¿ De qué te sirve estudiar toda la ciencia del mundo, si no sabes entender? ¿ De qué te sirve mostrar tus insignias, tus trofeos, si como persona no demuestras lo que ellas representan?
¿ De qué te sirve el dominio del mundo, si no puedes dominarte a ti mismo? ¿ De qué te sirve entregar comida a los pobres, si cuando los gobiernas les robas hasta el alma?
¿ De qué te sirven tus conquistas sentimentales, si no sabes lo que es amar y ser amado? ¿ De qué te sirve correr desesperadamente detrás del tiempo, si no eres capaz de disfrutar del sol y las estrellas?
¿ De qué te sirve vivir en el circulo de unos pocos amigos, si no has descubierto la riqueza que hay en cada uno? ¿ De qué te sirve hablar tanto, prometer tanto, si ya nadie te escucha, ni te habla, ni te cree?
¿De qué te sirve perder la razón, la paz y la armonía y cambiarla por placeres, si sabes que todo pasa y nada te llevarás de este mundo? ¿De qué te sirve saber que estás en el poder, si no sabes que su significado está en el servicio, la honestidad y la entrega?
¿ De qué te sirve sentirte poderoso, si no eres capaz de mirar a tus hijos a los ojos? ¿ De qué te sirve mentir y prometer, si sabes que no vas a cumplir?
Por eso... Sé fiel y responsable en las pequeñas cosas de todos los días.
Realiza con un renovado entusiasmo, lo que haces siempre. Ofrece un rostro sereno y gozoso a las personas con quienes vivas y convivas cada día.
Recuerda que tienes la facultad de poder convertirte en lo que deseas ser. Plantéate tus expectativas y entérate que llegarás a ser lo que tu pienses ser, sea lo que sea.
Recuerda que si eres y vives el amor, habrá siempre tanto amor en tu vida que no sabrás qué hacer con él. La perfección interna está en cada uno de nosotros; las cosas importantes, no temen al tiempo.
El estado de tu vida, es el reflejo de tu estado mental. Aprenderás por amor o aprenderás por dolor, pero... APRENDERÁS.