Sesión IV Música
Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas. Su diestra, su santo brazo, ha alcanzado la victoria. ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! ¡Cuán bueno es cantar salmos a nuestro Dios, cuán agradable y justo es alabarlo!
Alábenlo con sonido de trompeta, alábenlo con el arpa y la lira. Alábenlo con panderos y danzas, alábenlo con cuerdas y flautas. Alábenlo con címbalos sonoros, alábenlo con címbalos resonantes. ¡Que todo lo que respira alabe al Señor! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Salmos 98.1; 147.1;
Las bandas y brigadas de cantores del Ejército de Salvación existen para proclamar el mensaje del Ejército —salvación del pecado a través de Jesucristo—, y para cumplir los propósitos del Ejército: la gloria de Dios y la salvación de las almas.
… La música en sí misma carece de calidad moral o religiosa, pero cuando se asocia con palabras divinas, pensamientos y sensaciones, y cuando se somete al poder del Espíritu Santo, es un agente importante para estimular las emociones y conmover el alma, de modo que ayude a dirigir al pueblo de Dios.
Permítanos perseverar cantando las sencillas y antiguas verdades con el simple y sincero estilo bendecido tan ampliamente para la salvación de las almas así como para formar y entrenar a los soldados. Cuán reflexivas son muchas de esas palabras. Son un gran tesoro de verdades que, si las busca, le enriquecerán. Por la gracia de Dios, uno nunca cantará lo que realmente significan.
El supremo valor del canto, después de todo, no es la simple alegría que sentimos debido a nuestra salvación, sino el gozo que hace brotar alabanzas a nuestro Dios ante quienes no le han conocido o aquellos que ascienden, debido a nuestro cántico, a nuevos pensamientos y una nueva vida. ¡Cante para que el mundo oiga!
Cante hasta que todo su ser se rinda a Dios y hasta que levante la mirada de aquellos que no saben que Dios es la fuente de nuestro gozo. No puedo imaginar que en el propio cielo podamos detenernos para recordarnos y repetirnos cada acorde que nuestra alma reveló en la mayoría de los casos aquí. ¡Hasta entonces, déjennos cantar! William Booth