Al principio era solo arena

Desde el verde azul del horizonte, hasta los altos verdes de los campos Madariaguenses, antes de los medanos, del bosque, del gran sueño tal vez parodiando a los dioses, creo el fruto prohibido en esta zona donde nadie antes se había atrevido. Rojas manzanas poblaron dando un color nuevo a las estancias, un aroma que llegaba hasta el otro lado del mar.

Mas tarde fue el ronroneo mágico del tren que atravesando los campos Argentinos, hacían su llegada desde el puerto de Buenos Aires. La estancia Juancho, conserva el recuerdo de una época de carruajes tirados por caballos. No basta con manzanas, con trenes, hace falta el aserradero que se instalaba en Estancia Charles, propiedad de familia Guerrero. Sauces y álamos crecieron frondosos para ser luego madera.

Por esos años la arena no seria tan intangible, no se escaparía fácilmente la mano que moldea. Mientras no hay manzanas que cosechar ¿qué se hace con el tiempo, con el fuerte frío? Mientras no se cosecha se planta. Recorriendo lugares donde la piel se tiñe por el sol refulgente, se cruzaron dunas de arena espesa, desiertos donde el verde es escaso. Observaron, indagaron.

Del otro lado del mar se trajeron semillas, los brotes mas variados, simientes de un paraíso por venir. Se movieron arenas, crearon medanos, diferentes especies de plantas resistían el embate del viento, la sequedad del suelo. Otras sucumbían. Hasta que nuevamente el milagro: los medanos con murallas de ramas y plantines, habían sido fijados.

Miles y miles de plantas se reproducían en los viveros, mas de ochenta años ayudaron a forjar esta tierra, este bosque que imaginamos siempre estuvo aquí. Hoy las especies plantadas en los antiguos medanos de Gral. Madariaga se han convertido en los bosques de Carilo, donde se entremezclan, comparten su intenso perfume, la simplicidad de sus colores.

Los pájaros fueron llegando, haciéndose eco del paisaje sus nidos penden, se ensamblan entre el rumor de las ramas. Ambos, árboles y aves, se tornan palabras dándoles sus nombres a las calles de Carilo. En los jardines, el verde alfombra, los suaves medanos, los pájaros carpinteros ostentan su verticalidad, las cotorras derraman su claro verdor y el zorzal, tan Argentino como el, canta cada día mejor.

Al principio era solo arena Al principio era solo arena Lucas Birrozzo Agustin Bulat Nicolas MoyanoNicolas Villalba Santiago Dameson Luciano Bandi