La puerta de la escuela: entrada a un mundo

Aquí...Aquí... Aquí en el país donde las horas son valiosas... Aquí en el túnel del tiempo... Aquí donde el sol es esperanza... Aquí donde la noche es encuentro... Aquí donde el ser humano sublima su destino... Aquí donde la soledad es amiga... Aquí donde todo parece distinto... florece desde lo hondo de la realidad el orden... Mi escuela... Nuestra escuela... La que nos acuna dándonos de mamar conocimiento, que inspira a nuestras almas a trascender en libertad espiritual... Aquí... Aquí donde el hombre tiene su justo tamaño bajo el cielo... como una planta mansa ve crecer su existencia. Es desnudo y eterno el mundo que contempla, y al desandar las tardes, mirando el horizonte, queda callado y piensa... Una separación del mundo, la posibilidad de volver a reaprender... Honrando al ser... Y un regreso a la vida para vivirla con más sentido... Dado que lo perdido se recupera doblado... Tal vez fue necesario perderte, para volver a encontrarte y valorarte... Escuela... Mi escuela... Nuestra Escuela Walter Navazio

Estar en la escuela abre pasajes increíbles, ya que se ponen en práctica todos nuestros logros y lo que ha de venir en el futuro.Estar en la escuela abre pasajes increíbles, ya que se ponen en práctica todos nuestros logros y lo que ha de venir en el futuro. Todos los días son esenciales, ya que en ellos renacen una nueva idea, un nuevo pensamiento, haciendo que el abordaje de hoy sea importante para mañana.Todos los días son esenciales, ya que en ellos renacen una nueva idea, un nuevo pensamiento, haciendo que el abordaje de hoy sea importante para mañana. Julio AmarillaJulio Amarilla

 Estar en la escuela es muy contenedor en los momentos que más lo necesito para salir a un futuro que me espera. El día a día en la escuela es como uno igual al de la calle. Estudio, recreo, charlas, etc.. Es el lugar donde se comparten tantas cosas, en la hora de estudio con los maestros, con los compañeros en las horas de recreo…  Anibal Cabrera

Apartada de la rutina, con su largo corredor, sus puertas cerradas con algún que otro alumno llamando o mirando por sus vidrios. Su amplio salón, iluminado por grandes ventanales dicen que llegó el otoño. El silencio absoluto en sus horas de clases y el constante alboroto de los recreos, mezclado con el aroma de los perfumes de los alumnos y alguno siempre más fuerte de alguna profesora coqueta que llama la atención. La escuela, la escuela… si pudiera hablar esta escuela diría lo orgullosa que está con sus pasados y actuales alumnos y profesores que siempre buscan que se vea bien. La escuela es un mundo aparte con los mejores momentos de nuestra vida sin importar la edad. Emmanuel M. Olivera