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Domingo 17º del tiempo ordinario

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Presentación del tema: "Domingo 17º del tiempo ordinario"— Transcripción de la presentación:

1 Domingo 17º del tiempo ordinario
Ciclo A Día 24 de Julio de 2011

2 Hoy nos trae el evangelio la continuación de la predicación de Jesús, por medio de parábolas.

3 Por medio de parábolas nos quiere explicar Jesús en qué consiste el Reino de Dios, que es del otro mundo, pero que ya comienza aquí y está entre nosotros.

4 Jesús tiene que corregir ideas materialistas que muchos tenían sobre lo que debería ser el Reino de Dios. Para muchos israelitas el Reino de Dios sería como una restauración de la monarquía de David. Para otros, algo más religioso y de leyes, pero de estilo nacionalista.

5 Tampoco el Reino de Dios es lo mismo que la Iglesia.
La Iglesia es el terreno privilegiado donde el Reino se va edificando y es “el germen y principio del Reino”. El Reino de Dios está por encima de toda realización concreta y aun religiosa.

6 Estos domingos pasados, al hablar sobre el Reino de Dios, veíamos algunas cualidades capaces de transformar el mundo. Hoy nos fijamos en la postura del ser humano, que va descubriendo ese Reino.

7 El evangelio de este día nos trae cuatro parábolas
El evangelio de este día nos trae cuatro parábolas. Nos fijaremos principalmente en las dos primeras: el tesoro escondido y la perla de gran valor. Vienen a tener un mismo mensaje.

8 Se trata de que un campesi-no arando encuentra un tesoro
Esto hoy es casi imposible; pero en aquel tiempo sucedía a veces que alguien, que tuviera un tesoro, debía hacer un viaje largo. Como no solía haber bancos para dejar dinero y menos objetos preciosos, enterraba sus tesoros en un lugar conocido sólo por él. Si no podía volver, el tesoro quedaba escondido, hasta que alguien lo encontrase. Hoy también se buscan tesoros: barcos antiguos hundidos, petróleo, etc.

9 Lo mismo podríamos decir de las perlas o de otras piedras preciosas.
Para uno que no entiende, todas parecen iguales; pero un especialista en ellas sabe distinguir la que más vale entre otras varias.

10 El Reino de los cielos, dice Jesús, es algo muy precioso, que suele estar escondido para la mayoría de la gente; pero que si se le encuentra y se le consigue, es de tanto valor que nos llena el alma y nos da la mayor felicidad.

11 Resulta que en estos tiempos hay muchas comodidades, mucho progreso económico, mucha diversión; pero hay muchas enfermedades psicológicas y muchos suicidios. Y precisamente en países avanzados y progresis-tas suele haber más suicidios. Se dice que muchos tienen “una crisis existencial”. Entre los jóvenes, y no tan jóvenes, hay mucha droga y desencanto de la vida. Les parece que la vida no conduce a nada y que no vale la pena luchar por nada.

12 Es necesario encontrar el sentido de la vida
Debe haber algo grande, por lo cual vale la pena gastarse y desgastarse. De hecho el sacrificio, el dar generosamente la vida, llena más de felicidad que la comodidad o la diversión. Debemos encontrar el tesoro que nos llene toda nuestra vida. Muchos santos lo encontraron al escuchar, con el corazón abierto, alguna parte de la Palabra de Dios.

13 El único tesoro, que es Vida y Verdad, es el Reino de Dios.
Una primera enseñanza es que todos los tesoros materiales tienen un valor limitado y todo se terminará. El único tesoro, que es Vida y Verdad, es el Reino de Dios.

14 Para conseguir este Reino de Dios hay que trabajar,
hay que desprenderse de muchas cosas. Lo que aparece en primer lugar no suele ser lo más valioso. Pues lo primero que suele estimar la gente es el dinero, el aplauso, los honores…

15 Muchas veces no es fácil encontrar ese gran tesoro, aunque en realidad lo llevamos muy dentro de nosotros. No se trata de quitar lo demás, sino de saber lo que es más importante y supeditar todo lo demás a ello.

16 Busca primero el Reino de Dios
Automático

17 y su justicia.

18 Todas las cosas se te añadirán.

19 Aleluya.

20 Busca primero el Reino de Dios

21 y su justicia.

