Cicatrices
Que dejan huellas de un pasado, que nos recuerda cómo éste fue.
Algunas son más grandes que otras, más profundas, más marcadas…, sin embargo, todas nos hablan de lo que sucedió.
Mas de ellas podemos aprender y aumentar nuestra habilidad de enfrentar la vida con Valor y Fe.
Si pudiéramos ver las cicatrices en sus manos, pies y pecho de Aquel que dio su vida por cada uno de nosotros; entenderíamos.
Que esas marcas nos ayuden a valorar lo que somos y lo que podemos y deberíamos ser.
Entonces: ¿por qué quedarnos con los brazos cruzados cuando El murió con los brazos abiertos?
Que cuando veamos nuestras cicatrices recordemos que El sufrió aún más que nosotros, y se levantó del dolor y del sufrimiento triunfante.
Entonces hoy levantaré la mirada hacia el cielo y con una resolución mantendré los brazos abiertos a toda oportunidad de ser feliz.
Gracias a mis cicatrices puedo orientar mi vida hacia un futuro mejor.