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La vertical es la auténtica directriz del arte y de la arquitectura de Egipto. Esta selección de una dirección dominante es extraña al hombre prehistórico.

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1 La vertical es la auténtica directriz del arte y de la arquitectura de Egipto. Esta selección de una dirección dominante es extraña al hombre prehistórico y al hombre primitivo. Sin embargo, antes del advenimiento de los tiempos históricos se produjo una revolución óptica: la igualdad de todas las direcciones fue sustituida por la hegemonía de la vertical. Las raíces de este cambio están en los menhires de la época megalítica. La vertical es la línea del movimiento (menhir, pirámide, zigurat, estela, obelisco). La horizontal es la línea del reposo (ver un poco más adelante una imagen con los dioses egipcios Geb y Shu). Vertical y horizontal van juntas. No pueden darse separadamente. La verticalidad es el símbolo más evidente que apunta desde la tierra al cielo. Su significado es un vínculo con los poderes invisibles. Con el principio de la interpretación teológica, las piedras verticales se convirtieron en la montaña primigenia que surgió del caos y que se identificó con Atón. El obelisco fue el resultado de un proceso de progresiva abstracción geométrica. Reduce la materialidad al extremo. Es la suprema manifestación de lo vertical.

2 El eje es una línea imaginaria con la cual todos los puntos de una superficie, un volumen o un espacio mantienen una determinada relación. El arte paleolítico no lo conoció (por la ausencia de sedentarismo). El eje es una línea intangible que nace de la necesidad de establecer relaciones: la interdependencia de todas las partes dentro de un sistema a través de su relación con una línea central. Con el eje está indisolublemente unida la simetría. El matemático alemán Hermann Weyl describió los tres tipos principales de simetría: a) simetría bilateral, la más reciente, y que supone que la mitad derecha de una forma cubriría la mitad izquierda de esa misma forma si se superpusiesen ambas mitades; b) simetría traslativa, que resulta de la repetición rítmica de las formas; c) simetría rotativa. Con el advenimiento de la arquitectura aparece el eje vertical, que pronto se convierte en hegemónico. Su grandeza y pureza no fueron superadas después de la era de las pirámides. El eje vertical asciende desde el centro del cuadrado de la base hasta el vértice.

3 Pirámide y planos medianos
Pirámide y planos medianos. El eje de una pirámide puede extenderse para formar planos medianos atravesando toda su altura hasta el vértice. Piramidión de Amenemes III, perteneciente a su pirámide en Dahshur (ca a. C.). El Cairo. Basalto. Lado: 185 cm. Altura: 140 cm. Todas las líneas y todas las superficies convergen en un solo punto, precipitándose hacia él sin pausa y sin desviación. Las superficies se unifican con el eje vertical, cuya altura da la clave de las relaciones internas de la estructura piramidal. Nadie podía leer desde el suelo la primorosa inscripción. Aquí empezaba el contacto con la eternidad.

4 Ti cazando en los pantanos de papiros
Ti cazando en los pantanos de papiros. Relieve en la pared norte de la capilla de la mastaba de Ti. Saqqara. V Dinastía. Tomado de Georg Steindorff. Se trata de un ejemplo claro de la penetración de la vertical en el arte. El fondo está formado por una pared de líneas verticales muy altas y apretadas. El gesto regio del alto funcionario, reforzado por el fondo de tallos verticales, indica que en la estructura del Estado todo tenía ya su posición jerárquica ordenada. Diapositiva siguiente: Navegación a través de los pantanos. Detalle de la tumba de Mereruka. Saqqara. VI Dinastía. También aquí los tallos de papiro están representados por apretadas líneas verticales.

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6 Estela del rey Zet (Djet) o rey serpiente. I Dinastía. Abydos
Estela del rey Zet (Djet) o rey serpiente. I Dinastía. Abydos. Piedra calcárea. 143 cm de altura total. Louvre. El dios Horus, aún sin rasgos humanos, aparece como un enorme halcón que protege tanto al rey, representado como una serpiente, como la entrada al palacio. Nacimiento del ritmo plástico: encaje sucesivo de las líneas de encuadramiento de los huecos.