22 Todas las cosas se te añadirán.

23 Aleluya Hacer CLICK

24 Buscar el Reino de Dios no es algo teórico, sino que se deben poner los medios prácticos.
Al hablar de la perla nos habla Jesús de saber comprar. Para ello hay que dejar lo que estorbe. Cuando uno hace una compra, consigue algo que pretende, pero tiene que dejar algo que también estima, como es una parte de dinero.

25 Para hacer bien esa compra debemos conocer bien el valor de las cosas, para inclinarnos a lo que tenga más peso o valor. El Reino de Dios vale inmensamente más que todos los tesoros y perlas. Jesús nos dijo: “Donde está tu tesoro, allí está tu corazón”. Examinemos el corazón.

26 Qué podemos comprar o no comprar
con el dinero PODEMOS COMPRAR NO PODEMOS la cama el sueño, la comida la digestión, el lujo la belleza, el remedio la salud, la convivencia el amor, la diversión la felicidad, un crucifijo la fe, lugar en el cementerio - lugar en el cielo.

27 La alegría de la fe Lo cierto es que quien encuentra el tesoro de la fe, de la gracia, de la vida espiritual, tiene una vida de mayor alegría, como lo expresan los santos y tantas personas buenas, además de la esperanza de la alegría futura eterna.

28 También nos dice Jesús que el Reino de Dios es como uno que arroja una red al mar y la recoge. Se parece a lo del trigo y la cizaña. En la red hay peces gordos y flacos. Los gordos los guardan y tiran los flacos al mar. Al final de los tiempos en el juicio final Dios los separará. No tenemos porqué juzgar a nadie, sino trabajar para que todos se llenen del Espíritu de Dios y que todos puedan participar con los santos en el cielo.

29 También Jesús, en otra pequeña parábola, alaba a quien de su arca sabe aprovecharse de las cosas buenas antiguas y modernas. Para buscar el Reino de Dios debemos saber aprovechar las cosas buenas antiguas y las modernas: en liturgia, en arte, movimientos de apostolado… Hay algunos que desprecian todo lo antiguo y otros que desprecian todas las novedades. Como decía san Pablo: “Hay que saber probar un poco de todo; pero quedarse con lo bueno”. Y esto especialmente con respecto al Antiguo y al Nuevo Testamento.

30 Hoy san Pablo, en la segunda lectura (Rom 8, 28-30), nos presenta un gran tesoro que podemos sacar en nuestro comportamiento de cada día. “Hermanos: Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.”

31 La diferencia está en que, mientras para los que no aman a Dios, sólo ven felicidad y paz cuando las cosas mundanas les van bien, para los que aman a Dios, saben ver felicidad y paz aun cuando las cosas mundanas no van bien. Y lo principal es que adquieren méritos y felicidad futura, a veces más, cuanto parece que todo va mal. Esto es un gran tesoro

32 Si algunos hacen un esfuerzo tan grande para conseguir un premio deportivo o de ciencias o político… ¡Cuánto más esfuerzo debemos hacer para conseguir el tesoro del reino de Dios! Es difícil y hace falta una gran sabiduría. La primera lectura nos pone como ejemplo a Salomón que no pide a Dios tesoros materiales sino sabiduría:

33 1Reyes 3,5.7-12 En aquellos días, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: "Pídeme lo que quieras." Respondió Salomón: "Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?" Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo: "Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti."

34 Pidamos al Señor nos dé la santa sabiduría para comprender cuál es el verdadero tesoro y para que lo consigamos ahora y por siempre.

35 Señor, dame tu sabiduría, Automático

36 para que me proteja y conozca tu voluntad,

37 para que me proteja y conozca tu voluntad.

38 Dios de nuestros padres, Señor de la misericordia,

39 que con tu palabra hiciste el universo

40 y con tu sabiduría nos formaste,

41 que se sienta sobre tu trono.
dame la sabiduría que se sienta sobre tu trono.

42 Señor, dame tu sabiduría,

43 para que me proteja y conozca tu voluntad.

44 para que me proteja y conozca tu voluntad.

45 AMÉN Que María, Sede de la Sabiduría, nos ayude a conocer
el Tesoro de Jesús. AMÉN


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