Tu nombre, tu recuerdo, tu mirada, serán como bengala de colores que vela la penumbra de la noche a la orilla radial de la alborada. Grabaré en cada sílaba un mensaje vestido del azul de la mañana cual vigía guardián de tulipanes que enciende de colores la calzada. La palabra y el sueño anhelarán la esencia más radiante de la vida desmayada de luz de aquellos días que el cariño jamás olvidará.

Y cuando llegue el sol hacia la tarde el silencio tendrá la desnudez que es capaz de guardar firme la fe como el amor callado en los amantes. Buscaré, solo, a tientas, tu bondad, recorriendo las sendas inocentes por el perfil azul y transparente de la noche que araña claridad. Yo callaré, y aliados del silencio serán mi pensamiento y mi palabra errante, peregrina, libre y clara, pues tendré el corazón como en suspenso.

Mas cuando la luz vuelva a iluminar los caminos traslúcidos de encuentros no habrá que recordar los viejos tiempos pues mis sueños serán, al despertar, sinceridad trazada sin rodeos, ataviada de luz, como bengala que se lanza a la altura antes del alba para encender de luz el firmamento. Tu nombre estará siempre en mi recuerdo mientras bebo en la fuente de la vida la luz de una existencia tan querida por los años que aún resten a mis sueños. Juan Manuel del Río

Tu nombre, tu recuerdo, tu mirada, serán como bengala de colores que vela la penumbra de la noche a la orilla radial de la alborada. Grabaré en cada sílaba un mensaje vestido del azul de la mañana cual vigía guardián de tulipanes que enciende de colores la calzada. La palabra y el sueño anhelarán la esencia más radiante de la vida desmayada de luz de aquellos días que el cariño jamás olvidará. Y cuando llegue el sol hacia la tarde el silencio tendrá la desnudez que es capaz de guardar firme la fe como el amor callado en los amantes. Buscaré, solo, a tientas, tu bondad, recorriendo las sendas inocentes por el perfil azul y transparente de la noche que araña claridad. Yo callaré, y aliados del silencio serán mi pensamiento y mi palabra errante, peregrina, libre y clara, pues tendré el corazón como en suspenso. Mas cuando la luz vuelva a iluminar los caminos traslúcidos de encuentros no habrá que recordar los viejos tiempos pues mis sueños serán, al despertar, sinceridad trazada sin rodeos, ataviada de luz, como bengala que se lanza a la altura antes del alba para encender de luz el firmamento. Tu nombre estará siempre en mi recuerdo mientras bebo en la fuente de la vida la luz de una existencia tan querida por los años que aún resten a mis sueños. Juan Manuel del Río