“Pedazos de amistad” Miguel-A.
El tiempo pasado junto a cada amigo es lo que acrecienta su importancia. Las amistades se construyen a trocitos: Pedacitos de tiempo que vivimos con cada persona. Por ello, no importa la cantidad de tiempo pasada junto a cada amigo, sino la calidad del tiempo vivido con él. Cinco minutos pueden ser más importante que un día entero.
Hay amistades hechas de risas, y de dolores compartidos Hay amistades hechas de risas, y de dolores compartidos. Otras, vienen del colegio... de excursiones... de diversiones. También están las amistades que nacen y no sabemos de qué o por qué, pero sentimos que están ahí. Tal vez estén hechas de silencios compartidos, o de mutua simpatía... sin más explicación. Hoy, también existen las amistades hechas solamente de E-mails. Son nuestras “amistades virtuales”. Nos hacen reír, pensar, reflexionar...
Aprendemos a amar a las personas sin juzgarlas por su apariencia o modo de ser, sin ponerles etiquetas (como a veces hacemos de forma inconsciente). Según Saint-Exupéry: “Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante". El tiempo pasado con cada amigo es lo que le hace importante. Porque el tiempo “perdido” con amigos no existe: es tiempo ganado, aprovechado, vivido. Son recuerdos de momentos, para toda una vida.
Un amigo se torna importante para nosotros, y nosotros para él, cuando somos capaces, aún en su ausencia, de reír, o de llorar, de echarle de menos, o de querer estar cerca de él, sólo para disfrutar de su compañía. Podemos tener diversos mejores amigos de formas distintas. Lo importante es saber aprovechar al máximo cada minuto vivido juntos, y tener después, en nuestros recuerdos, horas para pasar con ellos, aunque estén lejos.
“EN LA AMISTAD, UNO MISMO ES RESPONSABLE DE LO QUE COSECHA”.