Jesús se presentó como el “Buen Pastor”. Porque: Cuida. Protege. Guía. Alimenta. Acompaña. Y, si es preciso, da la vida por sus ovejas.
Esa tarea gusta Dios hacerla a través de los diferentes miembros de la familia.
A través de maestros, compañeros, catequistas y, en general, personas de buena voluntad.
Para un impulso en la vida consagrada El busca religiosas y religiosos.
El mundo te ofrece romanticismo y riqueza. Pero casi siempre se vive sin amor a Dios y aunque se promete eterno, tan solo en Dios lo lograremos eterno.
El amor a Dios nos entrega algo verdaderamente grande, duradero, generoso, muy profundo pero muy pleno.
En el desprendimiento de cosas materiales, que conlleva muchas veces la entrega a un apostolado, encontramos mejores riquezas en lo humano y en las vivencias de Dios.
Hay personas que tienen mucho.
Y otros casi nada tienen.
Tu puedes acompañarlos y darles las riquezas eternas.
¡Que hermoso será tener dos niños!, ¿No preferirás tener muchos en el catecismo?
En la escuela pueden aprender muchas cosas, pero tal vez les haga falta quien les enseñe de Dios y del Espíritu que da Vida a la vida humana.
En el templo pueden escuchar la Palabra de Dios. ¿No quieres ser Tú quien se las presen- te?
Tu puedes ser compañero de una, ¿No prefieres ser guía de muchos?
Se buen compañero por la vida.
Que tu destino final no tenga letrero al lado de la carretera, sino en la presencia de Dios.