La unidad del evangelio

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¿Eres un “divisor” o un “sumador” ¿Eres un “divisor” o un “sumador”? Estas dos tendencias existen en la iglesia, y la mayoría de nosotros tendrá preferencia por una de ellas.

Los sumadores tenderán a buscar la unidad Los sumadores tenderán a buscar la unidad. En el peor de los casos, buscarán la paz a cualquier precio, hasta el punto de ignorar o pasar por alto la inmoralidad o una herejía, con tal de evitar conflictos.

Los divisores tenderán a dividir a la iglesia por causa de asuntos recónditos de doctrina o de práctica, que tienen poca influencia sobre temas centrales de la fe cristiana.

Pablo buscaba la unidad; en ese sentido, era un sumador Pablo buscaba la unidad; en ese sentido, era un sumador. No estaba dispuesto a aceptar a quienes predicaban otro evangelio; y en ese sentido, era un divisor.

Como cristianos, debemos saber cuándo ser sumadores y cuándo ser divisores, y solo Dios puede darnos la sabiduría necesaria para esto.

La circuncisión La libertad Unidad en la diversidad Simulación y conducta

La unidad en la iglesia cristiana fue, y es, no solo un imperativo de organización sino un imperativo teológico. La iglesia funcionaría en forma más eficiente si sus miembros estuviesen unidos en fe, en práctica y en metas.

La unidad nos ayuda a representar mejor a Dios ante la gente que no lo conoce todavía. Pablo se concentró en el único evangelio verdadero, que debería ser la verdadera fuerza unificadora entre los cristianos.

Gálatas 5:2-6

La circuncisión era la señal de la relación del pacto que Dios había establecido con Abraham. Aunque la circuncisión era solo para los descendientes varones de Abraham, todos estaban invitados a una relación de pacto con Dios.

Durante el tiempo de Pablo, la circuncisión había llegado a ser una señal de identidad nacional y religiosa. Hechos 15:1 Algunos hasta creían que la circuncisión era un pasaporte a la salvación.

¿Cuál era el verdadero problema? El problema no era acerca de la circuncisión, sino acerca de la salvación. La salvación es solo por la fe en Cristo, no se gana con la obediencia humana.

Hoy la circuncisión no es un problema. Pero ¿con qué luchamos, como iglesia, que es similar a este problema? ¿Cómo podemos evitar contaminar el evangelio, al intentar controlar a la gente con nuestras propias ideas respecto de cómo deberían verse o cómo deberían actuar?

Gálatas 2:4

La libertad: Es vivir una vida de devoción a Dios sin obstáculos. Involucra Romanos 6:6-7 La libertad de no ser esclavos de nuestra naturaleza pecaminosa, Romanos 8:1, 2 La libertad de no ser condenados por la Ley y 1 Corintios 15:55 La libertad del poder de la muerte.

Gálatas 2:7

Los apóstoles reconocieron que Pablo había sido llamado para predicar el evangelio a los gentiles, así como Pedro a los judíos. El evangelio era el mismo, pero la forma de presentarlo dependía de las personas que estaban tratando de alcanzar.

Esta unidad es la que constituye la base de la unidad cristiana, como unidad en la diversidad.

Gálatas 2:11-13

Algún tiempo después de la consulta de Pablo en Jerusalén, Pedro visitó Antioquía, la primera iglesia gentil y base de las actividades misioneras de Pablo.

Mientras estuvo allí, Pedro comía libremente con los cristianos gentiles; pero, cuando un grupo de cristianos judíos llegó de parte de Santiago, Pedro –temeroso de lo que pudieran pensar– cambió su conducta.

Aunque él sabía qué debía hacer, tuvo miedo de ofender a sus propios conciudadanos, y volvió a los caminos antiguos. La cultura y la tradición eran fuertes en la vida de Pedro.

Gálatas 2:13 Pablo calificó a las acciones de Pedro exactamente como lo que eran: “simulación” (hipocresía). Aun Bernabé, dijo Pablo, fue “arrastrado por la hipocresía de ellos”.

¿Por qué es tan fácil ser hipócrita? ¿Será porque tendemos a cegarnos a nuestras propias faltas, mientras que miramos las faltas de otros? ¿Qué clase de hipocresía encuentras en tu propia vida? ¿Cómo puedes reconocerla y desarraigarla?

Para Pablo, el problema no era que Pedro comiera con los visitantes de Jerusalén, ya que las antiguas tradiciones de hospitalidad requerían esto. El problema era “la verdad del evangelio”.

Es decir, no era un problema de compañerismo o de prácticas de alimentación, sino que las acciones de Pedro comprometían todo el mensaje del evangelio.

La insistencia de algunos cristianos judíos de que los gentiles debían circuncidarse para llegar a ser verdaderos seguidores de Cristo planteó una amenaza seria a la unidad de la iglesia primitiva. En lugar de dejar que el problema dividiera a la iglesia en dos movimientos diferentes, los apóstoles trabajaron juntos para asegurar que el cuerpo de Cristo permaneciera unido y fiel a la verdad del evangelio.

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