a la Santísima Virgen de Guadalupe Novena a la Santísima Virgen de Guadalupe Segundo día Clic para pasar
“Hijito mío, que no se turbe tu corazón…no temas… Oración : Oh Virgen de Guadalupe, Madre de Dios y Madre nuestra, que te dignaste hablar a tu siervo Juan Diego con estas tiernas palabras: “Hijito mío, que no se turbe tu corazón…no temas… ¿No estoy aquí Yo que soy tu Madre? ¿No estás acaso bajo mi protección y amparo?”
Por Cristo nuestro Señor. Llenos, pues, de confianza con estas palabras venimos hoy a tus plantas para pedirte que nos concedas todas las gracias que necesitamos y que deseamos obtener de tu bondad en esta novena. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Reflexión: El relato sencillo de las Apariciones de nuestra Señora de Guadalupe nos cuenta así el primer momento del encuentro de Juan Diego con la Virgen: “Cuando llegó a la cumbre del cerrito vio una Señora que estaba allí de pie y que le dijo que se acercara. Llegado a su presencia se maravilló mucho de su sobrehumana hermosura;
y relumbraba la tierra como el arcoíris. Su vestido era radiante como el sol; la roca sobre la que posaba sus pies semejaba una ajorca de piedras preciosas, y relumbraba la tierra como el arcoíris. Entonces Ella con palabras muy dulces y llenas de ternura le dijo: “Pequeñito mío, Juan, óyeme, ¿a dónde vas?”
tengo que llegar a tu casa de México-Tlatilolco, El respondió: “Señora y niña mía, tengo que llegar a tu casa de México-Tlatilolco, a seguir las cosas divinas, que nos dan y enseñan sacerdotes, delegados de nuestro Señor”. Estas palabras de Juan Diego tienen un gran mensaje para nosotros hoy. Nos preocupamos de “las cosas divinas y de la enseñanza religiosa”, como él? ¿Amamos y respetamos a la Iglesia y a nuestros sacerdotes, como él? Meditémoslo.
Aclamaciones a la Virgen de Guadalupe Aclamemos con amor a nuestra Madre de Guadalupe pidiéndole también su ayuda:
Bendita seas, oh Virgen de Guadalupe, porque nos regalaste tu propia imagen y quisiste quedarte con nosotros para ser nuestro modelo y conducirnos a Cristo, Camino, Verdad y Vida para todos los hombres. Rezar un Ave María.
Bendita seas, oh Virgen de Guadalupe, porque quisiste quedarte en medio de nosotros para demostrarnos todo tu amor y compasión y ser nuestro auxilio y defensa en todas nuestras necesidades. Rezar un Ave María.
Bendita seas, oh Virgen de Guadalupe, porque quisiste quedarte con nosotros para ser nuestra piados Madre, oír nuestros lamentos y remediar todas nuestras miserias, penas y dolores. Rezar un Ave María.
Oración final para todos los días: Oh Virgen de Guadalupe, “Madre del verdadero Dios por Quien se vive”, aquí estamos a tus pies para recordarte una vez más la gran promesa que hiciste a tu siervo Juan Diego de escuchar siempre nuestras súplicas y remediar todas nuestras necesidades.
Te rogamos pues, Madre nuestra que seamos fieles a nuestra fe Te rogamos pues, Madre nuestra que seamos fieles a nuestra fe y la vivamos; que en cada uno de nosotros reine siempre Cristo y le sigamos; que haya paz en nuestras familias; que puedan ver la eficacia de tu misericordia todos los que, en medio de sus sufrimientos, se encomiendan a Ti;
que imitemos fielmente todas tus virtudes; que crezca constantemente nuestro amor y confianza en Ti; y que, por fin, nos alcances de Dios lo que especialmente queremos conseguir de tu bondad en esta novena. Así sea.
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