7 Detalle de papiro de la XXI Dinastía. Museo Británico
Detalle de papiro de la XXI Dinastía. Museo Británico. La diosa del cielo, Nut, está siendo separada por su padre, el dios del aire Shu (a quien le fue conferida la posición vertical, de movimiento), de su marido Geb, dios de la tierra (a quien le fue conferida la posición horizontal, de reposo).

8 Techo sin pintar de la cámara funeraria de Senmut (Sennemut), arquitecto genial y máximo hombre de Estado bajo el reinado de la reina Hatsepsut. Deir el-Bahari a. C. XVIII Dinastía. 3 x 4 m. Lo representado es el cosmos mismo como eterno calendario. La parte superior (sur) muestra las 36 semanas del año egipcio. La zona inferior (norte) representa los doce meses del año en doce círculos. Las deidades están tratadas con suprema delicadeza. Dibujos en blanco y negro. Finura de líneas y gran espontaneidad.

9 Detalle del techo de Senmut
Detalle del techo de Senmut. A la derecha, una constelación de cuatro estrellas, la central enmarcada por tres contornos en forma de cascarón de huevo, probablemente Orión (Sah). Debajo, un dibujo de Sah, de pie en su barca, con una estrella en la proa y otra en la popa. Al lado, otra barca con la esbelta diosa Isis con el sol naciente sobre su cabeza.

10 Detalle del techo de Senmut
Detalle del techo de Senmut. Grupo simbólico de un dios con cabeza de halcón, probablemente Horus (la estrella matutina), dirigiendo una vara contra un toro de extraña forma con un rabo de tres estrellas. Esta constelación nocturna probablemente representa a Meskhit, nuestra Osa Mayor. Detrás del toro está Selkis, la diosa de la muerte, que lleva sobre la cabeza el disco del sol poniente y encima de éste su símbolo, el escorpión.

11 Detalle de un sarcófago de piedra caliza de la reina Kawit
Detalle de un sarcófago de piedra caliza de la reina Kawit. Principios del Imperio Medio. XI Dinastía. Ca a. C. Museo de El Cairo.

12 Detalle de un sarcófago de piedra caliza de la reina Kawit
Detalle de un sarcófago de piedra caliza de la reina Kawit. Principios del Imperio Medio. XI Dinastía. Ca a. C. Museo de El Cairo. El relieve rehundido atrapa la luz y da a las figuras una silueta sumamente fina. El lado sobre el que da la luz resulta iluminado como por un tubo de neón, mientras que el otro lado queda resaltado por una oscura línea de sombra. Supremacía de la superficie plana. Nunca abandonó Egipto este tipo de relieve.

13 Relieve rehundido del rey Nectanebo I. Periodo Tardío. XXX Dinastía
Relieve rehundido del rey Nectanebo I. Periodo Tardío. XXX Dinastía. Siglo IV a. C. Museo Británico. Bloque macizo de piedra. Hasta en una piedra negra de escasa luz, los contornos de este relieve están claramente marcados por la luz y la sombra. Un tratamiento tan sutil de una superficie de piedra dura no se ha intentado desde entonces.

14 El rey Hor con el jeroglífico del ka sobre su cabeza
El rey Hor con el jeroglífico del ka sobre su cabeza. El rey se halla en su naos. Estatua de madera. Es la estatua funeraria la portadora del ka. Imperio Medio. Museo de El Cairo.

