El valor del perdón

El perdón es la alegría de los que hicieron algún daño sin mala intención. Si no perdonas tú el tiempo lo hará. Perdona al que le duele haberte hecho algún daño.

Perdonar es el valor de los valientes Perdonar es el valor de los valientes. Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar. El perdón es sólo una palabra que hace sentir mejor a la persona que lo necesita pero de que sirve si tu corazón aun sigue dañado. El perdonar es divino y alivia el espíritu; al igual llena de paz nuestro entorno.

El regalo más bueno del mundo es el perdón * El regalo más bueno del mundo es el perdón. * El que perdona puede morir en paz. * El perdón es el agua que extermina los incendios del alma.

Vengándose, uno se iguala  a su enemigo; perdonándolo,  se muestra superior a él.  Conviene siempre esforzarse  más en ser interesante  que exacto; porque el espectador  lo perdona todo menos el sopor. Si la gente a su alrededor  no le oye, arrodíllese y  pídale perdón, porque en  realidad usted es el culpable.

Todo le es perdonado a quien no se perdona nada a sí mismo A perdonar sólo se aprende en  la vida cuando a nuestra  vez hemos necesitado que nos  perdonen mucho. Todo le es perdonado  a quien no se perdona  nada a sí mismo El perdón nos hace superiores  a los que nos injurian.

Solamente aquellos espíritus verdaderamente valerosos saben la manera de perdonar. Un ser vil no perdona nunca porque no está en su naturaleza. Perdona siempre a tu enemigo. No hay nada que le enfurezca más. Perdonar es no tener demasiado en cuenta las limitaciones y defectos del otro, no tomarlas demasiado en serio, sino quitarles importancia, con buen humor, diciendo: ¡sé que tú no eres así!

Enseñemos a perdonar; pero enseñemos también a no ofender Enseñemos a perdonar; pero enseñemos también a no ofender. Sería más eficiente. Perdonamos fácilmente a nuestros amigos los defectos en que nada nos afectan. El hombre crece cuando se arrodilla.

Nunca vaciles en tender la mano; nunca titubees en aceptar la mano que otro te tiende. Conceder el perdón es el más alto grado de vanidad o de miedo. El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió.

Perdona, que no sabes cuando tú necesitarás que también te perdonen. Equivocarse es humano y perdonar es divino. Los hombres que no perdonan a las mujeres sus pequeños defectos jamás disfrutarán de sus grandes virtudes”