Muchas maravillas hay en el universo; pero la obra maestra de la creación es el corazón materno que hoy quiero agradecer.
Gracias, por haber velado mis sueños.
Gracias, por escuchar con paciencia mi teoría sobre la vida.
Gracias, por disimular mis faltas más de una vez.
Por enseñarme, que la vida es maravillosa cuando se vive con esperanza y amor.
Por el alimento de cada día.
Por haber guardado mis secretos y por tus sabios consejos.
Por haber controlado tu enojo cuando me mostraba soberbio e irrespetuoso.
Gracias por rescatarme del mal camino y las malas compañías.
Por haberme consolado cuando estaba triste.
Por tus caricias cuando me siento solo.
Porque me comprendes y me ayudas cuando ya no puedo más.
Porque crees que soy el más lindo y el mejor y me muestras orgullosa.
Porque me acompañas y enseñas todo lo que sabes.
Por enseñarme a ser cada día mejor avanzando siempre hacia los grandes ideales.
Gracias por tu cariño y amor incondicional.
Porque te alegras con mis logros, como si fueran los tuyos.
Pero sobre todo gracias por haber respetado mi vida desde el instante mismo en que fui concebido porque la vida es un don que sólo pertenece a Dios y que confía al cuidado de las madres.
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