meses antes de su elección como senador en Cúcuta. Por delicadeza, Nariño procedió al día siguiente de esa notificación a renunciar su empleo de comandante de armas de Cundinamarca aduciendo que la circunstancia en que lo dejaba la comunicación recibida le impidía seguir desempeñando cualquier función pública. Su renuncia fue reiterada en 1 de enero de 1823, fecha en que el congreso ante el que había de defenderse hubiera debido instalarse, y todavía en 1 de febrero. Pero apenas le fue aceptada en 12 de febrero y en ese mismo día Nariño entregó el cargo al general José María Cordova para dedicar casi todo su tiempo y empeño a la preparación de su defensa.José María Cordova En 5 de marzo y en respuesta a múltiples y reiterados ataques de que venía siendo objeto, agudizados tras la aparición del periódico gobiernista «El Patriota» el 26 de Enero, Nariño publicó la primera entrega de sus «Toros de Fucha» que causó estragos a la imagen del gobierno. Una aparente queja allí contenida sobre mordazas a la libre expresión llevó al vicepresidente Francisco de Paula Santander a pedirle explicaciones, de manera más bien conminatoria, según lo narró la segunda entrega del papel (abril 7).Francisco de Paula Santander Apenas el 8 de abril de 1823 se instaló finalmente el congreso. Había natural expectativa de favorecedores y contrincantes políticos sobre la defensa que correspondia hacer al precursor Antonio Nariño sobre su derecho a ocupar la curul por Cundinamarca para la que había sido elegido por el mayor número de votos al cierre del congreso constituyente en Villa del Rosario (9 de octubre de 1821), pero algunos debates previos fueron dando largas a la iniciación de la intervención del impugnado. Nariño, por su parte, optó por abstenerse de concurrir a sesiones hasta poder iniciar su defensa, lo que ocurrió en mayo 14 cuando el ilustre acusado compareció ante el pleno del congreso para defenderse públicamente de las acusaciones de que había sido objeto en Cúcuta al momento de su elección como senador. Emotiva y documentada exposición de argumentos incontestables dejó sin piso las tres temerarias acusaciones en su contra y el día 20 del mismo mes Nariño resultó absuelto incondicionalmente y su derecho a posesionarse como senador le fue reconocido sin objeciones. Desde ese día asistió puntualmente a las sesiones del congreso a tiempo que su salud desmejoraba a ojos vista, al punto de verse en la necesidad de solicitar licencia para trasladarse a un mejor clima tras la clausura de las sesiones ordinarias en 6 de agosto.

9 Nariño, militar Antonio Nariño no fue militar de carrera pues sus primeros pasos en esa dirección terminaron recién iniciados cuando a la temprana edad de su alto rango militar, cuando siendo presidente de Cundinamarca en septiembre de 1813 se ofreció para comandar en jefe las fuerzas unidas del Estado que gobernaba con aquellas de las Provincias Unidas de Nueva Granada, aportadas desde Tunja por su acérrimo rival político Camilo Torres Tenorio, con el fin de marchar al sur para recuperar a Popayán y evitar que tropas realistas avanzaran hacia el interior de la república en un empeño de invasión ordenado desde la presidencia de Quito.Provincias Unidas de Nueva GranadaCamilo Torres Tenorio El éxito inicial de la campaña, que Nariño condujo victoriosamente hasta las puertas de la ciudad de Pasto, se vio sorpresivamente interrumpido en 11 de mayo de 1814 cuando de manera inexplicable la avanzada que el mismo general en jefe comandaba resultó superada por un tropel de paisanos que, sin instrucción militar alguna ni armas diferentes a palos y piedras, pusieron en apresurada y desordenada fuga a los presuntos invasores. Nariño optó por quedarse solo luego de despachar de regreso a Popayán (capital provincial que había retomado para los patriotas desde el 2 de enero) en procura de refuerzos a los oficiales de su entorno inmediato, entre quienes se contaba su propio hijo homónimo Antonio Nariño y Ortega. Cansado de deambular por los montes circundantes por unos días, el día 14 de mayo un hambriento y fatigado Nariño se entrega a merced de su oponente realista de las jornadas precedentes, mariscal Melchor Aymerich. Enemigo noble, Aymerich recibió a Nariño por prisionero pero dispuso que se le diera tratamiento correspondiente a sus muy elevados empleo y rango; y, para abundar en deferencias, denegó la solicitud del prisionero sobre ser enviado a Quito en la certeza de que el presidente Toribio Montes no le guardaría las mismas consideraciones y le haría fusilar sin vacilación. Se limitó a autorizarle que se dirigiera a él por escrito mientras que por su parte al día siguiente Aymerich ofició al general patriota José Ramón de Leyva en Popayán para notificarle la prisión del presidente de Cundinamarca.Antonio Nariño y OrtegaMelchor AymerichToribio MontesJosé Ramón de Leyva Meses más tarde, en 4 de julio, desde su prisión en Pasto el presidente Nariño envia al gobierno de Cundinamarca su propuesta para un armisticio con Quito. El presidente encargado Manuel de Bernardo Álvarez pasó la propuesta al congreso para su consideración y este respondió favorablemente a la iniciativa que, sin embargo, no encontró acogida entre los realistas.Manuel de Bernardo Álvarez El día 15 de julio de 1815, Nariño fue remitido desde Pasto con destino a Quito por orden del presidente Montes. Al parecer hubo algunos intentos inútiles de patriotas granadinos para liberarlo a la fuerza en el trayecto. Llegado a su destino, fue despachado a Lima para ser embarcado con destino a Cádiz, adonde llegó a principios de marzo de 1816 para ser recluido en la cárcel pública donde permaneció los siguientes cuatro años; fue liberado en marzo 23 de 1820.Cádiz


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