Consolad, consolad a mi pueblo Is 40,1 Consuelos de Dios Consolad, consolad a mi pueblo Is 40,1
¿En quien pondré yo mis ojos sino en el pobre y contrito de corazón ¿En quien pondré yo mis ojos sino en el pobre y contrito de corazón? Is 66,2
¿Puede una madre dejar de querer al hijo de sus entrañas? ¡Yo nunca me olvidaré de ti! Is 49,15
Tú vales mucho a mis ojos Yo te aprecio y te amo muchísimo Is 43,4
Is 41,13 Yo, tu Dios, te tomo de la mano y te digo: No temas, que vengo a ayudarte
No os acordéis más de otros tiempos, ni soñéis ya más con las cosas del pasado. Pues voy a realizar una cosa nueva que ya aparece. ¿No lo notaís? Is 43,18-19
Con amor que no tiene fin me apiado de ti... Los cerros podrán correrse, pero yo no retiraré mi amor, ni se romperá mi alianza de paz contigo. Is 54,8.10
Como una hija a quien consuela su madre, así yo los consolaré a ustedes Is 66,13
Ni las muchas aguas ni el fuego podrán apagar el amor Cant 8,7