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Mateo 13, 24ss. El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo.

Mateo 13, 24ss. Sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña.

Mateo 13, 27ss. Los siervos del amo se acercaron a decirle: «Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?»El le contestó: «Algún enemigo ha hecho esto.»

Mateo 13, 27ss. Dícenle los siervos: «¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?» Díceles: «No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo»

Mateo 13, 27ss. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores:

Mateo 13, 27ss. Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero.

Mateo 13, 31ss. El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo. Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla.

Mateo 13, 31ss. Pero cuando crece es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas.

Mateo 13, 33ss. El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.

Mateo 13, 37ss. El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino.

Mateo 13, 37ss. La cizaña son los hijos del Maligno; el enemigo que la sembró es el Diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.

Mateo 13, 40ss. De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo.

Mateo 13, 40ss. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos.

Mateo 13, 40ss. Y a los obradores de iniquidad los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes.

Mateo 13, 40ss. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.

Mateo 13, 44ss. El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo.

Mateo 13, 44ss. Y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.

Mateo 13, 45ss También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra.

Mateo 13, 47ss. También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases.

Mateo 13, 47ss. Y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos.

Mateo 13, 47ss. Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes.

Mateo 13, 51ss. ¿Habéis entendido todo esto?... Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo.

Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio. Mateo 13, 57ss. Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio.

Mateo 14, 16ss. No tienen por qué marcharse; dadles vosotros de comer… Traédmelos acá.

¡Animo!, que soy yo; no temáis. Mateo 14, 27ss. ¡Animo!, que soy yo; no temáis.

Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste? Mateo 14, 29ss. ¡ Ven ! Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?

Mateo 15. 3ss. Y vosotros, ¿por qué traspasáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?

Mateo 15. 3ss. Porque Dios dijo: «Honra a tu padre y a tu madre» y: «El que maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte»

Mateo 15. 3ss. Pero vosotros decís: «El que diga a su padre o a su madre: Lo que de mí podrías recibir como ayuda es ofrenda» y de esa manera no tendrá que honrar a su padre y a su madre.»

Así habéis anulado la Palabra de Dios por vuestra tradición. Mateo 15. 3ss. Así habéis anulado la Palabra de Dios por vuestra tradición.

Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías cuando dijo: Mateo 15, 7ss. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías cuando dijo:

Mateo 15, 7ss. Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres.

Mateo 15, 10ss. Oíd y entended. No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre.

Mateo 15, 12ss. Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial será arrancada de raíz. Dejadlos: son ciegos que guían a ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo.

Mateo 15, 15ss. ¿También vosotros estáis todavía sin inteligencia? ¿No comprendéis que todo lo que entra en la boca pasa al vientre y luego se echa al excusado?

Mateo 15, 15ss. En cambio lo que sale de la boca viene de dentro del corazón, y eso es lo que contamina al hombre.

Mateo 15, 15ss. Porque del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias.

Mateo 15, 15ss. Eso es lo que contamina al hombre; que el comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.

No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Mateo 15, 23ss. No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.

No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos. Mateo 15, 26ss. No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.

Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas. Mateo 15, 28ss. Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas.

Mateo 15, 32ss. Siento compasión de la gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino.

Mateo 15, 33ss. ¿Cuántos panes tenéis?

Mateo 16, 2ss. Al atardecer decís: «Va a hacer buen tiempo, porque el cielo tiene un rojo de fuego»

Mateo 16, 2ss. Y a la mañana: «Hoy habrá tormenta, porque el cielo tiene un rojo sombrío»

Mateo 16, 2ss. ¡Conque sabéis discernir el aspecto del cielo y no podéis discernir las señales de los tiempos!

Mateo 16, 4ss. ¡Generación malvada y adúltera! Una señal pide y no se le dará otra señal que la señal de Jonás.

Mateo 16, 5ss. Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos.

Mateo 16, 8ss. “Hombres de poca fe, ¿por qué estáis hablando entre vosotros de que no tenéis panes?

Mateo 16, 8ss. ¿Aún no comprendéis, ni os acordáis de los cinco panes de los 5.000 hombres, y cuántos canastos recogisteis? ¿Ni de los siete panes de los 4.000, y cuántas espuertas recogisteis?

Mateo 16, 11ss. ¿Cómo no entendéis que no me refería a los panes? Guardaos sí de la levadura de los fariseos y saduceos.

¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Mateo, 16, 13ss. Cesarea De Filipo ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?

Y vosotros ¿quién decís que soy Yo? Mateo 16, 15ss. Y vosotros ¿quién decís que soy Yo? Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos.

Mateo 16, 18ss. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.

Mateo 16, 18ss. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.

Mateo 16, 22ss. ¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para Mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!

Mateo 16, 24ss. Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por Mí, la encontrará.

Mateo 16, 24ss. Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida?

Mateo 16, 27ss. Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.

Mateo 16, 27ss. Yo os aseguro: entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre venir en su Reino.