El alma
Cuando murió Victorino, ¿lo recuerdas, Rocío?, preguntabas cómo lleva Dios su alma al cielo. Dije, ¿amas a tu padre? ¿Tienes que ir con tu amor, para que el papá lo sienta? Respondiste: no, abuelo.
El amor no necesita viajar de una a otra parte, es eterno mensajero, que por sí sólo se vale.
Dios es amor, el Amor, y lo encontrarás, seguro, en el pan que acalla el hambre, en la esperanza del pobre o en el débil maltratado.
Dios es amor, el Amor, y nuestra alma es amor. No los constriñe el espacio, no los limita el tiempo, ni los destruye el gusano. No los vemos, mas sentimos que mueven el corazón.
Feliz cumpleaños, Rocío. Besos y abrazos. César Murcia, 8 de abril de 2013