El evangelio de Lucas (24,35-48) que leemos este domingo tiene como trasfondo lo acontecido en el Camino de Emaús. Pero el centro de este evangelio no es solamente el reconocimiento de Jesús en la fracción del Pan, tal como sucedió en el camino de aquellos dos discípulos que desilusionados iban de vuelta a Emaús, sino que esta experiencia está conectada con lo que vive el grupo de apóstoles reunido ante quienes Jesús resucitado se pone en medio mostrándoles que es el mismo de la pasión, y constituyéndolos en testigos. [  ] Estamos en el 3er domingo de resurrección. La liturgia nos invita a reflexionar sobre lo que sustenta la experiencia pascual del cristiano. El relato de Lucas comienza presentando el retorno de los amigos de Emaús al seno de la comunidad de los Apóstoles. Sus diálogos giran en torno a lo que han vivido, especialmente el reconocimiento del Señor al partir el pan. Y en ese mismo instante, Jesús se aparece en medio de ellos ofreciéndoles su paz. En una mezcla de desconcierto, asombro y alegría por lo inesperado de su presencia, el grupo creyó estar viendo un fantasma. Pero Jesús se identifica mediante las marcas de la pasión, y les hace vivir a todos una experiencia en la que comprenden a fondo el sentido de las Escrituras. En su sencillez, este evangelio une dos acontecimientos: Lo vivido personalmente por dos discípulos en Emaús cuando el corazón ardía por su presencia, reconociéndolo en la comunión; y lo vivido colectivamente por el grupo cuando el Señor da a todos su paz, introduciéndolos en gozo de la vida definitiva que surge de su Pasión. Con lo cual Lucas nos está mostrando que la Resurrección es experiencia. Pero una experiencia que está cimentada en el contacto personal y comunitario que tengamos con Jesús crucificado como condición indispensable para encontrarnos con el resucitado.

[  ] Este evangelio es muy importante para la vida cristiana de nuestro tiempo, ya que nos presenta en paralelo los dos componentes en los que se afianza nuestra experiencia de Dios : Por un lado, el ardor interior y personal que provoca el encuentro personal con el crucificado-resucitado y que hace reencontrar a los amigos y amigas para poner en común lo vivido ; y por otro, la convicción comunitaria del Plan Salvador de Dios que se concreta en la pasión, muerte y resurrección de Jesús y que hace salir a comunicarlo (testificarlo). Tenemos pues dos relatos convergentes: lo vivido personalmente por los dos discípulos en Emaús y lo vivido grupalmente con el Señor aparecido a todos. Ambos relatos son de tipo anamnético. Anámnesis quiere decir actualización del pasado. Se trata de vivencias personales (lo que pasó en Emaús) y vivencias colectivas (lo que pasó con Jesús atestiguado por la Ley y los Profetas). Para el gran cristiano que es Lucas, la fe no puede fundarse en vivencias independientes, sino interconectadas. Hace falta que lo personal (particular) y lo común (lo del grupo) estén interconectados y enriqueciéndose mutuamente. Porque la fe tiene que ver con el testimonio del grupo y con el testimonio de lo que cada cual vive expresamente en su propia vida. Así tenemos que esta experiencia personal y grupal interconectada es una mistagogía ( pedagogía que introduce en el misterio ) conformada por cuatro aspectos: 1º) el re-conocimiento de las marcas del crucificado; 2º) la mezcla de asombro y gozo por el contacto con el resucitado; 3º) la apertura del entendimiento para captar en toda su hondura las Escrituras; y 4º) la disposición generosa a testificar ante otros la nueva vida que se ha experimentado. Porque quien no sabe de cruces, de pasión y de muerte, no sabe de resurrección, ni sabe nada del amor gozoso que engendra vida.

Cuando los dos discípulos regresaron de Emaús y llegaron al sitio donde estaban reunidos los apóstoles, les contaron lo que había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Mientras hablaban de estas cosas, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: La paz esté con ustedes. Ellos desconcertados y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero Él les dijo: No teman, soy Yo. ¿Por qué se espantan? ¿Por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy Yo en persona. Tóquenme y convénzanse: un fantasma no tiene ni carne ni huesos, como ven que tengo Yo. Y les mostró las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creer de pura alegría y seguían atónitos, les dijo: ¿Tienen algo de comer? Le ofrecieron un trozo de pescado asado; Él lo tomó y se puso a comer delante de ellos. Después les dijo: Lo que ha sucedido es aquello de que les hablaba Yo cuando aún estaba con ustedes: que tenía que cumplirse todo lo que estaba escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras y les dijo: Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el Perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto. Palabra del Señor. [  ]

[  ][  ] Al final, rezo el Padrenuestro, saboreando cada palabra.

