El "canto del Siervo" que leemos en Isaías se va a ver cumplido en la persona de Jesús. El profeta habla del siervo, el elegido, el espíritu que Dios pone sobre él, la misión que se le encomienda...
En el Bautismo de Jesús, el Padre lo proclama como el elegido, como el que posé su Espíritu y al que le encarga una misión.
Recibimos su Espíritu, que luego nos ungiría en plenitud en la Confirmación. También nosotros, el día del Bautismo, fuimos introducidos, por el baño con agua, en la familia de Dios, y fuimos constituidos hijos en el Hijo.
Cada uno de nosotros lleva su misión, (tiene su bitácora), la nuestra está dentro de la era cristiana, nuestras fechas son “después de Cristo”, después y tras de Cristo.
La nuestra será una misión de X años dedicados a explorar la parte de nuestro mundo en preparación de la llegada a otro “mundo”.
La misión nuestra será la de descubrir en Cristo una vida nueva, en la civilización del reino de Dios.
Para esa misión será Cristo el que nos guíe.
Cristo acompañará nuestro propio obrar.
Hasta que seamos trasportados al vivir eterno de Dios.
Con Jesús la vida eterna. ektorn@hotmail.com