Eucaristía quiere decir: “Acción de gracias y alabanza, que el pueblo dirige a Dios recordando sus intervenciones salvadoras.”

Jesús instituyó la Eucaristía en la última Cena, antes de ofrecer su Vida para Salvarnos.

“Que nos amemos los unos a los otros, Ese día también nos dio un mandamiento nuevo: “Que nos amemos los unos a los otros, como Él nos amo.” Juan 13,34

Y lavó los pies de sus discípulos para enseñarnos que debemos amarnos… con humildad y servicio… como Él nos amó.

y haciendo siempre el bien. Amar como Jesús nos ama es amar con humildad, mansedumbre, paciencia, alegría, ayudando, acompañando, rezando por los demás y haciendo siempre el bien.

La Eucaristía es el sacramento más importante en la vida del cristiano porque al comulgar con devoción nos unimos a Jesús que nos santifica y fortalece.

El gesto de partir el pan que se da a todos simboliza la entrega de su vida a cada uno de nosotros, y el beber todos de la misma copa significa la unión con Él y con todos.

Al recibir a Jesús también nos unimos a María Santísima, a los ángeles, a los santos, a todas las almas que están en el cielo, las que se están purificando y a todos los cristianos del mundo.

Jesús está ahí aunque no lo veamos, porque cuando toma el pan y luego la copa dice usando la voz del sacerdote: “Esto es mi cuerpo, esta es mi sangre.” La palabra “es” no se refiere a una comparación, sino a una afirmación.

Y nosotros decimos en la consagración: “Jesús mío y Dios mío” Repitiendo las palabras del apóstol Tomás cuando Jesús resucitado se le aparece y le dice: “Ahora crees, porque me has visto ¡Felices los que creen sin haber visto!” Juan 20,29

Cuando Jesús instituye la Eucaristía, nos pide que lo hagamos en memoria suya. Juan 13,34

Para que no olvidemos el Sacrificio que hizo por amor a nosotros, para liberarnos del pecado y de la muerte eterna.

porque Él nos espera siempre. Por eso es importante ir a Misa, porque Él nos espera siempre.

Y si comulgamos con frecuencia y con devoción, nuestro corazón se irá asemejando cada vez más al Corazón de Jesús.

De todos los milagros que hizo Jesús, el de la Eucaristía nos acompaña siempre. Alabado sea el santísimo Sacramento. Sea por siempre bendito y alabado.

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