Lección 6 para el 9 de mayo de 2009

“Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad… Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti” (Ezequiel 28:15, 17)

“Tú que decías en tu corazón: «Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo»” (Isaías 14:13-14)

El hombre se unió a las filas del mal. “La desconfianza en la bondad de Dios, la falta de fe en su palabra, el rechazamiento de su autoridad, fue lo que convirtió a nuestros primeros padres en transgresores, e introdujo en el mundo el conocimiento del mal” Elena G. de White, La educación, p. 25

Actos contra la ley de Dios. Pensamientos pecaminosos. Omisión del deber. Cometidos sin ser conscientes. Actos contra la ley de Dios. Pensamientos pecaminosos. Omisión del deber. Cometidos sin ser conscientes. Nacemos con una naturaleza caída. Guerras, hambre, violencia, … Desastres ecológicos, epidemias… Crimen, terrorismo… Decadencia moral. Nacemos con una naturaleza caída. Guerras, hambre, violencia, … Desastres ecológicos, epidemias… Crimen, terrorismo… Decadencia moral.

“Todo el que comete pecado quebranta la ley; de hecho, el pecado es transgresión de la ley” “Todo el que comete pecado quebranta la ley; de hecho, el pecado es transgresión de la ley” 1 Juan 3:4, NVI “Una sola transgresión de la ley de Dios, aun el detalle más pequeño, es pecado.” Elena G. de White, Alza tus ojos, 30 de diciembre)

“Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” Mateo 5:28 “Cuando se aman y acarician malos pensamientos, por muy en secreto que sea, dijo Jesús, se demuestra que el mal reina todavía en el corazón” Elena G.de White, El discurso maestro de Jesucristo, p. 54

“Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis” Mateo 25:45 “La ley de Dios condena no solamente lo que hemos hecho sino lo que dejamos de hacer” Elena G. de White, Manuscript releases, tomo 6, p. 141

“¿Quién es consciente de sus propios errores? ¡ Perdóname aquellos de los que no soy consciente !” Salmo 19:12, NVI

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” Romanos 5:12

Guerras, hambre, violencia, … Desastres ecológicos, epidemias… Crimen, terrorismo… Decadencia moral. ¿Qué puedo hacer como cristiano individual para paliar los efectos del pecado colectivo?

Son pobres en espíritu. Lloran. Son mansos. Tienen hambre y sed de justicia. Son misericordiosos. Tienen limpio corazón. Son pacificadores. Son justos. Deciden seguir a Jesús en cualquier circunstancia. …tanto activa como pasivamente, ejercerán una gran influencia para paliar los efectos del pecado colectivo. …tanto activa como pasivamente, ejercerán una gran influencia para paliar los efectos del pecado colectivo.

“«Ciertamente, en Jehová nuestro Dios está la salvación de Israel». Los seres humanos se han vendido al enemigo de toda justicia y no pueden redimirse a sí mismos. Sólo si aceptan a Cristo como su salvador personal pueden ser librados del poder del enemigo. Es el orgullo humano lo que lleva a muchos a intentar la salvación por caminos diferentes al que Dios ha elegido. No quieren reconocer su indignidad ni aceptar que Cristo es el único que puede salvar hasta lo sumo. Pero la verdad es que, «en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos»” “«Ciertamente, en Jehová nuestro Dios está la salvación de Israel». Los seres humanos se han vendido al enemigo de toda justicia y no pueden redimirse a sí mismos. Sólo si aceptan a Cristo como su salvador personal pueden ser librados del poder del enemigo. Es el orgullo humano lo que lleva a muchos a intentar la salvación por caminos diferentes al que Dios ha elegido. No quieren reconocer su indignidad ni aceptar que Cristo es el único que puede salvar hasta lo sumo. Pero la verdad es que, «en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos»” Elena G. de White, Review & Herald, 4 de diciembre de 1913)