Me sereno para esta cita con Dios. Me acomodo con una postura que implique todo mi ser. Al ritmo de la respiración doy lugar al silencio. ( Una y otra vez repito este ejercicio ) [  ]

[ Sigo adelante  ] NOTA: La oración preparatoria me ayuda a experimentar libertad de apegos. La repito tantas veces como quiera, dejando que resuene en mí. NOTA: Este paso merece hacerlo con esmero. Le dedico 10 minutos.

Señor, ayúdame a cooperar en la misión de Cristo resucitado [  ]

Después de VER, OIR y SENTIR, se pasa a CONSIDERAR los EFECTOS Verdaderos y de Santidad, fruto de la Resurrección. Para Contemplar la Resurrección, Ignacio propone 5 aspectos dinámicos. Así, el que contempla, se implica a fondo en la centralidad del Evangelio y de la Vida. * * que ame más a Dios; * * que tenga más fe, más esperanza y más caridad para con los demás; * * que adore mejor a Dios «en espíritu y en verdad»; * * que acepte más de corazón las tinieblas de la existencia y de la muerte; y * * que sea más consciente de su libertad y actué en consecuencia. Estos EFECTOS son de sanidad espiritual y tienen que ver con el itinerario creyente que ayuda a consolidar una persona: Después ver, oír, sentir, y de considerar los Efectos de la Resurrección, pasamos a MIRAR el OFICIO de CONSOLAR que el Señor TRAE. Lo cual concreta la Verdad y Santidad de los Efectos de la Resurrección.

[  ] Los Discípulos están dialogando sobre lo experimentado en el camino de Emaús y Jesús se aparece en medio del grupo mostrando las marcas de la pasión, les comunica su Paz y ayuda a comprender las Escrituras. Y reflexiono para sacar algún provecho. Su presencia provoca confianza, disipa miedos, crea alegría y convoca al testimonio.

[  ] Los amigos y amigas del Señor se nutren reviviendo las experiencias que cada cual ha tenido en su camino de amistad con Jesús. Retomar lo que ha fundado la amistad entre los compañeros y compañeras de ruta, provoca consolación, genera esperanza. Que cuidemos y propiciemos encuentros fraternos que provoquen entusiasmo por la vida y el Reino. Y así el Señor se nos revelará tal cual es Él: Resucitado.

[  ] Y reflexiono para sacar algún provecho. Considerar cómo la Divinidad, que parecía esconderse en la pasión, aparece y se manifiesta ahora tan espléndida en la resurrección, por sus verdaderos y santísimos EFECTOS.

[  ] La Comunidad será la de Jesús si está conformada por hombres y mujeres que han experimentado en sí mismos las marcas de la cruz y si identifican a los crucificados de hoy, como signo evidente del encuentro con el Señor. Que nuestra fe esté sostenida, no en lo que otros cuentan del Evangelio o de Jesús, sino en lo que hemos gustado y padecido internamente de la presencia divina en nuestras vidas personales y compartidas.

[  ] Así como una lámpara encendida no resiste la oscuridad, del mismo modo la paz ofrecida por el Señor a los discípulos de ayer y de hoy, no puede quedar dentro de las personas como asunto privado, ni puede reducirse a convencionalismos o intereses particulares. Sino que ha de llenarnos de la confianza que nos lanza a la misión. Que la paz traída por el Señor resucitado nos de el entusiasmo y la inventiva para comunicar al mundo que la última palabra sobre todas las cosas y sobre todas las personas, es el gozo de la vida resucitada.

[  ] EL DIOS VIVO Qué sabrosa es la presencia del Dios vivo: es como miel que te empapa el paladar, es agua fresca que resbala por la frente; como la brisa que te moja desde el mar. Qué seguro es el amparo del Dios vivo: es como el brazo que sostiene al caminar; es la sonrisa que despierta la confianza, como la mano que te lleva a reposar. Grande el hombre que confía en el Dios vivo, es como el yunque que resiste al martillar. Que Dios ayude al que lucha por la vida, que Dios apoye al que ayuda a los demás. (Miguel Matos SJ)

Para centrar la experiencia vivida en la Oración, respondo en forma sencilla las siguientes interrogantes: [ Termino con la oración siguiente  ]