EL ORGULLO Y LA SANGRE Por: Jason Cárdenas
El águila orgullosa de pecho blanco, volando va lenta y pesada sus plumas gruesas y envejecidas sus uñas están gastadas.
Su pico largo y puntiagudo que un día fue digno de admiración, por devorar al más débil con violencia y sin compasión, hoy encorvado apunta a su propio corazón.
Hace un intento por recordar su historia, pero qué lejos están ya sus días de gloria el dolor que marca cada movimiento parece poner en silencio la memoria.
Con sus últimas fuerzas sube a la montaña, moribunda al alto nido logra llegar y le da a su pico golpes contra una pared aledaña hasta que lo consigue arrancar.
Cuando vuelve a crecer el garfio afilado sus uñas una a una arranca, el águila aprende que su poder no es eterno mientras se tiñen de rojo sus plumas negras y blancas.
Mas el lento calvario no ha terminado, su soberbia todavía no la ha abandonado, hasta que no arranque con sus uñas, una por una, las viejas plumas de su sangriento pasado.
eleva el vuelo con más fuerza que antes, al amanecer, El tiempo pasa y sanan las heridas del ayer, eleva el vuelo con más fuerza que antes, al amanecer, aunque mucho más humilde después de aprender que solamente con sangre el orgullo puede desaparecer.
Si el águila orgullosa de pecho blanco, con dolor tiene que aprender que su poder es pasajero y existe uno mayor…
El hombre pecador debe saber que el orgullo sólo puede desaparecer cuando se es cubierto con sangre a los pies de la cruz del Señor.
Venid a Mí los que estáis trabajados y cargados que Yo os haré descansar. El que cree en Mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán por su vientre. Mi paz os dejo, mi paz os doy, no como el mundo la da Yo os la doy; no se turbe vuestro corazón ni tenga miedo.
Jesús te ama y espera por ti con los abrazos abiertos Jesús te ama y espera por ti con los abrazos abiertos. Tú eres hijo del Rey más poderoso y ha puesto todo a tus pies.