“Y nosotros tenemos este mandamiento de Él: El que ama a Dios, ame también a su hermano” (1 Juan 4:21)  

Comprender que el amor de Dios nos impulsa a amar a nuestros hermanos y hermanas. Experimentar la libertad de las dudas y la culpabilidad que pueden dañar nuestras relaciones. Poner en práctica el amor de Dios dentro de nuestra familia espiritual.

El plan de salvación demuestra el amor de Dios hacia los pecadores El plan de salvación demuestra el amor de Dios hacia los pecadores. Nosotros tenemos la responsabilidad de mostrar ese amor a otros.

Semejanzas entre estos dos pasajes: 1 Juan 3:11-24 y 1 Juan 4:7-5:4 Semejanzas entre estos dos pasajes: 1. Ambos contienen la expresión “amaos unos a otros” (1 Juan 3:11, 23; 4:7, 11, 12). 2. Los dos muestran que los objetos del amor son primordialmente otros creyentes.

3. Los dos enfatizan el amor de Dios por nosotros. 1 Juan 3:11-24 y 1 Juan 4:7-5:4 3. Los dos enfatizan el amor de Dios por nosotros. 4. Presentan claramente que debemos amar a Dios y al prójimo. El amor a Dios y al prójimo resume el Decálogo (Marcos 12:28-31); Aquellos que están en la verdad y conocen a Dios siguen sus mandamientos (1 Juan 2:3, 4).

1 Juan 3:11-24 y 1 Juan 4:7-5:4 Juan declara sin rodeos que Jesús es el Hijo de Dios (1 Juan 4:15) y el Cristo (1 Juan 5:1) que se hizo sacrificio expiatorio por nuestros pecados y el Salvador del mundo. Sólo si comprendemos lo que sucedió en la cruz es que podemos llegar a amar a Dios y a nuestros semejantes.

Paralelismo entre Juan 3:16 y 1 Juan 3:16:   En Juan 3:16 tenemos la mayor demostra-ción del amor de Dios por nosotros. El entregó a su Hijo para salvar a todos los que creen en Él. En 1 Juan vemos la misma demostración con mayor amplitud; así como Dios nos amó, y su Hijo dio su vida por nosotros, nosotros también debemos entregar nuestra vida por los hermanos.

De este modo, 1 Juan 3:16 es una clase de complemento de Juan 3:16. Aquellos que buscan, con la ayuda divina, vivir este ideal, se hacen participantes de la naturaleza divina (1 Juan 4:8, 16). El verdadero amor está en el hecho de que Dios nos amó primero (1 Juan 4:9, 10, 19); pero no se detiene en eso. El amor alcanza su punto máximo cuando amamos tal como Cristo nos amó (1 Juan 3:16; 4:7, 8, 20).

Debemos tener confianza: Cuando nos acercamos a Dios en oración (1 Juan 3:21, 22). Con respecto a la venida de Cristo (1 Juan 2:28). Con respecto al juicio divino (1 Juan 4:17).

“Satanás sabe que aquellos que buscan a Dios fervientemente para alcanzar perdón y gracia los obtendrán; por lo tanto les recuerda sus pecados para desanimarlos. Constantemente busca motivos de queja contra los que procuran obedecer a Dios. Trata de aparecer como corrompido aún su servicio mejor y más aceptable. Mediante estratagemas incontables y de las más sutiles y crueles, intenta obtener su condenación” (La maravillosa gracia, p. 315)

“El hombre no puede por sí mismo hacer frente a estas acusaciones del enemigo. Con sus ropas manchadas de pecado, confiesa su culpabilidad delante de Dios. Pero Jesús, nuestro Abogado, presenta una súplica eficaz a favor de todos los que mediante el arrepentimiento y la fe le han confiado la guarda de sus almas. Intercede por su causa y vence al acusador con los poderosos argumentos del Calvario. Su perfecta obediencia a la ley de Dios le ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra, y Él solicita a su Padre misericordia y reconciliación para el hombre culpable” (La maravillosa gracia, p. 315)

Como ya hemos visto, la definición del amor está en que Dios nos amó primero, enviando a su Hijo para morir en nuestro lugar. Del mismo modo, somos llamados a amar a nuestros hermanos.

¿Cómo debemos amar a nuestros hermanos?   Juan explica que debemos amar con obras y en verdad (1 Juan 3:18). Según el apóstol del amor, eso involucra el servir a nuestros hermanos más necesitados (1 Juan 3:17; Santiago 2:15; Mateo 25:34-40). En esto conoceremos si somos de la verdad (1 Juan 3:19).

En esta lección hemos analizado textos relacionados con los mandamientos. Debemos practicarlos (1 Juan 5:2). Juan nos llama a obedecerlos y a guardarlos (1 Juan 3:22, 24; 5:3).

Juan nos enseña que: Obedecer los mandamientos agrada a Dios (1 Juan 3:22); Guardar los mandamientos es una expresión de amor (1 Juan 3:23); El que guarda los mandamientos permanece en Dios y Dios en él (1 Juan 3:24); El que ama a Dios guarda sus mandamientos y ama al prójimo (1 Juan 4:21 e 5:2); Los mandamientos de Dios no son gravosos (1 Juan 5:3).

Guardar los mandamientos es una respuesta de nuestro amor a Dios por lo que Él hizo por nosotros. Nuestro amor a Dios debe ser vivido de manera práctica. Debemos amar a nuestros hermanos, sirviéndoles en todo aquello que necesiten. El amor que Dios demostró por nosotros es suficiente como para que no temamos. Po- demos acercarnos a Él con confianza, seguros de su Venida, de la liberación y el juicio en Cristo nuestro Salvador.

Rolando D. Chuquimia ADAPTACIÓN GRAFICOS & TEXTOS al Español DISEÑO ORIGINAL Sidei S. Mendes Dpto. MiPES (Unión Sur del Brasil) Coordinación: Carlise Antal ADAPTACIÓN GRAFICOS & TEXTOS al Español Rolando D. Chuquimia Para recibir las próximas lecciones inscríbase enviando un mail a: rdchuquimia@ciudad.com.ar Asunto: Lecciones en Powerpoint RECURSOS ESCUELA SABATICA Recursos gratuitos para la Escuela Sabática Inscríbase en http://ar.groups.yahoo.com/group/Comentarios_EscuelaSabatica http://groups.google.com.ar/group/escuela-sabatica?hl=es http://groups.google.com.ar/group/escuela-sabatica-ppt?hl=es Recursos Escuela Sabática

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