El uso de los puntos suspensivos

Lee con atención este diálogo: SOR JUANA. — ¡Yo, una precursora! PITA. —Claro está. Lo sabemos bien. Y lo que debió usted sufrir en sus tiempos, con el yugo social, y el religioso…

SOR JUANA. —Algunas trabas tuve, sí. Mi familia, primero… PITA. — ¡Como yo! Justamente, estoy escribiendo… ¡Ah, perdón! Iba usted a decirme algo. La interrumpí. Perdón.

Salvador Novo, Sor Juana y Pita, en Diálogos, Editores Mexicanos Unidos, México, 1985.

¿Quiénes son los personajes. ¿Qué dicen ¿Quiénes son los personajes? ¿Qué dicen? ¿Cuál signo se empleó al final de la primera intervención de Pita?

Localiza las ocasiones en que aparece este signo dentro del diálogo. Explica su función en este caso.

Como notaste, los puntos suspensivos indican interrupción en el discurso del hablante, ya sea porque éste hace la pausa deliberadamente o porque su interlocutor interviene de manera inesperada.

Otras funciones de los puntos suspensivos son las siguientes:

- Indicar que una enumeración de elementos podría continuar - Indicar que una enumeración de elementos podría continuar. En este caso, los puntos suspensivos cumplen la misma función que etcétera:

Hoy vinieron Luis, Berta, Adrián… Había telas variadas: rojas, azules, a cuadros… Asistieron delegados rusos, japoneses, italianos…

Dejar incompleta una frase, con seguridad de que el receptor sabe o intuye el resto:

Si hubiera confiado en ti… Como dice el refrán, al mal tiempo… Recuerda que el árbol que crece torcido…

- Expresar temor, duda o sorpresa al hacer una pausa:

-No quería ver… a ese horrible animal. -No sé si debamos… ir hacia allá. -Abrí la puerta y… ¡qué sorpresa!... Era Pedro.

Indicar, al copiar un texto, que se han suprimido fragmentos del mismo Indicar, al copiar un texto, que se han suprimido fragmentos del mismo. En este caso, los puntos suspensivos se colocan entre paréntesis:

Grandes avisos en los diarios de Nueva York exhortan a los empresarios norteamericanos a sumarse al impetuoso crecimiento del gigante de los trópicos.

La ciudad de Sáo Paulo duerme con los ojos abiertos; aturden sus oídos las crepitaciones del desarrollo; surgen fábricas y rascacielos (…)

El desarrollo es un banquete con escasos invitados, aunque sus resplandores engañen (…) Brasil tiene ya más de noventa millones de habitantes, y

duplicará su población antes del fin de siglo, pero las fábricas modernas ahorran mano de obra y el intacto latifundio también niega, tierra adentro, trabajo.

Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina, Siglo XXI, México, 1984.

- Limitarse a sugerir, en el lenguaje literario, para que el lector imagine el resto:

Alguien, al que imito. Si se va, me alejo. Si regresa, vuelvo. Si se duerme, sueño “¿Eres tú?”, me digo…

Jaime Torres Bidet, Dédalo, en Poesía, UNAM, México, 1982.