Reforéstate Por: Noris Capín

“La lluvia y el agua del suelo le ayudaron a crecer; se formaron ríos alrededor de donde estaba plantado; sus corrientes regaron todos los árboles de la región.” Ezequiel 31:4 “Era un árbol magnífico, inmenso, con ramas muy largas, pues sus raíces estaban junto a aguas abundantes.” Ezequiel 31:7

“Él envía su palabra a la tierra, Reforéstate “Él envía su palabra a la tierra, y su palabra corre a toda brisa.” Salmo 147:15

“Él envía su palabra a la tierra, Reforéstate “Él envía su palabra a la tierra, y su palabra corre a toda brisa.” Salmo 147:15

Reforéstate, renuévate Reforéstate, renuévate. Has que tu vida se rinda a la Misericordia del Señor; deja que la cascada del manantial caiga suavemente en el río de Su sabiduría.

¡Reforéstate, cambia! Dios envía la lluvia, para que tu tierra se abastezca con el abono fértil. Para que tus raíces se prendan al fecundo alimento y puedas dar frutos de la mejor cosecha. La Palabra de Dios dice:“El trae la paz de tu territorio y te satisface con lo mejor del trigo.” (Salmo 147:14)

la escarcha que cubre la pradera. ¡Reforéstate en el invierno! Permite que tus pecados se transformen como la blanca nieve y que tus desvelos se confundan con la escarcha que cubre la pradera. Porque... “Él envía el hielo en forma de granizo; con el frio que envía, el agua se congela.” (Salmo 147:17)

¡Reforéstate en la quietud ¡Reforéstate en la quietud! Deja que el silencio se apodere de la fuerte lluvia, dando paso a la llovizna, que sorprende a quien tiene sed y refresca al que está cansado. Aquel que camina por el borde del sendero buscando la paz y la calma. “Él cubre de nubes el cielo, prepara la lluvia para la tierra, hace crecer los pastos en los montes.” (Salmo147:8)

¡Reforéstate, transfórmate! Sigue la luz que destilan Sus rayos y sobrevive el vendaval que desanimó tu vida. Vuelve a pasar por el sendero sin temor ; aliméntate con Su Palabra, que es sabiduría para el caminante, humildad para el altivo, verdad para el embustero y alegría para el que está triste.

agudo de la melancolía, disipa el contraste ausente de ¡Reforéstate en la montaña! Donde las piedras no dejan, que la flor realce su color radiante. Allí donde el sonido agudo de la melancolía, disipa el contraste ausente de de las hojas secas.

¡Reforéstate con el paisaje ¡Reforéstate con el paisaje! Deja que la sublime belleza del pastizal, extraiga toda inquietud, toda ilusión perdida. Que la vegetación sea parte de la restauración que vendrá a ti, por medio de la efusión del Santo Espíritu de Dios. ¡Reforéstate! ¡Cambia! ¡Transfórmate! ¡Renuévate! MujerNueva00@aol.com ©Copyright 2006 Libro ¡Mujer, levántate!