15 Relieve en madera del alto funcionario Hesiré, de la III Dinastía
Relieve en madera del alto funcionario Hesiré, de la III Dinastía. Altura de la figura: 54 cm. Hallado en su tumba en Saqqara. Intensidad que señala la primera floración del arte egipcio. El modelado del contorno de la cabeza es robusto. El contorno del tronco está simplificado casi hasta la forma trapezoidal. Cada detalle está tratado casi microscópicamente. Cada hebra de la peluca está claramente marcada. En su mano izquierda sujeta un bastón junto con objetos de escritura, mientras que la derecha sostiene un cetro en posición horizontal. Toda la postura está concentrada en un momento de acción, con la boca, la nariz, las cejas y la mandíbula tensos y prominentes. Ojo en posición frontal. A pesar de la expresión férrea, no hay ninguna brutalidad. La armonía y el encanto que emanan de los detalles formaban parte de aquellos tiempos primitivos. La espontaneidad de la representación hace olvidar que todo estaba calculado hasta el último detalle. Con la cabeza de perfil, los hombros y la parte superior de frente y las extremidades vistas de lado, el plano vertical se convierte en elemento constitutivo de la estructura del relieve. Todo parece girar alrededor del plano vertical. Las visiones frontal y lateral forman dos planos perpendiculares entre sí. Adolf Erman advirtió que el ombligo está trazado de lado. Como dice Heinrich Schäfer, no existe posición de tres cuartos. El lugar donde la visión frontal se une con la visión lateral está situado en la línea fronteriza decisiva, justamente encima de la articulación de la cadera. Durante tres milenios, los escultores egipcios no alteraron este modo de representación. Sigfried Giedion (1963).

16 Exterior de una mastaba en Saqqara
Exterior de una mastaba en Saqqara. Como señala George Andrew Reisner, la tumba egipcia desde sus comienzos fue tanto lugar de enterramiento como lugar de ofrendas.

17 Las grandes mastabas de la I Dinastía fueron descubiertas en Saqqara por Walter Bryan Emery desde El modelo de mastaba fue siempre el mismo, pero la tumba cada vez se hizo más grande y complicada. La superestructura podía estar hecha con ladrillos secados al sol, con paramentos y grandes contrafuertes, revestidos de argamasa cubierta con estuco de yeso blanco. Los muros exteriores que rodeaban a la mastaba eran planos y desprovistos de articulación. La subestructura fue progresivamente subdividida hasta incluir cerca de 50 cámaras y almacenes. La tumba (mastaba) 3506 medía 65 x 25 m. La forma general de la mastaba nunca cambió. Sólo durante la I Dinastía se realizaron sacrificios de sirvientes que eran depositados en cementerios secundarios fuera del recinto de la mastaba.

18 Tumba (mastaba) 3507 de Saqqara, perteneciente a la reina Herneith, de la I Dinastía. Revestimiento de ladrillo esmeradamente moldeado y construido en forma de nichos.

19 Axonometría de mastaba de la I Dinastía. Norte de Saqqara
Axonometría de mastaba de la I Dinastía. Norte de Saqqara. Según Walter Bryan Emery.

20 Esquema de una mastaba, con sus cámaras sepulcrales subterráneas y sus muros superiores de paredes inclinadas.

21 Complejo funerario de Zoser
Complejo funerario de Zoser. Arriba a la derecha, los altos falsos santuarios con sus capillas delanteras que dan al patio del Heb-Sed (este). Abajo a la derecha, la pirámide y delante de ella el gran patio ceremonial, orientado al sur.

22 Muralla exterior del complejo funerario de Zoser
Muralla exterior del complejo funerario de Zoser. Planchas de piedra caliza. Altura de la muralla: 10 m. La única puerta de entrada al conjunto, aquí visible, tiene un metro de ancho y seis de altura. Está permanentemente abierta, a través de una torre a modo de fortaleza.

23 Complejo funerario de Zoser en Saqqara (según Jean-Philippe Lauer)
Complejo funerario de Zoser en Saqqara (según Jean-Philippe Lauer). III Dinastía. Al sur, el gran patio ceremonial, con dos bloques en forma de B. Hacia el norte, la pirámide escalonada. Al este, el largo patio del Heb-Sed (jubileo) y antepatios de los edificios del norte y del sur. Al norte, otro amplio patio, ante el edificio del palacio. Superficie total: 15 Ha.

