Lectio divina del Salmo dominical Domingo XXXII del Tiempo Ordinario Año B: La generosidad, sostenida por la fe, va más allá de todo cálculo. 1R 17,10-16: La viuda hizo un panecillo y lo llevó a Elías. Sal 145,7.8-9a.9bc-10: Alaba, alma mía, al Señor. Hb 9,24-28: Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos. Mc 12,38-44: Esa pobre viuda ha echado más que nadie.

Alaba, alma mía, al Señor.

Él mantiene su fidelidad perpetuamente, hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos.

Alaba, alma mía, al Señor.

El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos.

Alaba, alma mía, al Señor.

Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad.

Alaba, alma mía, al Señor.

Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio… [1¡Aleluya!] Alaba, alma mía, al Señor: 2alabaré al Señor mientras viva, tañeré para mi Dios mientras exista. 3No confiéis en los príncipes, seres de polvo que no pueden salvar; 4exhalan el espíritu y vuelven al polvo, ese día perecen sus planes. 5Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob, el que espera en el Señor, su Dios, 6que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto hay en él; que mantiene su fidelidad perpetuamente,  7que hace justicia a los oprimidos, que da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos,  8el Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos. 9El Señor guarda a los peregrinos, sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. 10El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad. [¡Aleluya!] Si quieres escuchar el original hebreo, pincha aquí

Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.

Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Nuestro salmo se encuentra en la segunda parte del salterio, dedicado a las alabanzas a Dios, formada por los libros: 4º: salmos 89-105 y 5º: salmos 106-150 Dentro del quinto libro, este salmo pertenece a la conclusión del salterio, llamada “pequeño Hallel” (salmos 145-150). Insertada en el último estadio de formación del salterio con el fin de dar al final un carácter totalmente laudatorio. Salmo 145: Felicidad de los que esperan en Dios.

Lectio: ¿Qué dice el texto? El salmo 145 es un himno y cántico de confianza en el único Auxiliador. Junto al afecto básico de la alabanza, que se fundamenta en el poder creador del Señor (v. 6) y en su bondad para con los pobres y oprimidos (vv. 7-9), se abre paso la confianza del salmista, como experiencia propia y como invitación a otros. Se puede estructurar en tres partes: a) Autoexhortación a la alabanza divina (vv. 1-2) b) Exhortación a la asamblea a no confiar en los hombres (vv. 3-4) c) sino en Dios Creador, Conservador, Rey eterno (vv. 5-10). ¡Qué familiar debió ser este salmo para nuestro Señor que siempre que expresó su autoconciencia mesiánica la manifestó obrando las obras divinas que narra este salmo!

Meditatio :Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto Meditatio :Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. Alaba, alma mía al Señor. En nuestra respuesta confiada y orante a la 1ª lectura oigamos los ecos de gozo del grito, lleno de agradecimiento, de la viuda de Sarepta. Ella, una pagana, ha sabido reconocer la Palabra de Dios en boca del profeta Elías, ha creído, se ha fiado a pesar de su situación extrema y Dios, que no se deja ganar en generosidad, no la ha abandonado. ¿Soy capaz de reconocer la palabra de Dios de “labios extranjeros” y en situaciones tan poco razonables como la que tuvo que experimentar esta mujer? No olvidemos que los planes de Dios no son nuestros planes, y que la Gracia nos viene a través de ellos…

El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente. ¡Cuántas veces recitaría en su interior la viuda del Evangelio las palabras de este salmo! Por eso, a pesar de su desvalimiento, con su pequeña ofrenda, entrega su vida y su confianza al Dios que sostiene al huérfano y a la viuda. En silencio, sin hacer ruido, sin esperar alabanza alguna. Mis ofrendas a Dios y a los hermanos en tiempo, trabajo, dinero… ¿son igual de desinteresadas y gratuitas?

El Señor liberta a los cautivos, da pan a los hambrientos. El Señor sigue dando consuelo, alimento y salvación a través de su entrega, echa una vez para siempre –como nos recuerda la 2ª lectura- y a través de nuestra colaboración con Él, siendo nosotros mediación de misericordia, ternura y consuelo para todos.

Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo? Gracias, Señor, porque ningún dolor ni pequeño gesto de caridad es inútil a tus ojos. Haz que, confiados en Ti, te alabemos y salmodiemos todos los días de nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros… «Cuando se trata de hacer limosna, de nada necesitamos, sino de buena voluntad. Y si me dices que se necesita dinero, casa, vestidos y calzados, lee aquellas palabras que Cristo dijo sobre la viuda y cesará toda tu angustia. Por muy pobre que seas, aunque seas más pobre que los mendigos, con dos monedillas que eches, ya lo has hecho todo. Aún cuando sólo des un pedazo de pan –el único que tienes-, has llegado a lo sumo de este arte.» (San Juan Crisóstomo, Homilías sobre el Evangelio de Mateo 52, 4)

Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el momento de la “obediencia de la Fe”… Salmodiaré para mi Dios mientras viva.