El valor del perdon
Perdonar es poner a un prisionero en libertad y descubrir que el prisionero eres tu. Pedir perdón no cambia lo que paso. Y el perdón no impide que vuelva a suceder lo mismo. Perdonar es valor de los valientes, solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar, sabe amar.
Disculpar cualquiera lo ase pero perdonar es solo de almas grandes. Quien es capaz de perdona, es capaz de continuar su vida sin que los malos recuerdos le atenacen. Si pides perdón fácilmente es porque no sientes culpa de verdad.
Perdonar no ayuda al pasado, pero forma un futuro mejor. Si perdonas demasiadas veces entonces las personas se acostumbran hacerte daño. De nada sirve el perdón si no reconoces tus errores.
Perdonar no es sinónimo de seguir aguantando tonterías. Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón.(Jorge Luis Borges) El perdón quita muchos dolores del corazón y toda la culpa del pasado.
Si no puedes llegar a la generosidad del perdón refúgiate en el olvido. El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Podemos aprender a perdonar pero nunca a olvidar.
El perdón es como el agua que extermina los incendios del agua. Perdona a tus enemigos pero no olvides sus nombres. Si quieres ser feliz por un rato véngate, si quieres ser feliz para siempre perdona.
Aquellos que viven en paz, piden perdón saben perdonar y son perdonados. Pedir perdón no es difícil realmente, lo complicado es apartar el orgullo. El perdón es la alegría de los que hicieron algún daño sin mala intención.
El perdón y el olvido son la armadura que te protegen de las bajezas del destino. Si no perdonas tú el tiempo lo hará. Perdonar lastima menos el alma que el olvido.