24 Oeste Este El complejo funerario de Zoser en Saqqara supone el comienzo de la arquitectura en piedra, y está inseparablemente unido al concepto del ka. Es el ka del rey, encarnado en su estatua funeraria (dentro del serdab o gabinete privado), la que vagaba eternamente por todo el recinto. Había dos tumbas. En una, debajo de la pirámide, estaba la momia del rey. La otra está adosada al sur del recinto amurallado.

25 oeste norte sur este Complejo funerario de Zoser (dibujo de Jean-Philippe Lauer). Al sur, el gran patio de la carrera ceremonial del ka del rey difunto. Se pueden observar los dos bloques de piedra con forma de B. Al SE, el patio alargado del Heb-Sed (jubileo), con la hilera de altos santuarios falsos y sus capillas fronteras. A la derecha de la pirámide, los dos rectangulares edificios, norte y sur, que según Herbert Ricke representan palacios gubernamentales del Alto y del Bajo Egipto. Sus fachadas tenían cornisas cóncavas y estaban adornadas por cuatro altas columnas. Se introduce de manera vacilante el uso de la simetría axial. Su única entrada está situada, del todo asimétricamente, en el extremo sudeste de un muro exterior de 550 m.

26 Gran patio ceremonial Patio del Heb-Sed La cámara funeraria de Zoser debajo de la pirámide escalonada está al fondo de un pozo cuadrado de 28 metros de profundidad. Como puede observarse, de ella parten corredores y numerosas ramificaciones por los cuatro lados.

27 Complejo funerario de Zoser
Complejo funerario de Zoser. Santuarios del lado oriental del patio del Heb-Sed (jubileo). Altos santuarios falsos fronteados con capillas bajas. Cornisas cóncavas. Altas semicolumnas adosadas. Trabajos de reconstrucción dirigidos por Jean-Philippe Lauer.

28 Complejo funerario de Zoser
Complejo funerario de Zoser. Uno de los altos santuarios falsos fronteados con capillas bajas del lado oriental del patio del Heb-Sed (jubileo). Cornisas cóncavas. Altas semicolumnas adosadas. Trabajos de reconstrucción dirigidos por Jean-Philippe Lauer.

29 Complejo funerario de Zoser
Complejo funerario de Zoser. Plano de una de las capillas de la diapositiva anterior. A la derecha, la entrada. Acceso en zig-zag (con un tabique en medio) (lo que se llama couloir à chicane). Con línea de puntos, el nicho de ofrendas.

30 Complejo funerario de Zoser.

31 Complejo funerario de Zoser
Complejo funerario de Zoser. El llamado templo T (en el plano anterior, Royal Pavillon), adosado al lado oriental del gran patio ceremonial del conjunto. Herbert Ricke supuso que es en este templo donde el ka del rey se desvestía antes de correr la carrera ceremonial en el gran patio del complejo funerario. A la derecha pueden verse los falsos altos santuarios que dan al patio del Heb-Sed (jubileo).

32 Complejo funerario de Zoser
Complejo funerario de Zoser. Pared oriental del falso edificio situado al norte (había otro edificio situado al sur en el mismo patio, patio que se encontraba al NE de la pirámide escalonada). Columnas con capiteles papiriformes, origen de todas las columnas papiriformes posteriores. Se trata de los primeros capiteles de piedra de la historia de la arquitectura. El fuste ofrece una pronunciada arista. Este fuste es una especie de tallo triangular que casi salta de la pared. En los capiteles se observa muy bien el cáliz acampanado de la flor. Frescura y vitalidad de la primavera temprana de la primera arquitectura en piedra.

33 Complejo funerario de Zoser
Complejo funerario de Zoser. Sala procesional flanqueada por 20 columnas lobuladas de piedra caliza, originalmente pintada de rojo. 54 m. de longitud. Los tambores de las columnas raramente sobrepasan los 25 cm. La iluminación se resuelve mediante aberturas estrechas que hay encima de los muros laterales. Esta sala establece la norma para todo el conjunto. Estaba techada con losas planas. Esta idea de un espacio interior sagrado como sala de paso persistió a lo largo de los siglos.

