y las sublimes lecciones que enseñas de continuo Tu Adorable Corazón, Rendido a vuestros pies ¡Oh Jesús mío! Considerando las inefables muestras de amor que has dado y las sublimes lecciones que enseñas de continuo Tu Adorable Corazón, te pido humildemente la gracia de conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo tuyo.
Deseo hacerme digno de las mercedes y bendiciones que concedes a los que de veras te conocen, aman y sirven.
Mira que soy muy pobre, Buen Jesús y necesito de Tu generosidad.
Mira que soy limitado, Soberano Maestro y necesito de Tus Divinas enseñanzas para luz y guía de mi ignorancia.
y necesito apoyarme en Ti para no desfallecer. Mira que soy muy débil y necesito apoyarme en Ti para no desfallecer.
Sé todo para mí, Sagrado Corazón; socorro de mi miseria, luz de mis males, auxilio en toda necesidad.
De Ti lo espera todo, mi pobre corazón.
Tu me alentaste cuando dijiste en el Evangelio: “Vengan a mí, pidan y recibirán, llamen y se les abrirá”. A las puertas de Tu Corazón vengo pues hoy y llamo y pido y espero.
Te hago formal y decidida entrega de mi corazón, tómalo y dame en cambio, lo que sabes que me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la Eternidad. Amén.
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