Miguel-A. “Elección de castigo”
Un atracador de bancos murió, y fue enviado al infierno. Allí, encontró al diablo, quien le dijo que acababan de introducir algunas mejoras en la cadena de castigos, siendo posible, para incremento del grado de satisfacción de los usuarios, la elección de tortura.
El demonio le explicó que estas torturas corrían en ciclos de mil años, y que en cada ciclo podía elegir la clase de tortura.
El atracador de bancos fue conducido por el diablo a la primer sala. En ella, un individuo estaba siendo azotado con cadenas, en medio de grandes gritos de dolor. - ¡¡Cadenas!! -exclamó-. Eso es demasiado violento para mí. ¡Paso al siguiente!.
En la siguiente sala, un individuo estaba colgado de los brazos y lo azotaban con un látigo con puntas de hierro... para peor, cada vez que abría la boca para gritar de dolor, unos horrorosos gusanos se introducían por ella. El hombre sacudió la cabeza en señal de disgusto.
Finalmente, pasaron a la última sala. En ella, un individuo estaba, totalmente desnudo, atado a la pared. Mientras una mujer escultural le estaba practicando sexo oral. El hombre gritaba de gozo y placer. - ¡Por suerte no tomé los anteriores castigos! -exclamó, entusiasmado, el hombre-. ¡Sí, sí, aquí es donde quiero empezar!.
- ¿Estás seguro? -preguntó el diablo-. Te recuerdo que el ciclo va a durar mil años. - ¡Sí, sí, estoy seguro!. Éste es mi lugar elegido. - Bueno. ¡Si así lo quieres...! -respondió el diablo.
Y, a continuación, el diablo se acercó a la hermosa mujer, le tocó en el hombro, y, con una sonrisa maliciosa, le dijo: - Pepita, ya te puedes ir. Ya ha llegado tu reemplazo.