Lulú se despertó muy temprano el día de su cumpleaños. Como sus padres aún dormían, bajó sola a esperar al cartero.
Cuando el cartero llegó, Lulú salió a la puerta y le preguntó si en su enorme cartera marrón había algo para ella.
-Vamos a ver- dijo el cartero, mientras buscaba en su inmensa bolsa. El cartero tenía una graciosa gorra de plato que a Lulú le encantaba
En la bolsa había sobres enormes, escritos con letra gigantesca. Había sobres muy pequeños, escritos con letra minúscula.
Y también había sobres normales, muchos sobres normales para todos los vecinos. Pero no había ninguna carta para ella.
de vacaciones. Pero no había postales para ella. Había postales con extraños paisajes lejanos y saludos de gente que estaba de vacaciones. Pero no había postales para ella.
Había algunos paquetes, pero ninguno era para ella. Lulú se puso muy triste . El cartero le preguntó qué le pasaba.
regalo. Entonces, el cartero sonrió. La pequeña le contó que era su cumpleaños y que aún no había recibido ningún regalo. Entonces, el cartero sonrió.
Sabía que a Lulú le encantaba su gorra. Así que se la quitó y la puso en la pequeña cabeza de la niña.
-¡Feliz cumpleaños!- dijo. Lulú le dio un beso al cartero y entró en casa.
Había recibido su primer regalo de cumpleaños y se sentía muy feliz.