Un hombre trabajaba en una fábrica distante cincuenta minutos en bus de su casa.
En la siguiente parada entraba una señora anciana que siempre se sentaba junto a la ventana. Ella abría la bolsa, sacaba un paquetito y se pasaba todo el viaje arrojando alguna cosa para fuera.
La escena siempre se repetía y un día, curioso, el hombre le preguntó : -Qué arroja por la ventana? - Tiro semillas, respondió ella. -¿Semillas? ¿Semillas de qué? -D-D-D-De flores. Es que veo para afuera y la calle está tan vacía... Me gustaría poder viajar viendo flores coloridas por todo el camino. ¡Imagine cuán bello sería!