El camino hacia la fiesta de la reconciliación Salmos 50 - 51 De la convocatoria y la acusación … a la confesión de la culpa y el pedido de perdón: El camino hacia la fiesta de la reconciliación Dra. María Verónica Talamé

EN EL MARCO DE LA BULA PAPAL “Misericordiosos como el Padre” es el “lema” del Año Santo Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia

Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado Nº 2

La misericordia divina no es en absoluto un signo de debilidad, sino más bien la cualidad de la omnipotencia de Dios. Su ser misericordioso se constata concretamente en tantas acciones de la historia de la salvación donde su bondad prevalece por encima del castigo y la destrucción. La misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la cual Él revela su amor, que es como el de un padre o una madre que se conmueven en lo más profundo de sus entrañas por el propio hijo. Vale decir que se trata realmente de un amor “visceral”. Proviene desde lo más íntimo como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de perdón. Nº 6

La misericordia de Dios es su responsabilidad por nosotros La misericordia de Dios es su responsabilidad por nosotros. Él se siente responsable, es decir, desea nuestro bien y quiere vernos felices, colmados de alegría y serenos. Nº 9 Dios está siempre disponible al perdón y nunca se cansa de ofrecerlo de manera siempre nueva e inesperada. Nº 22

JUICIO RIB En la Biblia Procedimiento hay 2 sistemas jurídicos: El perdón de Dios y la transformación del hombre nuevo Rib En la Biblia hay 2 sistemas jurídicos: Procedimiento Acusado Acusador JUICIO RIB Juez 1º) Ar se dirige al J para acusar a un A 1º) Ar acusa al A para que cambie (= se convierta) Juicio 2º) J escucha (las partes y los testigos) y debe necesariamente sentenciar 2º) Se abren dos alternativas: aceptación o rechazo de parte del A Acusado Acusador 3º) Resultado: 1 condenado que debe resarcir daños 3º) Resultado: 1 inocente agradecido, a quien puede brotarle el resarcimiento Sí o sí debe sentenciar y NUNCA puede absolver ni perdonar un culpable 4º) falsa acusación: misma pena que al A Objetivo: restablecer la justicia 4º) Se devuelve la inocencia. Es + perfecto 5º) El sistema es imperfecto

Principales analogías (semejanzas y diferencias) Inicio: Ambos parten de una situación de injusticia Resultado: El juicio deja al culpable, culpable El rîb busca transformar al culpable en perdonado La acusación del juicio busca castigar La acusación en el rîb es para salvar; nunca para condenar En el juicio los testigos están para decir que verdaderamente uno ha hecho aquello de lo que está acusado o defender En el rîb están para decir que el proceso es justo y que aquel que hace la acusación está en lo justo En el juicio lo que el culpable paga es un resarcimiento por el daño causado a la parte lesa, en el rîb esto no está previsto (ver Lc 19,1-10)

Dios no es Juez sino Padre - Esposo que perdona El RIB cambia toda perspectiva. No es que yo confieso la culpa y como consecuencia Dios me perdona. Es exactamente al contrario. Dios me perdona (Él comienza el ryb) y como consecuencia yo puedo confesar mi culpa. Mientras estamos en la historia Dios siempre hace RIB, nunca juicio Dios no es Juez sino parte ofendida que acusa (Sal 50) para perdonar Su intensión es hacernos comprender el propio pecado para que lo confesemos (Sal 51) sino Padre - Esposo que perdona

Un esquema jurídico completo la convocatoria del Acusado por parte de quien ha sufrido el daño (Acusador) para ponerlo delante de su propia responsabilidad la reacción del Acusado reconoce (o no) la razón del Acusador la confesión de la culpa el pedido de perdón al Acusador SALMO 50 (49) Ryb SALMO 51 (50)

SALMO 50 (49) La convocatoria de Dios: elementos teofánicos y testigos de validez 1. El Dios de los dioses, el Señor, habla: convoca la tierra de oriente a occidente. 2. Desde Sión, la hermosa, Dios resplandece: 3. viene nuestro Dios, y no callará. Lo precede fuego voraz, lo rodea tempestad violenta. 4. Desde lo alto convoca cielo y tierra para el pleito con su pueblo: 5. "Congregadme a mis fieles, que sellaron mi pacto con un sacrificio". 6. Proclame el cielo su inocencia; Dios en persona viene al pleito.

