Sol, Arena y Huarangos
Ica te amo… te amo Ica por tu Sol, por tus frutos que dia a dia me das.
Por los amigos que encuentro en mi camino en el diario caminar de mi larga vida.
Por las veces que escalamos en sus varios flancos en fila india con las trajinadas, cansadas zapatillas colgadas al cuello
que con mucho esfuerzo y sudor coronamos siempre la cúspide del Gran Saraja para tocar y besar su Cruz.
Por las veces que trepado en los brazos de un pacae o colgado de un mango el dulzor maravilloso de sus frutos supe saborear.
Por las veces que la sombra de este caprichoso Huarango cuido mis sueños y mi alegre despertar .
Por las veces que tendido sobre las tibias arenas pude contemplar el azul de su cielo ver el paso veloz de los Chivillos y del Pichinguito su canto alegre escuchar
Por las veces que posado en mi jardín veo al chaucato con gran señorío
dando trancos, vuelos y saltos seguros en su rápido caminar para atrapar a esa mariposa que se le ha de escapar
Por su Sol que aparece en el oriente entibiando, calentando, despertando…
a la Madre Naturaleza en primaveral esplendor gran Sol que media hora antes de estar en su meridiano
vamos buscando sombra debajo del frondoso y fuerte huarango debajo de un verde y curvilíneo pacae
o debajo de aquel parral que puntual todos los años gran cosecha nos dá para convertirlo en Pisco Puro de sabor sin igual
Amo a Ica por su tierra por su sol
por su huarango por su pacae por sus aves
por mis amigos por su Pisco puro
Y por su Señor de Luren ¡Gran Señor! Autor: Luis Jesús Miñán Cavero.