Amimundo Inc. Programa De Crecimiento Personal Y De Prevención Del Delito PCP Fragmentos de Urbanidad XXVI-C
DEL MODO DE CONDUCIRNOS EN DIFERENTES LUGARES FUERA DE NUESTRA CASA Del modo de conducirnos en la calle Cuando un caballero acompaña a una señora, esta lleva el lado de la acera; si conduce dos, se coloca en el centro, tomando la acera la mas caracterizada; si conduce una señora y dos señoritas, da el brazo a la señora, y las señoritas van por delante; y si conduce a una señora y tres señoritas, da el brazo a la señora y a la señorita de mas edad, y las otras dos van por delante.
Del modo de conducirnos en la calle AI ofrecer un caballero el brazo a dos señoras debe entrar por detrás de ellas, y nunca presentarse por delante, de manera que les de la espalda al colocarse en el centro.
Del modo de conducirnos en la calle Cuando un caballero que acompaña a señoras encuentra un mal piso, hace que las señoras ocupen el lugar más cómodo y decente, aunque tenga que abandonar la posición que había tornado según las reglas aquí establecidas. El caballero que acompaña a señoras debe adaptar su paso al de aquella que marche más lentamente.
Del modo de conducirnos en la calle Cuando un caballero acompaña a una señora y a una señorita, o a una señora de avanzada edad y a otra señora joven, debe cuidar, al cambiar de acera, hacer que la señorita o la señora joven cambie también de lugar, para que vaya siempre del lado de la calle.
Del modo de conducirnos en la calle Cuando se sube a un automóvil, si esta manejado por un chofer, las señoras mas caracterizadas tomarán los asientos de atrás y las de menor edad los del lado del chofer. Si hay señoras y caballeros estos últimos tomarán los asientos al lado del chofer, siempre que todos los de atrás estén ocupados por señoras.
Del modo de conducirnos en la calle Si la persona que conduce el automóvil es la dama o caballero dueño del vehículo, los asientos se distribuirán indiscriminadamente. Si el caballero que conduce el carro esta acompañado de una señora e invita a una persona amiga de su misma categoría para subir al coche, y le insinúa que suba adelante si el asiento es para tres personas, compete a esta ultima rechazar el ofrecimiento en aras de la comodidad general.