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Publicada porIñjgo Picazo Modificado hace 11 años
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La moralidad de los actos humanos El pecado (introducción)
Décimo sexto programa La moralidad de los actos humanos El pecado (introducción)
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libremente realizados tras un juicio de la conciencia,
Enseña el catecismo: “Los actos humanos, es decir, los libremente realizados tras un juicio de la conciencia, son calificables moralmente: son: - buenos o - malos” (CEC, 1749).
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“El obrar es moralmente bueno cuando las elecciones de la libertad están conformes con el verdadero bien del hombre y expresan así la ordenación voluntaria de la persona hacia su fin último, es decir, Dios mismo” (VS, 72).
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Depende de: “El objeto, la intención y las circunstancias son las «fuentes» o elementos constitutivos de la moralidad de los actos humanos” (CEC, 1750) OBJETO CIRCUNSTANCIAS FIN
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Es la acción u omisión calificada moralmente.
5. El objeto moral: Es la acción u omisión calificada moralmente. Es distinta de la acción física... Que un acto humano sea bueno o malo depende ante todo de que el objeto sea bueno según el juicio de la persona (VS, 78).
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Hay actos que son intrínsecamente malos, porque son malos siempre y por sí, es decir, independientemente del fin y de las circunstancias (cf VS, 80; CEC, 1756). La intención: Designa el objetivo que la persona busca en la acción: es un movimiento de la voluntad hacia un fin (CEC, 1752).
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Una intención buena no hace bueno ni justo un comportamiento en sí mismo desordenado.
El fin no justifica los medios (CEC, 1753). “Una intención mala sobreañadida (como la vanagloria) convierte en malo un acto que, de suyo, es bueno (como la limosna; cf. Mt 6, 2-4) (CEC, 1753).
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Las circunstancias: Son los elementos secundarios de un acto moral. Contribuyen a agravar o a disminuir la bondad o la malicia moral de los actos humanos. Pueden también atenuar o aumentar la responsabilidad del que obra. “No pueden hacer ni buena ni justa una acción que de suyo es mala” (CEC, 1754).
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La bondad del acto OBJETO FIN CIRCUNSTANCIAS “El acto moralmente bueno supone a la vez la bondad del objeto, del fin y de las circunstancias” (CEC, 1755).
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Las acciones indirectamente voluntarias
10. Las acciones indirectamente voluntarias Cuando resulta de una negligencia. Si hay varios efectos, “para que un efecto malo sea imputable es preciso que sea previsible y que el que actúa tenga la posibilidad de evitarlo” (CEC, 1737).
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En ocasiones puede ser lícito realizar una acción para obtener un fin bueno, aunque no se pueda evitar el malo. A veces son situaciones muy delicadas, en las que lo prudente es pedir consejo.
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La responsabilidad ante los demás ante nosotros mismos ante Dios
Es consecuencia de la libertad: respondemos de nuestros actos porque libremente los quisimos. ante los demás ante nosotros mismos ante Dios
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El mérito Corresponde a la virtud de la justicia.
Es la retribución debida a la acción buena, digna de recompensa. La «culpa» es la responsabilidad que contraemos ante Dios al pecar.
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algo contra los mandamientos
El pecado Es toda acción u omisión voluntaria contra la ley de Dios, que consiste en decir, hacer, pensar o desear algo contra los mandamientos de la ley de Dios o de la Iglesia...
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15. En lo más profundo de su conciencia descubre el hombre la existencia de una ley que él no se dicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer... En sus juicios acerca de valores morales, el hombre no puede proceder según su personal arbitrio.
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Si Dios nos ama, es lógico que le duela mi falta de amor.
Lo mismo que le agradaría mi amor, le desagrada mi desprecio: Dios no es una piedra: es un corazón. Es un misterio cómo afecta a Dios el pecado, pues Dios es inmutable
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El pecado es, ante todo, ofensa a Dios.
Puede ser de acción y de omisión: a veces hay obligación de hacer el bien. Jesucristo condena al infierno a los que dejaron de hacer el bien.
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Nos incitan y tientan a pecar:
el mundo (criterios relajados, costumbres corruptoras, ambientes pervertidos) con sus atractivos, que tienen fuerza seductora para los incautos que se dejan llevar por él; el demonio con sus tentaciones; y la carne con sus inclinaciones al pecado.
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Muchas veces el demonio se vale de los mismos hombres para hacernos pecar.
Con su mal ejemplo, con sus palabras.... Para vencer las tentaciones tenemos la ayuda de la gracia
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Peor que la misma muerte...
20. La felicidad de la tranquilidad de conciencia no puede compararse a la amargura que deja detrás de sí el pecado. El pecado es el peor de los males . Peor que la misma muerte...
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21. El hombre, por el pecado, además de rechazar a Dios se hace esclavo de las cosas que valen menos que él.
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Dice San Juan Crisóstomo: Cuando te veo vivir de modo
22. Dice San Juan Crisóstomo: Cuando te veo vivir de modo contrario a la razón, cómo te llamaré, hombre o bestia. Cuando te veo arrebatar las cosas de los demás, cómo te llamaré, hombre o lobo. Cuando te veo engañar a los demás, cómo te llamaré, hombre o serpiente. Cuando te veo obrar neciamente, cómo te llamaré, hombre o asno. Cuando te veo sumergido en la lujuria, cómo te llamaré, hombre o puerco. Peor todavía. Porque cada bestia tiene un solo vicio: el lobo es ladrón, la serpiente mentirosa, el puerco sucio; pero el hombre puede reunir los vicios de todos los brutos.
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