La acusación de Dios: ruptura de la primera tabla de la Ley 7. "Escucha, pueblo mío, que voy a hablarte; Israel, voy a dar testimonio contra ti; - Yo soy Dios, tu Dios -. 8. No te reprocho tus sacrificios, pues a diario tengo presente tus holocaustos. 9. Pero no aceptaré un novillo de tu casa, ni cabritos de tus rebaños; 10. Pues son míos todos los animales salvajes, y hay miles de bestias en mis montañas. 11. Conozco todas los pájaros del cielo, tengo a mano las alimañas del campo.

12. Si tuviera hambre, no te lo diría; pues el orbe y cuanto lo llena es mío. 13. ¿Comeré yo carne de toros, beberé sangre de cabritos? 14. Sacrifica a Dios tu confesión, después cumple tus votos al Altísimo; 15. invócame en el peligro: yo te libraré, y tú me darás gloria".

La acusación de Dios: ruptura de la segunda tabla de la Ley 16. Dios dice al pecador: "¿por qué recitas mis preceptos y tienes siempre en la boca mi alianza, 17. tú que detestas mi corrección y te echas a la espalda mis mandatos? 18. Cuando ves un ladrón, corres con él; eres del partido de los adúlteros; 19. sueltas tu lengua para el mal, tu boca urde engaños; 20. te sientas a hablar contra tu hermano, deshonras al hijo de tu madre; 21. esto haces, ¿y me voy callar? ¿Crees que soy como tú? Te acusaré, te lo echaré en cara. 22. Atención los que olvidáis a Dios, no sea que os destroce sin remedio.

23. El que ofrece como sacrificio la confesión ese me glorifica; 24. al que enmienda su conducta le haré gozar la salvación de Dios".

SALMO 51 (50) Un ejemplo de tôdâ 3 .Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; 4. lava del todo mi delito, y limpia mi pecado. 5. Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado: 6. contra ti sólo pequé, cometí la maldad que repruebas.

Que tus argumentos te hagan justicia, y resultes inocente en el juicio. 7. Mira, culpable nací, pecador me concibió mi madre. 8. Tú quieres sinceridad interior, y en lo íntimo me inculcas sensatez.

9. Límpiame con hisopo del pecado; lávame hasta quedar más blanco que la nieve. 10. Anúnciame gozo y alegría, que se regocijen los huesos triturados. 11. Tápate el rostro ante mi pecado, y borra toda mi culpa.

12. Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; 13. no me arrojes lejos de tu rostro, ni me quites tu santo espíritu. 14. Devuélveme el gozo de tu salvación, afiánzame con un espíritu generoso.

17. Señor mío, ábreme los labios, y mi boca proclamará tu alabanza. 15. Enseñaré a los malvados tus caminos, y los pecadores volverán a ti. 16. De, homicidio líbrame, oh Dios, Dios y Salvador mío, y cantará mi lengua tu justicia. 17. Señor mío, ábreme los labios, y mi boca proclamará tu alabanza.

18. Un sacrificio no te satisface; si te ofrezco un holocausto, no lo aceptas. 19. Para Dios sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios, no lo desprecias.

20. Señor, dígnate favorecer a Sión, y reconstruye la muralla de Jerusalén: 21. entonces aceptarás sacrificios legítimos, ofrendas y holocaustos, entonces sobre tu altar se inmolarán novillos.

Nos tomemos unos minutos para interiorizar la Palabra Es el momento de decirle al Señor con sinceridad y sencillez, cómo estamos por dentro … de manifestarle nuestro deseo de limpieza y de gozo … de ponernos ante Él como barro en manos del Alfarero … de acoger su bondad, con su compasión y misericordia que nos envuelve con ternura … de pedirle que nos cree de nuevo, no desde la nada sino transformando nuestra miserable realidad … que nos muestre Su rostro … que nos regale su Espíritu …

Y ahora oremos juntos: “Por la grandeza de tus entrañas, borra, Señor, nuestros pecados. Que tu inmensa misericordia desvanezca la culpa que nos aplasta. No desprecies nuestro corazón quebrantado y humillado. Haz brillar sobre nosotros el poder de tu Trinidad: que nos recree Dios Padre, que nos sane Dios Hijo, que nos santifique Dios Espíritu Santo” AMÉN

“El que practica misericordia, que lo haga con alegría” (Rom 12,8) Muchas gracias