34 Complejo funerario de Zoser
Complejo funerario de Zoser. Extremo de la sala procesional que da al patio procesional. Como puede observarse, por este extremo la sala se ensancha con cuatro pares de columnas, formando una especie de pequeña sala hipóstila. El techo de planchas de cemento sobre soportes es moderno.

35 Complejo funerario de Zoser
Complejo funerario de Zoser. A la izquierda, pared de la cámara subterránea de la tumba del lado sur (reconstrucción de Cecil Mallaby Firth). Los azulejos azules imitan un entramado de cañas colocado en marcos de madera, representados por postes de piedra labrados a imitación de la madera. Los arcos superiores poco profundos están decorados con jeroglíficos del djed, el símbolo de la eternidad (la columna vertebral de Osiris). A la derecha, reconstrucción de Jean-Philippe Lauer de la sala procesional, con los muros laterales y las capillas abiertas. Se puede ver muy bien la iluminación oblicua procedente de los huecos rectangulares estrechos de lo alto del muro. Esto implica que la nave central era más alta que las laterales.

36 Estatua del faraón Zoser en su serdab (gabinete privado) del complejo funerario de Saqqara. III Dinastía. Era ella la que contenía el ka del difunto.

37 Estatua completa de Zoser encontrada en el serdab del complejo funerario de Saqqara. Museo de El Cairo. Actualmente, en el serdab hay una copia muy fiel de la misma.

38 Pirámide de Meidum (unos 70 km al sur de Gizeh)
Pirámide de Meidum (unos 70 km al sur de Gizeh). Construida por el faraón Snefru. IV Dinastía. Lado norte. El paso de la pirámide escalonada (Zoser) a la forma verdadera es consecuencia de avances técnicos y de necesidades rituales. En este cambio de programa, las representaciones arquitectónicas de la vida diaria que aparecen en el complejo de Zoser, desaparecen para siempre. Este nuevo paso a un severo ritual es necesario para transformar al rey difunto en un dios viviente.

39 Cara oriental de la pirámide de Meidum
Cara oriental de la pirámide de Meidum. En la tercera fase constructiva, que le dio la forma de pirámide verdadera, los cuatro lados se revistieron de piedra caliza pulimentada. Es posible que los constructores intercambiaran experiencias con los de las dos pirámides de Dahshur, mandadas realizar por el mismo rey Snefru. Se advierten las dos estelas con remates redondos que sobresalen del pequeño templo funerario adosado a esta cara de la pirámide. El templo, como se ve, tenía una entrada asimétrica.

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41 Sección transversal norte-sur de la pirámide de Meidum (según el arqueólogo británico William Matthew Flinders Petrie). La obre se hizo en tres fases: a) siete escalones; b) octavo escalón; c) forma piramidal definitiva. El revestimiento de piedra caliza pulimentada en la primera fase, indica que se consideró entonces definitiva.

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43 La pirámide quebrada de Snefru (padre de Keops). Dahshur. Altura: 97 m
La pirámide quebrada de Snefru (padre de Keops). Dahshur. Altura: 97 m. Inclinación parte inferior: 54º. Inclinación parte superior: 43º. El egiptólogo francés Alexandre Varille piensa que la doble pendiente no se debe a una vacilación del arquitecto, sino que se corresponde con las dos cámaras funerarias de la pirámide, expresando así una idea simbólica en términos arquitectónicos.

44 Reconstrucción del arqueólogo alemán Herbert Ricke
Reconstrucción del arqueólogo alemán Herbert Ricke. Tomado del arqueólogo egipcio Ahmed Fakhry. El conjunto completo de la pirámide quebrada de Snefru contiene ya los cuatro elementos fundamentales que distinguen a los complejos funerarios de la IV Dinastía: templo del valle (cerca del Nilo), calzada ascendente, templo de ofrendas (en el lado oriental de la pirámide) y la pirámide propiamente dicha. Toda esta cuádruple y complicada disposición arquitectónica está relacionada con el ascenso de la clase sacerdotal heliopolitana, así como con la complejidad del ritual para rendir veneración y realizar ofrendas al rey difunto.

