Por Noris Capín “Señor todopoderoso, ¡felices los que en ti confían!” Salmo 84:12

Dicen que el éxito en la vida, no es desanimarse sino saber cómo vencer los obstáculos y poder enfrentar momentos de dificultad.

La vida misma nos lleva a extremos de absoluta oscuridad y profunda tristeza, cuando no ponemos nuestra confianza en Él.

No obstante, y aunque parezca inverosímil, ella nos demuestra, que no todo es negativo o inalcanzable como tantas veces pensamos.

Encontramos en nuestro camino, muchos desafíos y situaciones de total desolación. Sin saber cómo ni cuándo, las cosas suceden sin darnos cuenta, y de una manera sorprendente, los problemas se resuelven con satisfacción y prontitud por la Gracia de Dios.

Sin embargo, debemos tener en cuenta, que si bien estas contiendas reducen el acceso a una vida apacible, en cierta forma, nos preparan para enfrentarnos a otros momentos de total desolación.

Por medio de la fe, sabemos que Dios es el que dismi- nuye ese estado de decadencia espiritual que tanto nos invade.

A través de la fe, tenemos la certeza de que Él escucha nuestras súplicas y plegarias, cuando nos volcamos sin reservas en Sus caminos.

La posibilidad de que Dios nos alienta a estar en perma- nente unión con Él, nos lleva a tener esperanza de en- contrar en cada situación adversa, Su mano protectora.

Porque Dios es quien transita siempre en nuestra exis- tencia. Aunque no lo veamos, Él está presente en medio de las dificultades, que solemos tener diariamente. El Señor es el que toma en Sus manos el dolor y el llanto; envolviendo nuestras aflicciones con el manto de Su eterna Divinidad.

Él es quien nos levanta en momentos de angustia, el que nos da el impulso de subsistencia. El Señor es quien en medio de nuestros sufrimientos, despliega Su bondad y misericordia.

Por consiguiente, debemos estar consciente, que Dios tiene un propósito para nuestra vida, un plan exclusivo, una intención auténtica, una aspiración verídica y un amor sin límites ni barreras.

Dice la Palabra de Dios: “Y anque el Señor te dé el pan del sufrimiento, y el agua de la aflicción,Él que es tu maestro, no se esconderá más; con tus propios ojos lo verás.” Isaías 30:20 Palabra de Dios

Noris Capín Libro de reflexiones y apoyo espiritual para la mujer.