Que la Eucaristía sea el corazón palpitante de la Iglesia (Benedicto XVI) La Eucaristía debe ser, por encima de todo, el centro de todo y de todos.
La Eucaristía es el sol de la Iglesia. Es la cumbre de la liturgia cristiana. Tiene una doble dimensión: Sacramento de Nutrición Sacramento de Sacrificio Sacramento de la última cena y sacramento del calvario Por eso sacrificio
La Comunión nos habla de unidad y perdón. Sin perdón nunca habrá comunión. Además, si el pan alcanza en la mesa de la casa, también debe alcanzar en la mesa de la misa. Por eso Comulgar es tan grande que al no hacerlo es perder todo el valor del significado exacto de la santa Misa. (Mons. Diego)
La Eucaristía en cuanto sacrificio hace presente a Cristo que muere por nuestros pecados. Jesús está en el Sagrario tan vivo y tan real, que no es un prisionero del olvido, sino un esperar para el encuentro Contemplativo y la mano generosa que acompaña al enfermo. (Viático)
La Eucaristía nos conduce a Dios y nos regala a Dios. Por eso cada uno debe gritar en cada Eucaristía (Santa Misa) ¡Dios ven, no tardes! ¡Entra en mi corazón y llénalo de tu amor! Amén.
En cada misa y en todas las misas Dios está y estará esperando por cada uno de nosotros. No habrá regalo más grande que podamos recibir de Dios que su presencia salvadora en cada Eucaristía. Por favor no la cambie por nada. En cada misa está Dios para abrazarte y darte lo mejor “El Amor” (El Sr. Arzobispo de Cumaná con el Nuncio Apostólico en Venezuela)
Señor, Dios fuente inagotable del amor, que en la Eucaristía quedas esperando por todos, ayúdanos a vivir en cada Santa Misa ese gran regalo donde desde la cruz se alzó con amor para salvación de la humanidad necesitada. Amén. Padre Marcelo.