El Libro de Hechos de los apóstoles Capitulo 10

Cornelio manda a buscar a Pedro (10:1-8) En aquellos días, algunos gentiles estaban cansados de las cosas absurdas, la idolatría y la inmoralidad de las religiones de Roma y Grecia. Muchos, entre ellos Cornelio, habían encontrado algo mejor en las enseñanzas de las sinagogas, y habían aceptado la verdad del único Dios verdadero. Alrededor de las 3 en punto de la tarde, estaba ayunando y orando. De pronto, se le apareció un ángel el ángel le indicó que enviara hombres a Jope, a buscar a Simón Pedro Tan pronto como se marchó el ángel, Cornelio llamó a dos de los siervos de su casa.

Las visiones de Pedro (10:9-22) Al día siguiente, a eso del mediodía, los tres hombres enviados por Cornelio se acercaban a Jope. Dios preparo a Pedro, subió al techo plano de la casa Entonces vio los cielos abiertos y algo que descendía de ellos. Era semejante a un enorme lienzo atado de las cuatro puntas y lleno de todo tipo de cuadrúpedos, animales salvajes, reptiles de la tierra y aves del cielo. Escucho "Levántate, Pedro, mata y come.“ Pedro respondió No, que nunca había comido cosa profana La voz le respondió: "Lo que Dios limpió, no lo llames tú común o profana. Pedro obedeció, les dijo a los hombres que él era el que andaban buscando,

El encuentro entre Pedro y Cornelio (10:23-33) Por la mañana, después de haberlos hospedado durante la noche, Pedro se marchó con los tres hombres, pero tuvo el cuidado de llevar consigo a seis buenos hermanos judíos creyentes como testigos. Al siguiente día, cuando llegaron a Cesárea, se encontraron a Cornelio esperándolos con la casa llena de gente. Cuando llegó Pedro, Cornelio estaba tan consciente de que Dios lo había enviado, que apenas lo encontró, cayó a sus pies y adoró. Cornelio le relató que un varón con vestiduras resplandecientes le había mandado buscar.

Buenas nuevas para los gentiles (10:34-43) El sermón de Pedro en la casa de Cornelio representa un hito en la historia de la Iglesia primitiva. Dios ciertamente no hace acepción de personas. Pedro les recuerda a Cornelio y a sus amigos el mensaje que Dios le envió a Israel, anunciando la paz por medio de Jesucristo. Después, continuó, recordándoles el mensaje que ellos conocían. "Vosotros sabéis”. Esto quiere decir que ellos conocían los hechos sobre Jesús, incluso la promesa del Espíritu Santo. Entonces Pedro añade: "Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén.“

Buenas nuevas para los gentiles (10:34-43) Incluye en su mensaje: A éste que no había hecho más que bien, lo mataron y lo colgaron de un madero. Dios lo levantó de entre los muertos al tercer día Entonces, Dios hizo que se manifestase, no a todo el pueblo, sino a los testigos escogidos. Como consecuencia del mandato de Cristo, estos testigos proclamaban estas buenas nuevas ante el pueblo y testificaban solemnemente que Jesús había sido puesto como Juez de vivos y muertos. Después, como solía hacer, Pedro presentó el testimonio de los profetas.

El derramamiento del Espíritu Santo (10:44-48) Mientras Pedro hablaba aún estas palabras (en griego, rhémata), hubo una interrupción súbita e inesperada procedente del cielo. El Espíritu Santo se derramó sobre todos los que oían la Palabra. La expresión "derramase" relaciona este suceso con lo que había tenido lugar en el día de Pentecostés Pedro reconoció que esto era una nueva confirmación de que no sólo Dios los aceptaba, sino que los hacía parte de la Iglesia. Por indicación de Pedro, fueron bautizados en el nombre (por la autoridad) del Señor Jesús.