Lc 3,1-6 Aplicación
Al ser humano se le ofrecen hoy infinidad de caminos por los que puede desarrollar su existencia.
¿Cuál será el que le lleve a la verdadera salvación?
Precisamente porque las ofertas engañosas son más variadas y mucho más atrayentes que nunca, es más difícil acertar con el camino adecuado.
Algunos hombres (profetas) experimentan esa salvación según las condiciones históricas que les ha tocado vivir, y la comunican a los demás como promesa o como realidad.
Podremos descubrir esa salvación. Sólo desde la experiencia personal
Cuando pretendemos vivir de experiencias ajenas, la fuerza de placer inmediato acaba por desmontar la programación.
En la práctica, es lo que nos sucede a la inmensa mayoría de los humanos.
El hedonismo es la pauta: lo más cómodo, lo más fácil, lo que menos cuesta, lo que produce más placer inmediato, es lo que motiva nuestra vida. En la práctica, es lo que nos sucede a la inmensa mayoría de los humanos.
Cuando nos enfrentamos a la celebración de una nueva Navidad, podemos experimentar en nuestro interior la esquizofrenia.
Lo que queremos celebrar es la venida de nuestro Salvador. Su salvación apunta a una superación del hedonismo, del placer y del egoísmo.
Lo que vamos a hacer… es todo lo contrario.
Nos dejamos llevar del consumismo. Si no disponemos de los mejores manjares, si no podemos regalar a nuestros seres queridos lo que les apetece, no habrá fiesta.
De esta manera, sin darnos cuenta, caemos en la trampa del consumismo y de la falsa religiosidad, al mismo tiempo.
Cuando las "necesidades" que experimentamos, podemos satisfacerlas en el supermercado, ¿qué necesidad tenemos de otra salvación?
Texto: Fray Marcos Dominico – Orden de Predicadores Música- Kitaro the Best
II DOMINGO ADVIENTO