Cuentos de amor Miguel-A. (La pelota y el trompo) 183 seg. (Nuevo Mester) Miguel-A.
Érase una vez, en el cajón de los juguetes, un trompo que se enamoró perdidamente de una pelota, y un día la pidió en matrimonio. - Estamos hechos el uno para el otro. Tú rebotas, y yo bailo. Juntos haremos una pareja maravillosa.
Pero la pelota era muy vanidosa, y un trompo le parecía un marido muy modesto. Así que lo rechazó. - Yo vuelo hasta el cielo -le explicó-, y, además, soy la prometida de un elegante pájaro, que me llevará muy lejos, y pronto me casaré con él.
Un día la pelota desapareció Un día la pelota desapareció. El trompo pensó que ya se habría casado, pero aún así, no la olvidó, y continuó suspirando por ella. Mucho tiempo después, un golpe muy fuerte hizo rebotar al trompo muy lejos. La suerte quiso que fuera a parar en la cuneta de un caminito donde se encontraba también su vieja amiga.
La pelota estaba muy estropeada, ya que durante todos esos años había estado expuesta a la intemperie. Pero el trompo la reconoció, y le confesó que seguía enamorado de ella. Y, de nuevo, le pidió que se casara con él. La pelota, que ya hacía bastante tiempo se había quitado de la cabeza la idea de casarse con el pájaro, aunque el trompo ya estaba muy magullado y no giraba como antes, aceptó inmediatamente. FIN