Origen de la torta

5 de mayo de 1862: Se lleva a cabo la batalla de Puebla, en la cual las tropas francesas fueron derrotadas por el ejército mexicano al mando del General Ignacio Zaragoza.

Una de las consecuencias desconocidas de la invasión francesa, según el libro de Memorias de don M. Tüdos, el cocinero de Maximiliano, fue la creación de la torta mexicana, pues está, la torta, nació como un derivado de los bocadillos hechos con las “baguettes” que trajo consigo el ejército invasor.

El asunto fue así: no sólo los soldados sino el mismo Emperador era aficionado a lo que se conocía como “baguette rellena”. En sus primeros banquetes, hacía poner una mesa cuajada de viandas y pan francés, y enseñaba a sus nuevos súbditos cómo se partía una “baguette” por la mitad, se le untaba mostaza y mantequilla, y se rellenaba con todo lo que se tenía a su alcance.

Pronto el alimento se popularizo entre los miembros de la corte, a quienes era muy común ver en los pasillos del castillo de Chapultepec con su “baguette” en la mano.

Con todas sus ventajas, la “baguette” rellena era muy impráctica para la tropa (sobre todo cuando la llevaban como “lunch” al campo de batalla y había que decidirse entre esta y el fusil, por lo que un panadero creativo inventó la telera. Este panadero… de origen gallego, pero cabalmente asimilado a este país, decidió presentar su inventó al ilustre Benemérito de las Américas, al mismísimo don Benito Juárez. ???

Cualquiera con una mente adiestrada en las lides gastronómicas puede imaginar la siguiente escena : Juárez está frente a un escritorio de campaña, la memoria del triunfo poblano le da ánimos para seguir combatiendo al invasor y bajo la axila aprieta un ejemplar de la constitución… que ha sido su inspiración en estos años de exilio; observa, adusto, un mapa, preocupado por la escasez de viandas para su tropa;

En eso entra don Melchor Ocampo y le dice solemnemente: “Benemérito (así lo llama de cariño), tenemos la solución al problema alimentario del ejército”.

Juárez se concreta a levantar las cejas Juárez se concreta a levantar las cejas. Melchor capta la intención del críptico gesto y hace pasar al gallego (que en un plato lleva la protofamosa telera), y a un lado del escritorio realiza un original rito: con un cuchillo cebollero quita las puntas del pan, lo rebana a la mitad, y extrae el migajón con la yema de los dedos; embarra mostaza de un lado y frijoles (para darle un toque local) del otro;

Agrega su aguacate, su cebollita, rebanadas de jitomate, y lonjas de jamón; une los dos lados, los envuelve en una servilleta, y los mete en una bolsa. Han pasado apenas cuatro minutos, pero el panadero se juega su destino con un movimiento audaz: arranca la constitución del sobaco del Presidente, y en su lugar coloca la bolsa con la torta.

Don Melchor Ocampo pronuncia entonces una de las tantas frases célebres… “Ahí tiene el alimento del heroico ejército de la Reforma, Benemérito”. Juárez sonríe con impredecibles consecuencias: para los músculos de su cara (pues, como ya se rebeló en otra crónica, nunca se reía);

Para la Patria (pues la torta será el alimento reconciliador; profranceses y projuaristas harán las paces en torno a una torta), y para el comercio ambulante (pues están naciendo los futuros torteros, que harán su agosto en los alrededores de los edificios de gobierno).

Al día siguiente, el panadero (ya nombrado capitán) instruye a un contingente de aborigenes en la preparación de las tortas que la tropa llevará a la batalla. Cuando el ejército parte, un puñado de taqueros los mira con lágrimas en los ojos. Ha nacido la torta, enemigo mortal del taco. vs

Sealtiel Alatriste. Reforma,año 5, No. 1604, 2 de mayo de 1998, p6C