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1 Índice de contenidos de esta presentación (corresponde a la 1ª evaluación):
- Desde la diapositiva 2 a la 10 hay textos de distintos autores (Aristóteles, Epicuro, Kant y Mill). Nos sirven para ejemplificar la caracterización que hacemos (desde la diapositiva 11 hasta el final) de las teorías éticas materiales y formales a través de las propuestas de autores muy representativos. - Desde la diapositiva 11 hasta el final, está la “teoría” (qué es la ética, qué es una teoría ética, etc)

2 Textos de “Ética a Nicómaco” de Aristóteles:
“La felicidad es una actividad del alma conforme a una virtud perfecta” .

3 “Llamamos más perfecto al bien que se persigue por sí mismo que al que se busca por otra cosa, y al que nunca se elige por otra cosa, más que a los que se eligen a la vez por sí mismos y por otra cosa. Tal parece ser eminentemente la felicidad, pues la elegimos siempre por ella misma y nunca por otra cosa mientras que los honores, el placer, el entendimiento y toda virtud los deseamos ciertamente por sí mismos, pero también los deseamos en vista de la felicidad, pues creemos que seremos felices por medio de ellos”.

4 Texto 1 : Epicuro: hedonismo individualista
“La felicidad y la dicha no la proporcionan ni la cantidad de riquezas, ni la dignidad de nuestras ocupaciones ni ciertos cargos y poderes, sino la ausencia de sufrimiento, la mansedumbre de nuestras pasiones y la disposición del alma a delimitar lo que es por naturaleza”.

5 Texto 2: Epicuro “Cuando decimos que el placer es el fin, no queremos decir los placeres de los inmoderados ni los placeres sensuales sino la ausencia de dolor en el cuerpo y de turbación en el alma. Y es que el vivir placentero no consiste en beber o andar metido constantemente en juergas (...) sino más bien resulta del razonamiento sobrio que investiga las causas de toda elección y rechazo y que elimina aquellas opiniones por cuya causa se apodera de las almas la máxima turbación. Ahora bien, el principio de todo esto y el bien mayor es que la prudencia sea aún más estimable que la filosofía: en ella tienen su origen todas las demás virtudes ya que nos enseña que no es posible vivir placenteramente sin vivir con prudencia, orden y justicia, como tampoco es posible vivir con prudencia, orden y justicia sin vivir placenteramente. En efecto, las virtudes forman un todo con el vivir placentero y el vivir placentero es inseparable de ellas”.

6 Texto 3: Kant: ética formal o del deber
“Deber, nombre grande y sublime que no contiene nada que halague el placer, sino que exiges sumisión; para mover la voluntad, no amenazas con nada que suscite repugnancia o espanto en el ánimo, sino que presentas únicamente una ley, que por sí misma logra acceder al ánimo, y a la fuerza consigue veneración (aunque no siempre obediencia); una ley ante la cual enmudecen todas las inclinaciones, aunque a hurtadillas trabajen en contra suya: ¿cuál es el origen digno de ti, dónde se encuentra la raíz de tu noble linaje, que rechaza con altanería todo parentesco con las inclinaciones? No puede ser nada inferior a aquello que eleva al hombre por encima de sí mismo (como parte del mundo sensible); a aquello que lo liga a un orden de cosas que sólo puede pensar el intelecto, y que al mismo tiempo tiene por debajo suyo todo el mundo sensible...”

7 Texto 4: Kant “No es más que la personalidad –la libertad y la independencia con repecto al mecanismo de la naturaleza en su integridad- considerada al mismo tiempo como la facultad de un ser (que está) sujeto a leyes puras prácticas, propias de él, que le son dadas por su misma razón. La persona, en la medida en que pertenece al mundo sensible, está sujeta a su propia personalidad en cuanto que al mismo tiempo pertenece al mundo inteligible. Y no hay que sorprenderse de que el hombre, en la medida en que pertenece a ambos mundos y refiriéndose a su segundo y supremo destino, considere con veneración su propio ser y con el más profundo respeto las leyes de ese destino“.

8 Texto 5 “Una vida libre no puede adquirir grandes riquezas por no ser asunto fácil de conseguir sin servilismos al vulgo y a los poderosos, pero ya lo posee todo en su continua liberalidad”.

9 Texto 6: J.S. Mill: utilitarismo
“La utilidad es agradable y solicita nuestra aprobación. Esta es una cuestión de hecho confirmada por la observación de todos los días. Pero ¿útil para qué? Sin duda, para el interés de alguien”.

10 “La única molestia que impone (la moral) es la de calcular justamente y prferir constantemente la mayor felicidad. Y si se acercan a ella pretendientes austeros, enemigos de la alegría y el placer, son rechazados como hipócritas o falsarios o, si se les acepta, se les pone entre los menos favorecidos de sus seguidores”.

11 ¿Qué es la ética? La ética es la feflexión filosófica sobre la moral.
Estudia el origen, el fundamento y la conveniencia de los distintos códigos morales. Fundamenta la acción moral. Analiza las consecuencias de nuestras acciones morales. Sugiere hacia dónde debe orientarse nuestra conducta y ofrece las razones sobre las que se basa dicha sugerencia. Nos ayuda a elaborar un juicio moral en caso de dilema.

12 ¿Qué es una teoría ética?
Las teorías éticas son la exposición razonada de aquello que explica el comportamiento moral de las personas. Son el esfuerzo del pensamiento para comprender la condición humana y, desde esa comprensión, las teorías éticas orientan nuestras acciones.

