Rachel Corrie Una chica como todas…
Rachel Corrie estudió en la Universidad de Olympia (Washington), y pertenecía al grupo por la justicia y la paz. Tenía 23 años. Con su asociación organizó iniciativas en ocasión del aniversario del 11 de septiembre, en memoria de las víctimas, y de la guerra en Afghanistán.
En el 2003 Rachel decidió pasar de la teoría a la acción. Fué a Israel, donde se unió al Movimiento Internacional de la Solidaridad. Participó en acciones para bloquear las excavadoras israelíes, que derribaban las casas en los territorios palestinos.
“De cualquier forma, pienso en el hecho de que ninguna cantidad de lecturas, conferecias, documentales, o palabras podrían haberme preparado para la realidad que se vive aquí.”
“No puedes imaginarlo, a menos que lo veas; e incluso en ese momento crees que no es la realidad: ¡Qué dificultades tendría el ejército israelí si disparara contra algún norteamericano desarmado! Y por el hecho de que yo tengo dinero para comprar agua cuando el ejército destruye los pozos, y por supuesto, por el hecho de que yo tengo la opción de irme”. 7 de febrero de 2003
Había escrito también a sus amigos en diferentes correos electrónicos: “Derriban la casas aunque haya gente dentro, no tienen respeto por nada y por nadie”
15/marzo/2003, en Rafah, frontera de Gaza, Rachel y sus amigos intentaban oponerse a la demolición de la casa de un médico palestino. “Estaba sentada en la trayectoria del Bulldozer, el conductor la vió, continuó y le pasó por encima”, dijo Joseph Smith.
“La excavadora le echó tierra encima y después la aplastó”, ha añadido Nicholas Dure, otro compañero.
Los compañeros intentaron de todas las maneras parar la excavadora, y después prestaron ayuda, pero nada se pudo hacer.
Rachel Corrie perdió la vida apenas a los 23 años, mientras defendía, con sus ideas y con su propio cuerpo, el derecho de los ciudadanos palestinos de tener un techo y una tierra.
Israel dió diferentes versiones del suceso, desmintiendo la documentación fotográfica y de los testigos. Rachel y sus compañeros, denunciaron que cada día decenas de casas son destruídas en la frontera de Gaza, que los bombardeos dañan los pozos de agua dulce en los campos de refugiados, mismos que no pueden ser reparados por los palestinos sin exponerse a las balas israelíes.
La muerte de Rachel ha sido motivo de rabia e impotencia en Olympia. Pero también ha sido inspiración para que más personas se comprometan con Solidaridad Internacional.
La muerte de Rachel no ha sido en vano. Rachel ha florecido, ha dado fruto lanzando a muchas más personas a olvidarse de sí mismas, y encontrar el sentido de sus vidas en el riesgo de ser solidarios. Hoy su recuerdo transmite vida...
“Les he dado ejemplo, para que también ustedes hagan como yo he hecho con ustedes” (Jn. 13, 15) Rachel Corrie