Un optimista ve una oportunidad en cada calamidad; un pesimista ve una calamidad en cada oportunidad. (Winston Churchill)
Ver el lado bueno de las cosas vale una fortuna. No se trata de “vivir en una nube”, o de cerrar los ojos a la realidad, sino de ser capaz de ver… también lo bueno de la vida y de las personas.
No anticipéis tribulaciones ni temáis lo que tal vez no suceda. Vivid siempre en un ambiente de optimismo. (B. Franklyn)
El optimismo genera vitalidad, es constructivo y emprendedor. Inspira confianza y alegría. Si te parece que la vida no te sonríe, sonríe tú a la vida.
El pesimismo pone un candado a tu mente y a tu corazón. El optimismo es la llave que abre con facilidad, y sabe poner rosas donde nacen espinas; Siempre las rosas son más valoradas.
El optimismo tal vez no nace como temperamento… pero tampoco se improvisa en una tarde de peligro. “Ante tantas noticias siniestras… yo me leo los clásicos… Y no sabes lo tranquila que estoy”.
“El Hombre es un ser que decide sobre su vida”, (Frankl) “Y elige su actitud personal ante una situación límite”. El optimista siempre sabe encontrar el “sentido de la vida”
“Si no esperamos nada de la vida, descubramos lo que la vida espera de nosotros, porque la vida asigna una tarea a cada uno”. Somos responsables de buscar una respuesta correcta.
“Cuando hay un “por qué” para vivir, se supera cualquier “cómo” vivir. El optimismo supera el estrés. Jesús nos ofrece: “Tened confianza, yo he vencido al mundo”.