Salmo de alabanza
Bendice, alma mía, al Señor, Y bendiga todo mi ser tu santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor, Y no olvides ninguno de sus beneficios
El es quien perdona tus pecados, El que sana todas tus dolencias
Bendice, alma mía, al Señor, Y no olvides ninguno de sus beneficios
El rescata de la fosa tu vida El te corona de favores y misericordias.
Bendice, alma mía, al Señor, Y no olvides ninguno de sus beneficios
El Señor es quien hace justicia Y derecho a todos los que padecen violencia.
Bendice, alma mía, al Señor, Y no olvides ninguno de sus beneficios
Misericordioso y clemente es el Señor, Lento para la ira, y grande en misericordia.
Bendice, alma mía, al Señor, Y no olvides ninguno de sus beneficios
No estarà para siempre enojado Ni nos paga conforme a nuestros pecados
Bendice, alma mía, al Señor, Y no olvides ninguno de sus beneficios
Como el padre se compadece de los hijos, Porque èl conoce nuestra condiciòn; Se acuerda de que somos polvo. Nuestra vida es como hierba, Florece como la flor del campo, Que crece en la mañana y En la noche perece.
Bendice, alma mía, al Señor, Y no olvides ninguno de sus beneficios
Mas la misericordia del Señor, es eterna, Para todos los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos.
Bendice, alma mía, al Señor, Y no olvides ninguno de sus beneficios
Gloria al Padre, al hijo y al Espíritu Santo…