45 La tercera pirámide de Snefru, en Dahshur, a 1 km. aprox
La tercera pirámide de Snefru, en Dahshur, a 1 km. aprox. de la pirámide quebrada. Es la primera pirámide verdadera que se construye en el mundo. Originalmente fue revestida con una capa de piedra caliza pulimentada de Tura (cerca de Menfis). La estructura de piedra arenisca roja le ha proporcionado el nombre de “La pirámide roja”. La base abarca una superficie similar a la de la pirámide de Keops (unos metros cuadrados). Aquí, en el desierto, podemos apreciar el poder que emana de las pirámides. La tierra aparece como si fuera contemplada desde las alturas astronómicas: intangible, inmaterial. No existe nada más. Las dos pirámides, ésta y la quebrada, se alzan sobre un llano interminable enfrentado sólo al cosmos. Todo lo terrestre ha desaparecido y el hombre comprende lo que significa hallarse ante la eternidad.

46 La tercera pirámide de Snefru en Dahshur.
Significado general de las pirámides: a) Concepción materialista, defendida por Flinders Petrie y Ludwig Borchardt. Es el resultado de tanteos, avances técnicos y esfuerzos de varias generaciones de arquitectos. b) Planteamiento simbólico de Ernesto Schiaparelli en El ritual simbólico engendra la construcción técnica, y no al contrario. La pirámide está relacionada con los avances del culto solar, en el cual se funden el dios, el rey y el ka. La idea generadora del obelisco representaba un haz de rayos solares que irradia desde el piramidión (extremo superior) y que desciende verticalmente para dar calor y fertilidad a la tierra. Demostró la “simultaneidad del culto del ka del faraón difunto enterrado en la pirámide y el culto del sol representado por Ra”. Las pirámides no eran tumbas aisladas, sino que estaban relacionadas con la montaña primigenia, el benben (sacada del caos por Atón) del templo de Heliópolis. c) Opinión de Alexandre Moret, quien ve una estrecha relación entre el benben, la pirámide y el obelisco. Plinio el Viejo llegó a decir que los obeliscos eran rayos de sol petrificados. d) El simbolismo del triángulo isósceles. Si en la época predinástica era un símbolo de fertilidad femenino con el vértice hacia abajo, ahora, en el periodo dinástico, el vértice se sitúa hacia arriba, expresión del predominio de una jerarquía masculina que alcanza su perfección en las construcciones de la IV Dinastía. e) Por último, está el simbolismo del cuadrado. Según Kurt Heinrich Sethe, el 4 es el número sagrado egipcio (las 4 direcciones del cielo y las 4 esquinas del mundo). Hermann Kees relaciona el 4 con la configuración natural de Egipto: Alto, Bajo, Oeste y Este, con el Nilo como eje central. El cuadrado es la base de la que surge toda pirámide verdadera. La interacción entre pirámide y cosmos se clarifica por la gran precisión con la que cada lado está orientado hacia uno de los puntos cardinales.

47 Hermann Strub-Rössler

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49 Diagrama de Charles Piazzi Smyth.

50 El triángulo rectángulo, compuesto por una línea vertical y otra horizontal con los puntos extremos unidos, encierra un nuevo elemento: el plano. Aquí se encuentra el punto de partida del pensamiento geométrico. En la fig. de la izq. vemos que el triángulo rectángulo aparece cuando un plano perpendicular al plano cuadrado de la base de la pirámide pasa por el vértice de ésta. Los catetos de ese triángulo están formados por la altura de la pirámide y la base horizontal que une el punto final de la altura con uno de los lados cuadrados de la base. El valor práctico de este triángulo determinó el ángulo de inclinación de la pirámide. La fig. de la dcha. expresa la llamada ecuación de Heródoto, que expresa la relación entre la altura de la gran pirámide y la superficie de uno de los triángulos que la constituyen. El cuadrado de la altura es igual al área de uno de los triángulos. Si la hipotenusa es x y el cateto pequeño es b, la ecuación es: h2= bx. La sección áurea, a la izq., consiste en la división de una línea recta en dos partes desiguales, de tal manera que la parte más pequeña está en la misma proporción con respecto a la parte más grande que ésta con respecto al total. BE:EC = EC:BC Es decir, el segmento BE está en la misma proporción respecto al segmento EC que éste respecto al segmento BC (BE + EC). Para dividir una línea por la sección áurea, se proyecta el cateto más pequeño sobre la hipotenusa (obteniéndose el punto D). Un segundo arco desde el punto D hasta el cateto largo da el punto E, el cual divide BC en la proporción de la sección áurea.

