LA MASCARA SUBTERRANEA. Felipe Sánchez Hincapié
El sol se extingue.. Se enrojecen tus manos y tu cabeza empieza a danzar con las estrellas. Te levantas del ataúd mirando a la luna que alumbra los excesos de tu sombra.
Serie oleos negros – 1983.
Bailas como un loco, como siempre lo fuiste. Tu lengua se alarga, tus ojos estallan, tus dedos, que antes acariciaban mi espalda, son ahora las ramas que se mueven con el viento del opio.
Tríptico de cabecitas
Levantas un altar debajo del puente. Una ofrenda a los amantes, sexo eterno para ellos. Se excita tu rostro al ver los cuerpos rojos tendidos en un tapete de lagrimas purpuras.
Serie “danzantes” tríptico – 1990.
Entramos al túnel. Bailan, bailamos, ellos se esconden de la bomba de azufre, huimos de esa guerra pestilente, esquivamos el látigo solemne. Vestidos con el libido de tus palabras, cantan un verso sórdido. Tu pálido rostro me roba una lagrima de sangre, tus labios cercenan mi cuerpo danzarín, y vos seguís bailando en la jaula de neón.
Serie “fiestas” 1990.
Brindan en tu honor. Vos sos su confidente en las noches toxicas. Vos los alucinas con tu aliento, vos los seducís con tu furia. Quieren tocar tu sexo, quieren acariciar tus manos, quieren ser tu sombra. Vos escondes su penar, la noche es el exilio del fatigante sol. sos su confesionario, sos el coreógrafo de su danza carnal.
Serie “fiestas” 1990.
Grita la amante anestesiada por el orgasmo. Grita el poeta en el monasterio de luces rojas. Grita el loco en la celda de espinas. se abre la cortina de terciopelo. Orgia de palabras, de suplicas, nos devoramos las migajas debajo de la gran mesa. Ultima cena. Corremos. Huimos, estas cansado, lo veo en tu corazón. Salimos de allí y el joven poeta contempla satisfecho su larga agonía.
Serie “homenaje a Pessoa
Callejón de cristales. Nos besamos allí Lejos del bullicio. Tu cuerpo dibuja el mío. Tu boca descifra mis sueños. Me tocas. Lagrimas de morfina para borrar ese maquillaje de cenizas. Seguimos escondidos en el grito, seguimos acariciando nuestro clímax.
Serie “danzantes” tríptico
Volvemos al fin, nos olvidamos del inicio. Rasgas la sabana y salen de tu espalda alas de gallinazo. ¿vas a cantarle a los ángeles tu balada de fuego? No creo. Esas alas tuyas, tan hermosas como nadie las ha visto, son tus pesadillas, vas a perseguir a las chapolas y a las lenguas de fuego que bajan de cielo a cubrirte de inocencia. Vuela. Huye de mi, de todos. Vuela. Anda, grítale al infinito. A la media noche te veré descender como Ícaro en el vocal de lodo.
Serie “ángeles”
Y con el sol a cuestas, te quedas callado. Muere tu cuerpo. El viento se lleva tus piernas. El rio de anís se seca. Se llenan las jaulas grises. Vuelve el confort. Vuelve la calma. Vuelves a adornar la mesa, a mirarme en silencio. Quieto. Te olvidas de mi nombre, del tuyo no doy paradero. Vuelve el sol a labrar tu destino. Vuelves a ser una mascara subterránea.
Serie “sin titulo” Bodegones con cabeza