13 Clasificación de las teorías éticas
A) Éticas materiales (también llamadas “de los fines” y “de la felicidad”). B) Éticas formales o del deber

14 Éticas materiales ¿hacia qué fin oriento mi comportamiento?
Algunas muy representativas son las de: 1. Aristóteles (s. IV a.C.) 2. Epicuro (s. IV a.C.) 3. Hume (s. XVIII) 4. John Stuart Mill (s. XVIII- XIX)

15 El eudemonismo de Aristóteles
Aristóteles ( a. C.) escribió los primeros tratados sistemáticos de ética. Como toda teoría ética, la de Aristóteles se basa en una determinada concepción del ser humano. En el mundo griego, la principal característica del ser humano es la racionalidad. Y así es también para Aristóteles. Pues bien, este “animal racional” desea alcanzar la felicidad. Y en eso todo el mundo estaría de acuerdo. Sin embargo, en lo que no todo el mundo está de acuerdo es en la definición de la felicidad. Para unos la felicidad consiste en la riqueza, para otros, en el poder, el prestigio, etc. Para Aristóteles la felicidad consistirá en una actividad, la más adecuada a la esencia racional del ser humano: la contemplación, la vida teórica. Y para aproximarse a ella será necesario cultivar el propio carácter. Crear una “segunda naturaleza” que nos haga “virtuosos”, excelentes en aquello que somos –seres racionales. Así pues, seremos virtuosos cuando estemos habituados a actuar virtuosamente, es decir, guiándonos por nuestra razón.

16 El eudemonismo de Aristóteles
De este modo, la virtud para Aristóteles consistirá en un hábito: el de elegir siempre buscando “el justo término medio” entre el exceso y el defecto. Arsitóteles pone como ejemplo la virtud de la valentía: ésta consiste en el justo término medio entre la temeridad y la cobardía. Pero para saber dónde está ese término medio necesitamos ser prudentes. Y la prudencia es una virtud intelectual. En efecto, Aristóteles distingue entre virtudes dianoéticas (intelectuales) y virtudes éticas. De entre las primeras, la prudencia es fundamental, pues, como hemos visto, es la virtud intelectural necesaria para alcanzar las virtudes éticas. Como hemos vitos, elegir con prudencia entraña elegir con moderación. Pero también exige elegir teniendo en cuenta las circunstancias, las posibles líneas de acción que aquellas nos permiten, y las consecuencias de cada una de esas líneas .

17 El hedonismo de Epicuro
Epicuro ( a. C.) defiende que el fin último del ser humano es alcanzar la felicidad. Pero entendida como placer (hedoné, en griego). Ya que como ser natural que es, el ser humano, por naturaleza, huye del dolor y busca el placer. Para conseguir ese estado de felicidad son necesarios: - La aponía: ausencia de pena o dolor - La aphobía: ausencia de temor - La apatheia: ausencia de pasiones Con estos elementos se consigue la autarquía (dominio de uno mismo, autosuficiencia, y, por lo tanto, libertad).

18 El hedonismo de Epicuro
Y, a través de ella, la ataraxia: ausencia de inquietudes, tranquilidad de ánimo, equilibrio permanente en el alma y en el cuerpo. La felicidad, en suma. En definitiva: el sabio debe suprimir todos los obstáculos que se oponen a la felicidad (los placeres excesivos, azarosos, inconstantes) y cultivar todo aquello que contribuya a aumentarla, como por ejemplo, la amistad, la salud del cuerpo, el ejercicio de la mente por medio de la filosofía...

19 Éticas formales ¿Qué debo hacer?
1. Kantiana (s. XVIII) 2. Existencialista: Jean Paul Sartre (s. XX) 3. Dialógica (o de la comunicación): Jürgen Habermas (s. XX) 4. Ética de la justicia: John Rawls (s. XX)

20 Ética kantiana Kant, filósofo alemán de la segunda mitad del s. XVIII que representa la cumbre de la Ilustración alemana, planteó una ética radicalmente distinta a las anteriores: la primera ética formal. Para Kant, el problema que presentan las éticas de los fines (también llamadas materiales o de la felicidad) es que sólo pueden dar lugar a imperativos hipotéticos, aquellos que nos obligan sólo si deseamos alcanzar lo que esa teoría nos propone como fin a alcanzar.

21 Ética kantiana Y Kant, como buen ilustrado, aspira a descubrir una ética universalizable, es decir, válida para todo ser humano en cualquier cinrcunstancia. Y lo que nos iguala a todos, más allá de nuestras creencias o gustos particulares, es la razón. Kant señala que nuestro comportamiento no debe basarse en buscar un premio o evitar un castigo (esta clase de comportamiento no sería autónomo, sino heterónomo), debe basarse en lo que la razón nos dicta que es nuestro deber.

22 Ética kantiana Y el deber consiste en actuar con buena voluntad. Es decir, actuar como sabemos que hay que hacerlo aunque no obtengamos un beneficio. Es nuestra razón la que nos indica qué leyes morales debemos seguir para comportarnos bien. Y serán leyes morales aquellas que puedan ser universalizables. Son imperativos categóricos. Para valorar una acción, además de considerar la acción en sí misma, es necesario –dice Kant- tener en cuenta la voluntad que la ha motivado. Es decir, si responde a un imperativo categórico.


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