51 Ecuación de Heródoto: si la hipotenusa es x y el cateto pequeño es b, la ecuación es: h2= bx.
En el triángulo mediano, que es aquí un triángulo rectángulo, los catetos se hallan en la relación de la sección áurea (ɸ) El uso de Phi (ɸ), en homenaje a Fidias, lo introdujo hacia 1910 el inglés Sir William Schooling. El ingeniero polaco Karl Kleppisch descubrió que la superficie de la base cuadrada está en la misma proporción con respecto a la suma de los cuatro triángulos isósceles inclinados de la pirámide que éstos con el área de la superficie total. Jean-Philippe Lauer afirma que «la relación del perímetro de la base de la gran pirámide con el doble de la altura es igual a π», y también que «la relación del área de la base con el área de la sección mediana es igual a π». El teorema de Pitágoras (que en un triángulo rectángulo el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos) está estrechamente relacionado con la forma y proporciones de la pirámides, muchos siglos antes de su formulación. En una tableta de arcilla con escritura cuneiforme de la colección babilónica de la Universidad de Yale, del 1600 a. C. está ya formulado implícitamente el famoso teorema, como reconoce el historiador Otto Neugebauer. Antes de 1900, François Auguste Choisy reconoció el uso en la arquitectura egipcia de los triángulos equiláteros (mucho después de la Gran Pirámide) y basados en la sección áurea. Ernst Mössel, por su parte, descubrió que los arquitectos egipcios conocían la serie de Fibonacci, que tanto se acerca a las proporciones de la sección áurea (1, 2, 3, 5, 8, 13, 21).

52 Plano del templo del valle de Kefrén
Plano del templo del valle de Kefrén. Dibujo del arqueólogo alemán Uvo Adolf Hölscher. Descubierto por Auguste Mariette en Las dos entradas corresponden al Alto y al Bajo Egipto. Flanqueando las entradas, junto a la pirámide, el altar de las ofrendas. El acceso a la antecámara (de 4 m. de altura) se hace a través de un recodo (couloir à chicane). De ahí se pasa a una especie de sala hipóstila en forma de T con 16 columnas monolíticas de granito y 23 estatuas de diorita del rey junto a las paredes. La altura de esta sala era de 14 m. Según el egiptólogo judío Bernhard Grdseloff, la finalidad principal de este templo era cumplir con los ritos de purificación del cuerpo embalsamado y llevar a cabo las ceremonias de “apertura de la boca” de las estatuas del ka del rey.

53 Templo del valle de Kefrén
Templo del valle de Kefrén. Obra maestra del sistema de simetría dominante alrededor de un eje central (ver plano anterior).

54 Es la primera vez que surge el patio interior en toda su magnitud
Es la primera vez que surge el patio interior en toda su magnitud. Este patio, dedicado a la veneración del rey difunto, estaba cuidadosamente separado, como se ve, del ofertorio, la zona de ofrendas junto a la cara oriental de la pirámide, y que incluía el altar de las ofrendas flanqueado por dos estelas.

