Leamos algo y reflexionemos:

“…Me ha tocado en suerte ser el último orador; sin embargo, en la insignificancia de mi país que no tiene poderío militar, ni económico; me toca a mí decidir cual de los dos ganará. Estamos pasando momentos cruciales en que la humanidad se enfrenta con la misma humanidad; vivimos en un mundo en que la humanidad científica e intelectualmente es un gigante, en cambio moralmente es un pigmeo. Es por eso que no botaré por ninguno de los dos bandos… no lo haré por tres razones:

La primera: … La segunda: Porque estoy convencido de que los procedimientos de los colorados son desastrosos. La tercera: porque estoy convencido de que los procedimientos de los verdes tampoco son de lo más bondadosos que digamos. Insisto que hablo de procedimientos no de ideas, para mi todas las ideas son respetables; tan fácil que sería la existencia si hiciéramos caso a una figura muy importante pero humilde, hace más de mil años: “El respeto al derecho ajeno es la paz”.

Debemos derribar la barda… la barda de la incomprensión, del egoísmo, pero no la barda de las ideas. Hablan de libertades humanas, y yo les pregunto ¿Hay aquella libertad en sus países?, recordemos que lo más importante de la dignidad es la libertad de conciencia. Ustedes también son medio soberbios y aunque hablan de paz, de democracia y de otras cosas, pero todo lo buscan resolver por su poder, el poder del dinero.

¿Para qué queremos automóviles si todavía andamos descalzos? El remedio de todos nuestros males no es modernizarnos con automóviles, con refrigeradoras, ni mucho menos con armamento. ¿Para qué queremos automóviles si todavía andamos descalzos? ¿Para qué queremos refrigeradoras si no tenemos que meter en ellas? ¿Para qué queremos armas si nuestros hijos no tienen escuelas para estudiar?

Si quieren ayudarnos, no nos ayuden dándonos dinero para armamento, ayúdennos pagando precios más justos por nuestras materias primas, ayúdennos respetando nuestras costumbres, nuestras creencias. Practiquen la tolerancia que nosotros sabremos corresponderles. Dejen ya de tratarnos como simples peones en el tablero de la política internacional.

¡Qué fácil que sería lograr ese mundo en que todos pudiéramos vivir como hermanos, si tan solo hiciéramos caso a aquello que dijo aquél carpintero hace más de dos mil años! ¡Sencillo, descalzo, humilde, pero cuanta sabiduría en sus palabras: “Amaos, amaos los unos a los otros”! ¡Pero se ha confundido los términos y se han malinterpretado: “ARMAOS, ARMAOS los unos CONTRA los otros”.

Solamente les digo una cosa más: no seamos tan soberbios y no ataquemos a los demás y verán como hacemos del mundo, un mundo mejor.

¿Saben quien dijo estas palabras? He dicho”. ¿Saben quien dijo estas palabras? Uno de los mejores comediantes, un hombre que fue descubierto como tal cuando hizo de maestro de ceremonia en un circo….. Mario Moreno “Cantinflas” en su película “su excelencia”.

Hoy que hay tanta incomprensión que se ordena a ejércitos atacar otros países por el simple hecho de ser diferentes, hoy cuando los gobiernos destinan grandes sumas de su presupuesto para gasto en armamento más no en educación, apoyo al deporte, salud. Hoy cuando discutimos con nuestras parejas, dedicamos más tiempo a buscar fortuna y no al amor, cuando pensamos que todo en la vida es solo dedicar tiempo al trabajo y no a seres que nos aman. Reflexionemos, cambiemos nuestra actitud, llenemos el mundo de amor y nos daremos cuenta de cómo empieza a tratarnos mejor la vida.

Dejemos un mundo con amor a nuestra descendencia y no lo llenemos de odios, rencores y guerras. Que las bendiciones del Señor estén con ustedes. Que tengan un buen día y que los venideros sean mejores.

Porque su existencia me hizo conocer el amor, gracias por ello Dedicado a mi esposa eternamente en mi corazón y mis pensamientos: J. M. Porque su existencia me hizo conocer el amor, gracias por ello Ricardo Gómez

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