 Recuerdo que cuando era pequeña, un día de reyes me regalaron una bicicleta color morada, al principio no me había gustado, no era mi tipo, era algo así como para niños, el sillón estaba muy tosco, el color no me agradaba y en fin un y mil defectos le encontraba. Pero al ver que a mi hermana le regalaron también una me empezó a entusiasmar el hecho de aprender a manejarla.

 Era una mañana donde hacía mucho frio, típicas mañanas de invierno, así que papá nos dijo que nos enseñaría a andar en bicicleta pero… ¿Cómo enseñarnos si ni el mismo sabía? Era un gran dilema. Nos apresuramos a sacar las bicicletas a la calle para empezar las lecciones, estábamos muy entusiasmadas. A mi hermana no le costó para nada aprender, puesto que es muy atrevida y no necesito lecciones.

 Papá se dedicó a enseñarme a mí, me daban demasiados nervios, sentía que no iba a poder aprender, papá era muy paciente conmigo, me dijo que confiará en mi misma, que si no lo hacía nunca iba a aprender. Él sintió que ya estaba lista para poder andar sola y me soltó, no sentí cuando lo hizo, avance un poco y al no calcular la distancia a un bache caí al suelo.

 Eso era muy aterrador en esos momentos, yo ya no quería volver a montar la bicicleta, sin embargo, papá me convenció, pues de las caídas se aprende y nunca hay que darse por vencidos. Nunca te des por vencida ¡tu puedes!

 Volví a montar la bicicleta, confié en mi misma, papá también lo hizo y esta vez el resultado fue positivo, por fin podía andar en bicicleta sola, sin ayuda de papá y lo mejor sin caerme. Volví a montar la bicicleta, confié en mi misma, papá también lo hizo y esta vez el resultado fue positivo, por fin podía andar en bicicleta sola, sin ayuda de papá y lo mejor sin caerme.

 Este aprendizaje lo considero único puesto que son de las situaciones que han marcado mi niñez. Se realizar pocas cosas y no todas mis lecciones las concluyó, pero el hecho de que mi papá me haya enseñado algo que ni el mismo sabía realizar y en un día fue algo satisfactorio para mi vida. Además el hecho de andar en bicicleta, me enseñó a confiar en mi misma, a comparar la vida con esas lecciones, puesto que a pesar de los tropiezos que se tengan para lograr algo hay que levantarse y nunca darse por vencidos.