55 Norte Los santuarios solares de la V Dinastía, como el de Niuserre en Abu Gurob, excavado por Ludwig Borchardt entre 1898 y 1901, suponen una humanización de la deidad. Era la deidad, Ra, el dios solar, la que asumía la existencia humana. No se puede ir más lejos, afirma Giedion. La causa de esta novedad tiene mucho que ver con el poder en ascenso del clero de Heliópolis, y, por tanto, de la posición dominante del principal dios de ese centro religioso, Ra. La decadencia de estos templos solares a finales de la V Dinastía está relacionada con el aumento del culto a Osiris. Los santuarios solares, además de lugares de culto y de veneración del dios solar, cuyo máximo símbolo era el obelisco erigido sobre una pirámide truncada y junto al altar de los sacrificios (en el caso del santuario de Niuserre el obelisco alcanzaba los 30 m.), eran también lugares de culto funerario real, como señala el egiptólogo alemán Werner Kaiser. En el conjunto de Niuserre, el patio, el enorme altar de alabastro de los sacrificios y el obelisco estaban bañados por la luz. Sur

56 Esquema prototípico de un templo egipcio durante el Imperio Nuevo
Esquema prototípico de un templo egipcio durante el Imperio Nuevo. El esquema básico era tripartito. Al fondo, el santuario, naos o cella, morada efectiva del dios, de pequeño tamaño, completamente oscuro y sellada su entrada, que sólo abría el faraón. Una antecámara albergaba la barca sagrada, que incluía dentro de la barca una pequeña naos donde la imagen del dios era transportada en las procesiones. Detrás del patio abierto porticado en tres de sus lados estaba la sala hipóstila, con columnas y techada. Delante del patio y separando el templo del exterior, los pilonos trapezoidales. La disposición interior de los templos expresa la idea de viaje. Todo estaba concebido como lugar de paso y había un claro predominio de los ritos sobre el dogma (consecuencia de la existencia de varias deidades supremas y del carácter pluralista y polimorfo de los dioses egipcios). Los festivales religiosos no estaban relacionados con ideas trascendentales, sino con la fertilidad de la tierra.

57 Barca funeraria del faraón Keops, encontrada en un foso a los pies de la Gran Pirámide por el arqueólogo egipcio Kamal el-Mallakh en Se encuentra expuesta junto al lugar donde se halló, en Gizeh. Construida en madera de cedro, tiene 43’4 m de eslora y 5’6 m de manga, pudiendo transportar un peso de 45 toneladas. Es posible que surcase el Nilo con el cuerpo embalsamado del rey desde Menfis hasta el lugar de su enterramiento.

58 Barca funeraria del faraón Keops

59 1 pie = 30 cm. 1000 pies = cm = 300 m. Cada templo egipcio se hallaba en íntima relación con los demás y estaba concebido como una unidad. Una complicada red de calzadas sagradas y accesos sagrados conducían de un templo a otro. Desde el Pilono VIII de Hatsepsut se iniciaba hacia el sur un camino procesional hasta el templo de Mut, camino que se prolongaba 330 m más allá del muro de cerramiento de Karnak levantado por el faraón Horemheb. Toda esta avenida procesional, construida por Hatsepsut, estaba flanqueada por esfinges. El templo de Mut fue levantado en su forma actual por Amenofis III, estando rodeado en su parte sur por un lago sagrado en forma de U (quizás la forma de la matriz femenina). Este templo estaba consagrado a la fertilidad. Delante del templo de Mut, hacia el norte, hay un pequeño templo levantado por Hatsepsut, junto con una capilla-almacén. Herbert Ricke demostró que este pequeño templo estaba dedicado a Amón-Ra-Kamutef. La simbología profunda de los templos egipcios ha sido sobre todo estudiada por el francés René Adolphe Schwaller de Lubicz, quien influyó poderosamente sobre Clément Robichon y sobre Alexandre Varille, que perfeccionaron considerablemente los métodos de excavación.

60 Capilla almacén para la barcaza sagrada
Capilla almacén para la barcaza sagrada. Mandada construir por Sesostris I. Imperio Medio. Se trataba de una de las diversas estaciones en el viaje sagrado de la barcaza de templo a templo. Este encantador pabellón ofrece rampas en los extremos y aperturas alrededor.


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